Cuenta Pública, intentando recuperar agenda
El grueso de las propuestas de la cuenta pública del presidente Gabriel Boric da cuenta de un requerimiento de mayor igualdad y dignidad por parte de la ciudadanía y van muy conectadas con nuestra sociedad. Por tanto, en la suma y resta de este momento republicano, el presidente Boric superó con creces la prueba de su primera evaluación ante el Congreso.
Por Rolando Cárdenas
El contexto
La primera cuenta pública del presidente Boric, que se produce antes de cumplir los primeros tres meses de gobierno, tiene varias características que vale la pena considerar al momento de su evaluación.
En primer lugar, tanto el presidente como el gobierno están con una aprobación cada vez menor, una agenda que no han podido manejar, en síntesis, solo responder a la contingencia sin poder tener una gestión proactiva que responda a los lineamientos de su propuesta programática.
Esta debilidad también ha tensionado a las coaliciones que apoyan al gobierno, mostrando dos líneas de acción que son contrapuestas y dificultan aun más la gestión gubernativa.
En este escenario el presidente Boric debía utilizar este momento para poder ordenar sus filas, tomar definiciones que marquen sus opciones de gestión y, por cierto, poder retomar la agenda, que es paso esencial para todo lo demás.
La forma
Hay un punto que todos los analistas coinciden: Boric tiene conciencia de su rol histórico, sabe manejar los símbolos republicanos, y tiene una capacidad de comunicación superior, además que el punto de comparación más cercano es Piñera y la distancia entre sus capacidades comunicativas es sideral.
Si las palabras construyen realidad, este es quizás el principal activo del presidente y el Gobierno.
Boric además confesó haber estudiado los primeros discursos de los gobiernos de Montt en adelante y, entendiendo además la coyuntura que vivimos, realizó un discurso además convocante, desde la humildad, y tratando de resolver la difícil ecuación en que se encuentra, ya que debe ser capaz de contentar a las dos almas de su gobierno y establecer puentes con la oposición, cuya fuerza parlamentaria puede hacer fracasar sus principales reformas.
Las propuestas principales
El presidente Boric delineó cinco puntos centrales de su gestión: derechos sociales, mejor democracia, justicia y seguridad, crecimiento inclusivo y medio ambiente.
En estos cinco ejes Boric volvió a poner en el tapete su programa de gobierno y trató de responder a las demandas emergentes, que en este caso son seguridad e inflación, ambos fenómenos que no estaban priorizados en la agenda inicial del gobierno y que son problemas de grueso calado y diversas ramificaciones.
En las tareas que demandan las reformas que permitirán el cumplimiento de los objetivos planteados en esos cinco ejes, surge con mucha fuerza la figura del ministro Marcel, quien deberá lograr la reforma tributaria que genere los recursos para poder cumplir, además, con pies forzados que limitarán su capacidad de negociación. En esto, no nos referimos a la composición del parlamento sino al alza de la pensión básica, la jornada de 40 horas, el alza del sueldo mínimo, comprometiéndose además a un crecimiento del 4,5% a partir de mejorar la productividad en 1,5 puntos, tarea realmente muy grande.
De igual forma, el presidente estuvo muy bien al tomar el tema de los abusos de Metrogas, ya que hasta ese momento el gobierno había tenido una actitud tibia.
Son múltiples las tareas y reformas propuestas, todas las cuales generan grandes expectativas, y ninguna se ve de fácil concreción. De hecho, en el ámbito del plan ferroviario que tanto valoran los mayores (segmento en el que se concentra el rechazo al gobierno y a la constitución), ya el ministro de la cartera dejo en cuestión el tren Santiago – Valparaíso. Y en otro ámbito, Marcel plantea que la gradualidad de la aplicación de las 40 horas probablemente supere el tiempo de este gobierno.
Lo importante es la bajada
El diablo está en los detalles y será en la concreción de políticas, planes y programas que se desarrollen por parte del ejecutivo, donde se jugará el éxito de sus propuestas.
Como indica San Mateo, donde está tu tesoro está tu corazón, y en lo presentado por el presidente claramente en el ámbito de la seguridad no se ve ese compromiso, y no debemos olvidar que es ese el principal problema del país.
Cuesta comprender que se destinen 3.000 millones de dólares al fondo de estabilización del precio del combustible, una política claramente regresiva, y a la vez un par de miles de millones de pesos a temas sensibles en seguridad, mientras la industria de la droga mueve miles de millones de dólares y no puede pretenderse seguir la ruta del dinero contratando un par de personas más.
Esta es quizás uno de los puntos más débiles de esta primera cuenta.
Otro ámbito en el que nos movemos con un equilibrio muy precario, es en el problema de la escasez del recurso hídrico, ámbito en el que el mandatario delegó en la ministra de Medio Ambiente la coordinación de una mesa de trabajo para generar una nueva gobernanza que se base en la planificación y manejo de cuencas. El uso de este recurso es protagonizado principalmente por la agricultura y la silvicultura con sobre un 80%, dos pilares muy fuertes de nuestra economía tanto en empleo como generación de divisas. Con esos antecedentes en la mano, el ministro Valenzuela ya apunta a seguir mejorando la eficiencia del uso del recurso, lo que es clave para que el impacto del giro en la gobernanza del agua no termine dañando la economía y el trabajo.
Sin embargo, el grueso de las propuestas da cuenta de esta necesidad de mayor igualdad y dignidad en nuestra sociedad, las reformas en pensiones, salud, educación, las definiciones sobre un gobierno feminista, van muy conectadas con nuestra sociedad, por tanto en la suma y resta de este momento republicano el presidente Boric superó con creces la prueba.