“Apuntamos a que la Ruta de los Abastos oriente un programa de desarrollo turístico rural”

Equipo de El Regionalista

A nivel turístico, nuestra región hizo noticia en los últimos tres meses con lo que es su originalidad y ventaja mayor: la combinación de mundo rural, gastronomía y mar.

En la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo realizada en octubre en Uzbekistán, la localidad de Barrancas en Pichilemu fue reconocida como uno de los 54 destinos turísticos rurales del mundo, mientras que a comienzos de este mes, The New York Times, el principal periódico de Estados Unidos, colocó a la región y, en particular, a la Ruta de los Abastos del Secano entre los 52 destinos turísticos que hay que conocer en 2024.

El valioso espacio obtenido en el periódico norteamericano puso el foco en un modelo de negocio que involucra a emprendedoras del Secano, la gestión de profesionales que aglutinó a esas emprendedoras y el apoyo de fondos públicos. Se trata de una iniciativa que se publicita como La Ruta de los Abastos (www.rutadelosabastos.com) y que se organiza en torno a la cooperativa Club de Producto Ruta de los Abastos. Sus directoras son las mismas personas que prestan servicios a los turistas, mostrando sus propias experiencias: cosecha de una huerta, ser apicultor por un día, trekking y recorrido por un pueblo, elaboración de vino, cerveza y aceite de oliva y elaboración de recetas con trigo, quinua y mote.

Consuelo Poblete, diseñadora industrial y directora creativa de El Abasto está convencida que se trata de un modelo que se puede replicar a nuestra región y a otras regiones y que potenciaría la identidad de los territorios y su gastronomía pero también la actividad turística y su aporte a la economía, hasta hoy de impacto restringido.

¿Qué ventajas tiene la región de O’Higgins a la hora de transformarse en oferta para un turismo exigente, nacional e internacional?

La región de O’Higgins es un territorio agrícola que por primera vez ha entendido y abrazado con cariño y orgullo su destino, un destino gastronómico forjado en sus saberes, personas, paisajes y productos. Nos toca mostrar con coherencia, calidad, gracia y sincronía, esa riqueza que hemos tenido bajo la alfombra por tanto tiempo y es hora de sacarla a la luz.

La Ruta de los Abastos es la maduración de una trayectoria larga que arrancó con el Estudio del patrimonio gastronómico de 2016 y luego actualizado en 2022, con La Despensa de O’Higgins en 2018, financiados con fondos del Gobierno Regional y el proyecto Ruta de los Abastos financiado este último por FIA, la Fundación para la Innovación Agraria del Ministerio de Agricultura. ¿Hubo otro hito en este camino?

Efectivamente ha sido la secuencia real, pero creo que la capitalización constante, a través del restaurante El Abasto y la venta de cajitas corporativas de maridaje, han sido vitales para fortalecer el vínculo de la relación comercial virtuosa de confianza con los productores, además de la coordenada del tiempo, que han sido al menos cinco años de construcción.

La Ruta y todos sus hitos previos constituyen un modelo para desarrollar el turismo del mundo rural vinculado con la identidad y la gastronomía local. ¿Qué actores claves tiene el modelo? ¿Qué rol debe cumplir cada uno/a de esos/as actores?

Por supuesto que este ejercicio responde a una madurez territorial, el rol del gobierno regional y las instituciones es clave en la democratización y apoyo para generar estándares de calidad y diseño de experiencias, además de financiar programas pertinentes que realmente estén diseñados a la medida de la idiosincrasia territorial, con pertinencia, no desde un gabinete. En este sentido el rol de la universidad regional y coordinadores territoriales es clave para consolidar la red de actores que intervengan conjuntamente: academia, instituciones públicas, pymes y consumidores.

La Región ¿está en condiciones hoy de soportar un incremento del flujo turístico orientado a experiencias rurales y gastronómicas? ¿Qué le falta?

La región está en condiciones de soportar un incremento de flujo, orientado a las experiencias turísticas gastronómicas rurales, pero siempre que sean parte del circuito que ha sido capacitado para el diseño, operación y comercialización de experiencias. Estamos trabajando para que la Ruta de los Abastos pueda generar un programa regional de desarrollo rural asociado a la restauración, hostelería y otros sectores turísticos, siempre mapeados, señalizados y siendo parte de esta cofradía de hospitalidad.

A nivel de organización, el Club de los Abastos es una cooperativa. ¿Qué ventajas tiene esa forma de organización?

En este momento, esa definición es parte del proyecto, la figura organizacional que va tomando la Ruta, que en esta ocasión y por el financiamiento FIA, pudo ejecutarse en seis comunas del Secano de O’Higgins.  Más que todo, debe responder a modelos organizativos y ajustables organizacional y económicamente, siempre con un acompañamiento nuestro, por eso creemos que una cooperativa puede ser la forma de operación para los ruteros.

Fotos en www.rutadelosabastos.com