Por A.C. Mercado-Harvey
Llegan las vacaciones y muchos empiezan a buscar actividades recreativas que luego continuarán durante el año. El baile es una de ellas, una que algunos ven con distancia como algo que solo es para quien tiene una habilidad innata o especial. La danza es una manifestación artística como otras y, por tanto, cualquiera la puede aprender. No todos llegarán a escenarios internacionales, pero muchos encontrarán un hobby para toda la vida. Algunos bailamos desde pequeños, otros comienzan como adultos y algunos como adultos mayores.
El baile no tiene edad, sexo, raza, condición social ni nacionalidad. Es un lenguaje universal, en el cual se pueden comunicar dos personas que nunca se habían visto en sus vidas y que pueden ni siquiera hablar la misma lengua. La danza puede ser una forma de expresión que ayuda a procesar emociones, mejorar la condición física, hacer amigos y aprender sobre otras culturas. También los bailarines somos parte de una comunidad de gente alrededor del mundo enamorada de un baile o varios.
Esta es la primera de varias columnas en las que les compartiré sobre opciones locales en Rancagua para aprender diferentes tipos de bailes. En esta oportunidad, comparto mi conversación con Felipe Peña Cáceres, kinesiólogo y bailarín de salsa casino y ritmos afrocubanos, ganador de competencias internacionales junto a agrupaciones de Santiago. Felipe es fundador de la academia Barrio Candela, donde lo asiste su pareja Claudia Olguín. Pero el origen de su afición está en Valparaíso, en Axé Habana con su maestro Rodrigo de la Fuente (Dragón Salsero), con quien aprendió a bailar casino y rueda de casino, luego en Mi Salsa de Maipú con José Castillo y en Santiago con La Magia y Ritmo Prohibido. Participó en competencias en Europa y, en 2015 ganó el primer lugar con La Magia en el World Latin Dance Cup.
Felipe, ¿cómo partió tu academia Barrio Candela?
Estaba trabajando en el Hospital Regional y era muy difícil seguir por las funciones que desempeñaba. Se dio la oportunidad de ir a Europa y yo ahí salí del Hospital y vemos qué pasa a la vuelta. Cuando volví, en septiembre del 2017 puse Barrio Candela. Ya había pituteado haciendo clases, pero nunca todo en un solo lugar y como llegué con la experiencia de Europa y ya tenía la experiencia de otros lugares como Cuba, Estados Unidos, Perú, veía que todo lo tenía en un solo lugar. Y siempre seguí tomando clases. Con la Claudia estudiamos bailes de todo tipo, desde baile polinésico online, yo trato de ir bisemanalmente a ballet, estamos estudiando afro desde Italia. Esto de la pandemia nos ha permitido tomar clases con gente que yo veía por Internet no más, gente increíble y ahora que tomamos las clases online y vemos que las podemos hacer, y digo ahí se nota que hemos estudiado el tema y que nos gusta mucho.
Barrio Candela partió en una sede chiquita, la derribaron en mayo del 2018 por renovación y de ahí nos fuimos a Sala Raza, en Villa Triana, del 2018 hasta el 2020, cuando comenzó la pandemia. Ahí no tuvimos ningún problema, muy buena onda la dueña. Llegamos a 60 alumnos entre cursos y coreográficos y la pandemia nos cerró esa puerta. Por eso decidimos arrendar en el Ansco. Y durante la pandemia, online. La Claudia fue clave. Durante la pandemia yo no quería hacer nada, yo siempre tomando clases, pero no se me daba mucho esto online, me costaba. Hicimos dos coreográficos, que resultaron bastante bien y después un segundo ciclo en que tuvimos la estrategia de ir a las casas y eso nos dio buen fruto. Ahora las niñas están terminando su tercer ciclo y hay que grabar en febrero.
¿Cómo partiste tú, Claudia?
Yo siempre he bailado distintas cosas, como árabe, otro tipo de ritmos. En el 2018, tuve un bajón por la muerte de mi mamá, ahí empecé a buscar algo y un amigo me dijo que iba a tocar acá cerca, él tiene un grupo de son cubano y me invitó. Yo había ido a un grupo salsero de Rancagua y ahí vi la rueda, y dije yo quiero aprender eso porque los vi tan contentos bailando. Justo el pololo de mi prima que me dijo que había una escuela de baile en Villa Triana y me mandó el número del Felipe y fui caminando y me quise inscribir y me dijo que tenía que probar la clase. Fui a dos clases y me dio lumbago y tuve que parar. Ahí me llamó Felipe para preguntarme si iba a seguir y le dije que después. Él me atendió como kinesiólogo y vino bien seguido, llegó hasta con flores. Nos empezamos a conocer más, nos hicimos amigos y nos pusimos a pololear altiro. Yo antes no salía a nada, por los niños. Con él salía a bailar. Cuando Felipe comenzó a hacer los coreográficos, a mí me dio vergüenza, cosa, y después me metí más, comencé a ayudarle a hacer los trajes y todo.
¿Qué tal ha sido esta colaboración?
Yo entreno para hacer las clases, pero de no ser por la Claudita no podría. La Claudia es pilar fundamental en las clases. Yo soy cuadrado y hay cosas que no las veo, y la Claudia hace que yo vea, y también con los trajes y las ideas. Ella toma clases por su cuenta, es también un aporte dentro del baile, no solo la parte externa de los vestuarios. A veces tengo dudas, me falta una clave y le pido que baile y ahí tomo ideas. Vamos creando juntos.
¿Qué planes tienen para el futuro?
Ahora terminamos en febrero, y nos vamos de vacaciones. Al regreso, quiero agregar otra hora los martes para los intermedios o principiantes, para que entre más gente, pero depende de los aforos. También hacer talleres.
Antes de terminar, me gustaría decir que estoy agradecido con la gente que me ha enseñado, el Dragón Salsero, el Julián, Andrés Aguilar, el José Castillo, el Marcos Farías, que me enseñó afro, el Lalo, director de la Magia y el Sergio Ruiz, y un montón de gente más: profes cubanos, en los congresos, etc. La salsa es algo que me va por las venas. Ahora en la Sexta Región hay harta gente buena en bailes latinos. El cubano me encanta, se me eriza la piel, el afro en particular, por eso intento entregarlo en las clases.
Si le interesa probar esta danza afrocubana, la primera clase de prueba cuesta mil pesos y después puede pagar una mensualidad de cuatro clases por catorce mil pesos. Link a video aquí:
Los coreográficos se realizan los días martes en el Club Ansco:
Mujeres 20.30 hrs.
Hombres 21.30 hrs.
Las clases son los días jueves también en el Ansco:
Principiantes 19.30 hrs.
Básico 20.30 hrs.
Intermedio 21.30 hrs.
Whatsapp: +56990187154
Ing: @barriocandelaes
5 comentarios en “Barrio Candela: afro, raíces y rueda de casino”
Que lindo! Me encantó cómo quedó la entrevista!! Gracias Alicia! Espero que lleguemos a muchos corazones que vibran bailando y se llenen de alegría porque bailar es soñar con los pies, vamos por más Felipe Peña y Barriocandela!
Gracias Alicia, por tan linda nota, por darte el tiempo de conocernos, y ver como trabajamos, estamos muy contentos con lo que podemos entregar. Seguiremos esforzándonos por entregar distintos conocimientos.
Un gran abrazo
¡Excelente academia! Debo mis primeros pasos a Felipe, aunque cuadrado y todo, tuvo mucha dedicación y paciencia para enseñarle a alguien que no se movía nada jajaj. Eso sin duda lo logra un profesor de vocación. 1000%recomendado 🥰
Para mi un desafío ir a clases de salsa ,nunca orense que tan rápido, ya podría pasar de un nivel de principiante a básico.Felipe mucha paciencia y dedicacion para enseñar.Un grupo humano maravilloso ,lo pasamos muy bien en las clases todos muy lindas personas y Claudita pone todo su encanto y su elegancia al bailar .
Your article gave me a lot of inspiration, I hope you can explain your point of view in more detail, because I have some doubts, thank you.