Boric después del triunfo: señales auspiciosas

La conformación de su gabinete, la incorporación en el gobierno del progresismo que no es parte de Apruebo Dignidad, la inclusión de la generación joven y la presión de los poderes fácticos por una gestión moderada con participación de quienes hicieron la transición, son los nudos clave que deberá resolver el presidente electo en los siguientes días.

Por Rolando Cárdenas

Tradiciones republicanas

Ya han transcurrido 12 días desde el triunfo con una altísima votación de Gabriel Boric. En sus primeras horas, su discurso con una invitación amplia a los ciudadanos, sin importar su origen, para enfrentar de manera participativa los grandes retos del país, su comunicación telefónica con el presidente en ejercicio y el posterior encuentro de ambos en La Moneda para ir preparando un adecuado traspaso, simbolizaron un ritual republicano impecable.

El presidente electo ha mantenido un tono de moderación en sus intervenciones públicas y, sin renunciar a las reformas planteadas en su programa, entiende que deben hacerse en acuerdo con los diferentes actores políticos, máxime si existe un congreso en el que no cuenta con las mayorías necesarias.

Sus planteamientos y actuaciones han sido valorados por los actores y analistas de todos los signos de nuestro fragmentado espectro político.

Parte del mencionado ritual de traspaso no resultó inadvertido: en las evaluaciones desde el exterior, se relevan las adecuadas relaciones entre el presidente en ejercicio y el presidente entrante.

Mención aparte es la altísima valoración pública que tiene Boric, transformándose en un personaje querible y en el cual las personas confían. En estos tiempos de duda permanente y fake news, es un capital valioso y muy frágil que debe cuidarse con esmero.

Piñera y la fábula del escorpión

La conocida fábula del escorpión y la rana sirve para enseñarnos que la naturaleza de las personas es muy difícil que se modifique.

Algo de eso sucede con el actual presidente Piñera, en las formas muy cordial, incluso planteando proyectos como la pensión garantizada universal (PGU) que ayudarían enormemente a enfrentar una de las principales demandas ciudadanas. Al mismo tiempo, su invitación para una gira fuera del país cuadra con ese tono, y entronca con el criterio según el cual siempre en Chile ha existido en ese ámbito una política de estado.

Sin embargo, la naturaleza de Piñera y su compulsión por la ventaja en cada jugada que realiza vuelve a aparecer: la PGU con sólo un tercio del financiamiento asegurado y el viaje a Colombia con una reunión de Prosur reflejan esa voluntad obsequiosa pero que no disimula los regalos envenenados que encierra. Porque Prosur es un foro ideológico conformado por mandatarios de derecha, inclusive con algunos como Macri que ya dejaron sus cargos, lo que imposibilitó a Boric su participación en una instancia de esa naturaleza, condicionamiento que implicó una respuesta  negativa pero adecuada y con una clara explicación. En el caso de la PGU, un grupo de economistas de la ex Concertación que tienen amplia tribuna en los medios de comunicación tradicionales publicó una carta haciendo ver su falta de financiamiento, algo que hasta hoy niega el gobierno de manera obcecada.

Ampliación de la coalición ganadora

Junto a la nominación de autoridades que demandan los actores económicos, principalmente el ministro de Hacienda, el presidente electo se propone la ampliación de su coalición política, buscando incorporar principalmente al partido Socialista.

En una primera instancia, los partidos de la ex Concertación (PS, PPD, PDC, PR) han planteado tener una estrategia colaborativa con el actual gobierno desde el parlamento, sin ser parte de la coalición gobernante (Apruebo DIgnidad). Sin embargo, el PS ha solicitado que si hay nombres de sus filas para la conformación del gabinete ministerial, esto debe hacerse institucionalmente, es decir con acuerdo de la directiva.

La forma de resolver el asunto por parte del equipo del mandatario entrante, los anillos concéntricos, implica niveles diferenciados de confianza y participación, lo que armoniza con el deseo de algunos partidos de la coalición que gobernará, de incorporar personas del mundo social a cargos de responsabilidad ejecutiva.

No hay soluciones fáciles y todas las alternativas tienen ventajas y desventajas. Lo que sí pareciera ser un elemento necesario a considerar es la necesidad de que la generación de recambio tome decididamente la primera línea.

ISO 2022, certificación de moderación y madurez

Otro elemento que resaltan con fuerza los medios tradicionales es la imagen de una gestión moderada, con acuerdos políticos amplios y con participación relevante de los llamados poderes fácticos. Lo que han bautizado como “Boric de la segunda vuelta”.

Lo interesante es que quienes entregarán esos sellos que certifiquen la moderación y madurez de la gestión del nuevo gobierno, serán los partidos que apoyaron a Kast y los poderosos gremios empresariales que, casualmente, también estuvieron mayoritariamente tras esa misma candidatura. ¿Sería la candidatura de Kast ejemplo de esas virtudes cardinales de la acción política?

Desafíos inmediatos

Para el mandatario electo, hay una serie de factores que deberá conjugar en los próximos días.

La conformación del gabinete representará en los hechos la estrategia política del nuevo gobierno, que se verá confirmada (o no) por la relación intra y extra coalición, algo que también puede permitir avizorar una reconfiguración futura de los grupos políticos.

Vivimos un momento en que la política debe hacerse cargo de las reformas que la sociedad demanda, lo que también representa una oportunidad de legitimación de todos los actores políticos. Producto de lo que representa y el personaje que ha logrado construir, hoy Boric tiene posibilidades de una luna de miel algo mayor que las administraciones entrantes anteriores, pero debe tener respuestas claras, todo esto en un panorama económico que aunque ha mejorado desde el punto de vista del empleo, implicará una inflación al alza que obligará a una política fiscal estricta.

En otra dimensión, descentralizar el territorio y promover una participación efectiva serán herramientas claves para enfrentar los problemas del país. En la gente, hay confianza y altas expectativas, y hasta el momento las señales son auspiciosas por parte del nuevo gobierno.

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