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Todo indica que en las semanas previas a las elecciones, los casos Hermosilla, Vivanco y general Yáñez seguirán marcando la pauta y no parece que el contraataque de la derecha vaya por buen camino en el terreno de las acusaciones constitucionales, porque la fallida contra Boric fue nonata y la que avanza contra la ministra Tohá no se muestra auspiciosa.

Impactados aún por la balacera de Puente Alto y el intento de aniquilar allí a una familia, la seguridad nuevamente se toma la agenda y nos recuerda que su manejo requiere estrategias actualizadas y la gestión de acuerdos de todas las fuerzas políticas, como el alcanzado por el ministro de Hacienda con el recién aprobado proyecto de ley de cumplimiento tributario. En lo inmediato, la semana trajo luz sobre prácticas que escandalizan y que comprometen a altos dirigentes de la derecha: el utilizar a universidades como cajas pagadoras.

En la crisis que vivimos, al son de los mensajes de Hermosilla, la ministra de la Suprema Ángela Vivanco se está llevando la peor parte. Pero aunque su cabeza ruede, estaremos lejos de acercarnos a una estrategia clara para abordar la corrupción que, cabe recordar, tuvo un episodio importante en nuestra capital regional en 1994.

¿Es creíble que en 700 mil páginas de mensajes de un teléfono no haya un solo intercambio entre dos amigos personales como lo han sido por décadas Andrés Chadwick y el abogado hoy en la cárcel, Luis Hermosilla? El caso Audios está en su punto alto y seguirá así por tiempo, colocando en la mesa del desayuno a supremos, políticos de ambas veredas y empresarios. Por ahora, está claro que el sector político más afectado es la derecha. Pero tomemos palco.

Por Rolando Cárdenas El baile de mascaras Las filtraciones de los chats de Hermosilla, y aquellos que se comprometió a entregar su abogado defensor y hermano en los próximos días, han mostrado de manera transparente cómo se mueve la trastienda del poder, algo que muchos hoy dicen que desconocían y otros, admitiendo que se mueven …

El rey está desnudo Leer más »

La ola que trae el caso Hermosilla ni parece amainar ni será suave para la institucionalidad del país, aunque la duda recae sobre cómo se comportará el poder empresarial, político y judicial, cuyos inveterados nexos y compromisos podrían tensionarse al máximo para intentar cambiar todo sin que cambie nada, en un intento de aplacar lo que se le viene. En medio de la batahola, partieron las municipales cuya principal novedad es que nadie sabe cuál es la tendencia política de buena parte de candidatos y candidatas.

Tras un par de semanas de recuperación del control de la agenda por parte del gobierno, la desvinculación de la directora regional del Sernameg Los Ríos y la mención del ministro de Energía a una empresa estatal de energía, volvieron los esfuerzos a fojas cero. Y con la campaña electoral a la vista, todo indica que el debate sobre que es mejor para las comunas y regiones será lo menos importante.

Si la postura del presidente Boric en relación con las elecciones de Venezuela o su firmeza ante ENEL por la conducta de la empresa ante los cortes de luz, le traerán una mejora en la evaluación, la decisión de Huachipato de cerrar definitivamente podría significar lo contrario. Tema sensible para el oficialismo que ve emerger con fuerza la figura de la ex presidenta Bachelet como eventual contendora de Evelyn Matthei.