por Marcel Albano
“Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro»
Confucio
En términos sencillos, está prohibido hacer fuego en cualquier monte o ribera de cualquier afluente. Esto significa que los tradicionales asados nocturnos de los campistas, o las fogatas románticas con poncho cerca de las brasas para calentar la tienda bajo un frondoso y discreto boldo -por lo que me han contado-, han llegado a su fin.
Se informó a un grupo de campistas de Machalí que los accesos estarán abiertos, pero serán rigurosamente monitoreados por sistemas de helicópteros y drones que responderán a las señales de humo. Los carabineros en Coya han indicado, dicen, que las multas pueden llegar hasta los $400.000. Lógicamente, «como somos un país civilizado», si deseas acampar, puedes traer tus alimentos ya preparados desde la ciudad.
Ese era el ambiente al llegar al punto de encuentro donde los veteranos acostumbrados al control y uso del fuego lamentan la noticia. Sin embargo, la falta de cultura medioambiental de los visitantes del valle de Rancagua se hace evidente en los basurales que dejan a su paso, acompañados del monótono y monosilábico pulso del reggaetón, que resuena a kilómetros de distancia, golpeando el silencio silvestre en las laderas de la geografía cordillerana. Y qué decir de los motores que rugen a distancias insospechadas, erosionando senderos y cumbres, a los ojos de cóndor de los viejos arrieros.
Las malas costumbres urbanas del valle de Rancagua han causado, sin lugar a dudas, un impacto en el medio ambiente de la cordillera. Sin embargo, los brujos siguen reuniéndose. Durante la semana, un amigo hijo de arriero, me envió una invitación que coincidió con los días nublados y húmedos, a una reunión de brujos. Su objetivo era evaluar el año y planificar el 2024. Al parecer les gustó la nota anterior, quise creer.
- Pagan justos por pecadores, pero era una medida que ya era necesaria para proteger lo que queda de verde en los cerros y montes de la comuna, ¿no es verdad?, pregunté al grupo compuesto por nueve comensales.
- Lo que pasa es que se abusó. La gente cree que es un derecho disfrutar de la naturaleza, sus riberas, sacarse fotos, pero ¿el carreteo desmedido?, ¿habrá visto usté’ la cantidad de botellas de cerveza, pañales y toallas higiénicas, que hay bajo los puentes?, inquirió una señora que preparaba sahumerios para unos perfumados conejos junto a su marido. Veganos estos brujos no son, pensé para mis adentros.
- ¿Y los perros?, ¡A mí no me gustan naita estos cabritos que les dio por andar a pata por el cerro oiga, y andan con sus perros espantando al ganao, dejando puras cagás!”, molesto alega un veterano.
- Lo que pasa estimado, es que el abuelo se queja porque, además, la caca y presencia del perro doméstico es como una cosa extraterrestre para la fauna nativa, porque al tener químicos en su composición, estos van contaminando cadenas alimenticias desde insectos en adelante, manifestó una mujer con semblante de juventud ya madura de quien supe después, era la nieta que trabaja en medioambiente en la capital.
- ¡Meeh, los perros de acá tienen otra crianza oiga, sin tanto besuqueo en el hocico ni ñoñerías, los cuidan máh’ que a los cabroh chicoh!, dice un viejo arriero que acompaña al veterano abuelo en su queja.
Pronto, los jugos de las carnes comenzaron a exudar aromas que cautivaban el paladar. El anfitrión, con una sonrisa acogedora, dispuso copas de vino en la mesa, llenándolas para brindar por la reunión en su hogar alternativo. A medida que pasaban las horas, entre historias compartidas, delicias culinarias y elogios a las habilidosas manos que habían preparado los conejos, las brillantes copas de vino seguían fluyendo. Finalmente, nos reunimos alrededor de un fogón en el patio para continuar nuestra tertulia. Encendí un cigarrillo de tabaco y, después de un par de caladas, me aventuré a hacer un par de preguntas para sondear las opiniones de los presentes sobre el presente y el futuro.
Como dijo Lao Tse, ‘Si no cambias de rumbo, es probable que llegues donde te diriges’. Así que, ¿hacia dónde nos dirigimos chamanes?
- Corrección: acá no hay chamanes. Ha habido anteriormente, y hoy muchos se creen ese cuento haciendo ademanes o artilugios capitalistas, pero no hay. En la cultura oral, la brujería tiene muchas interpretaciones, pero uno bueno cree que quién no mire el pasado como una experiencia objetiva, estará condenado a repetir las mismas historias de sus ancestros, y ya nos pasó dos veces, argumenta un hechicero con la pompa del clásico tono izquierdoso.
- Si me preguntas a mí, te diría que perdimos la bonhomía, ¿sabes qué es eso? Sencillez, ser afables, bondadosos y honrados con nuestro carácter y comportamiento. Se perdió el respeto y nadie lo educa ¿cachai?: está lleno de cabroh chicoh haciendo berrinches, doblegando la autoridad de cualquiera si no tienen el celular en la mano. Así reproducen la misma dependencia de los adultos con el celular, la mala crianza viene de hace años, no es nueva. Ahora solo vemos el resultado de un proceso más largo, de décadas, de dos generaciones al menos. Al contrario, con la televisión al menos, compartíamos contenidos, espacios y tiempos de conversa ¿cahai?, reflexiona una brujita lola sauria, mientras adoba yerbas silvestres en un mate de calabaza al que incorpora también miel natural.
La yerbatera, que además oficia de psicóloga en el valle, enfatiza la necesidad de reorganizar nuestras prioridades para 2024 y sugiere liberarse de los relatos políticos pasados siendo más importante no caer en sus lógicas. En esta nueva era, construir confianza y solidaridad es un desafío para todas las personas, instituciones y organizaciones. El populismo y la polarización, sin duda, nuevamente recurrirán a la posverdad y las noticias falsas para controlar a una sociedad que se ve atrapada en su propio reflejo. Los brujos abogan por reeducar en el respeto y el sentido común.
¿No les parece extraña esta sensación de “Volver al Futuro” cuatro años atrás?, ¿qué les quedó resonando como emblemas durante estos años constituyentes?
- Es raro, cuando partió todo con el estallido, sin duda estábamos todos muy emocionados. Piñera era un mortífago ideal y las marchas de millones de chilenos como que nos involucraron por efecto de masas a todos. Era como luchar contra Voldemort, aporta un muchacho mucho menor que un millennial.
- Yo quedé con una sensación de vacío, como que los relatos que tuvimos durante cuatro años perdieron sentido. Comenzaremos este 2024 sin ser ni platónicos ni aristotélicos e iremos viendo, secunda un brujo de manta de castilla quien, arreglando la montura de su caballo, asevera que las aguas aún están turbias y el aura del futuro no permite ver con claridad.
- De cierta forma es sano, porque también obliga a cambiar de perspectivas para enfrentar las desventuras del próximo año y el enfoque de prioridades, apuntó la psicóloga dada a la magia.
¿Desventuras?, apunté
- Sí, desventuras -se escuchó la respuesta de un brujo, quien se mantuvo en silencio durante toda la velada-. En el año 2024, las sombras de la política chilena se agitarán, despertando antiguos poderes en un abismo de incertidumbre. Como un eco de los susurros del deseo por el poder, la sociedad se enfrentará a una realidad insondable, donde la verdad y la mentira no se distinguen, afectando a los débiles pilares de la confianza. Y la solidaridad temblará ante el viento gélido de un nuevo cambio, mientras Chile se adentra en las profundidades desconocidas de su destino, podríamos tocar fondo nuevamente, ya por ignorancia.
En el año 2024, los ecos de la ignorancia resonarán en los oscuros abismos de la sociedad chilena, retumbando con la soberbia de un aprendiz que se ha perdido en su propio reflejo. La frase “pero si es verdad” será un mantra que combatir, un cerco que limita la búsqueda de la razón y el entendimiento. La honestidad y la objetividad, una vez reflejadas en el espejo de nuestra conciencia, no deberían ser reemplazadas por el encanto engañoso de las apariencias. Y en medio de esta paradoja, al borde de la era de la inteligencia artificial, nuestra inteligencia emocional se verá desafiada, como un faro solitario en medio de una tormenta de confusión y desinformación. En este escenario, los brujos nos instan a reeducar el respeto, a no caer en la bravuconada ni en las consignas habituales, sino a buscar la verdad en medio de la oscuridad.
El brujo más viejo atento a las conversaciones, señalando a un Cristo magro, exagerado en su escualidez que reposaba sobre la chimenea, concluyó parafraseando escrituras bíblicas: ¡Perdónalos Señor, porque no saben lo que hacen!