Viviendo la entropía política
“Donde hay buena disciplina, hay orden y
rara vez falta la buena fortuna”.
Maquiavelo
Rolando Cárdenas
En nuestra edición de esta semana, El Regionalista analiza desde distintas ópticas la inauguración de una estatua del primer presidente de la transición, Patricio Aylwin, tanto respecto de lo que fue su figura como de lo que implicaron las expresiones del presidente Boric, contrarias a lo que fue su discurso de años anteriores sobre la Concertación y sus liderazgos.
A nivel local, revisamos las reflexiones que está realizando una de las instituciones de investigación agropecuaria más antiguas del país, el INIA, acerca de la adopción de la agroecología como método de cultivo y producción agrícola, distinguido como alternativa a una gestión productiva que reduce el impacto en el ambiente y contribuye a la seguridad y soberanía alimentaria.
También en la región, reseñamos la primera Feria del Libro realizada en Rancagua hace unos días. La iniciativa, organizada por la seremi de las Culturas y la Municipalidad de Rancagua, convocó al poeta Leonel Lienlaf y al novelista Hernán Rivera Letelier. La feria pareciera que está marcando un hito en el desarrollo de actividades culturales que empiezan a despuntar, más o menos tímidamente, en distintos puntos de la región.
Y la semana estuvo marcada por varios hechos que dan pie al análisis de las siguientes líneas. Entre ellos destacaron la incertidumbre por la designación del/la sucesor/a del que fuera fiscal nacional, Jorge Abbott; el término del paro de los camioneros en varios capítulos y el fallo de La Haya sobre el río Silala, que está en el norte del país.
El gobierno, de dulce y agraz
La fragmentación, parte del sino de la sociedad actual, la podemos sindicar como la culpable de las fallas mostradas por el gobierno, aunque es cierto que debemos sumar los errores no forzados, que ya son marca registrada de la gestión gubernativa.
El paro de los camioneros, que en un momento pareció que se tenía controlado al llegar a acuerdo con las cúpulas gremiales, se alargó varios días por la fragmentación que vivió este gremio, lo que obligó al gobierno a negociar con múltiples actores y, por tanto, enfrentar múltiples demandas. Finalmente, las cúpulas empresariales con Juan Sutil (de la Confederación de la Producción y el Comercio) y Cristian Allendes (de la Sociedad Nacional de Agricultura) ayudaron al gobierno, acicateadas por las pérdidas cuantiosas que se estaban generando en las exportaciones frutícolas.
En el ámbito de la definición en el Ministerio Público, la elección del fiscal nacional sigue dándole dolores de cabeza al Ejecutivo, que tampoco en esta situación tuvo una estrategia clara. Ello, después que la Corte Suprema lo dejara sin mucho margen de maniobra, al votar de tal forma que le achicó la cancha al presidente y dejó a los candidatos y/o candidatas más afines fuera de la quina final.
En la elección del sucesor de Abbott, se sumó lo que pareciera ser o un incumplimiento de los compromisos en el Senado o una mala negociación por parte del gobierno, como lo insinuó el presidente del Senado, Antonio Elizalde, al declarar que el Ejecutivo antes de hacer críticas debe hacer autocríticas. En síntesis, los senadores del FREVS, Alejandra Sepúlveda y Esteban Velásquez y los socialistas Fidel Espinoza y Gastón Saavedra se sumaron al rechazo y de cinco senadores ausentes por viaje sólo Yasna Provoste pidió permiso constitucional (condición para rebajar el quórum), mientras que en la derecha, particularmente en RN, tampoco hubo cumplimiento pleno de los acuerdos.
El presidente se equivocó al retrasar tantos días su pronunciamiento sobre la materia, permitiendo que la guerra de descalificaciones se tomara la agenda. Otros dos hechos ensombrecieron las opciones del candidato presentado al Senado: quien concitaba mayor respaldo del PS, Ángel Valencia, no fue el elegido por el presidente y se supo que tras la postulación de Morales estaba Girardi y Chadwick, lo que no fue precisamente una buena recomendación.
Lo grave es que esta situación se da en una crisis por la delincuencia que afecta al país y mantiene descabezado al ente a cargo de la persecución penal.
Y la semana comenzó con declaraciones del presidente que lo acercan a la antigua Concertación, sobre la cual su crítica de antes, perfiló parte importante de su liderazgo político. La inauguración de una estatua en honor a Patricio Aylwin mostró de nuevo al presidente en un cambio de postura respecto de los gobiernos de la transición, cambio radical de una generación que nace en política impugnando a la Concertación y es su reemplazo no sólo generacional sino también ideológico. El gesto, que fue saludado por antiguos líderes de la coalición que gobernó Chile por 20 años, ha generado fuerte incomodidad en Apruebo Dignidad y el PC. La pregunta es si le suma algo para ampliar su base de apoyo, pero todo indica que no suma y solo fortalecerá la oposición que se esta articulando desde la izquierda con Jadue y Sharp como sus principales líderes.
Y en el ámbito internacional, La Haya dio la razón a Chile, en un fallo que valida la estrategia de estado con que siempre se ha conducido la política internacional, y que poco a poco además va consolidando a la canciller Urrejola, que tuvo un inicio de gestión extremadamente complejo.
La derecha entre lo liberal y lo cavernario
La derecha también está viviendo su propio proceso ante la emergencia de republicanos que representa desde la extrema derecha una alternativa populista, a la cual las encuestas dan importantes porcentajes de apoyo. En otro carril, el populismo puro del Partido de la Gente, simplemente se dedica a tener respuestas simples para cualquier problema complejo, sin cuestionar la lógica de fondo del actual modelo. Al impacto de su falta de respuestas sólidas hay que agregar que no hay claridad todavía del daño que le han provocado sus últimas actuaciones, particularmente lo acontecido en la elección de la mesa de la cámara y los desmadres del diputado Rivas.
La UDI con Macaya había aprovechado la nueva fase de la continuidad del proceso constitucional para asumir un liderazgo dialogante, ante el rechazo de republicanos y el zigzagueo permanente de RN. Sin embargo, el temor a los posibles resultados electorales ha hecho retroceder a todos los actores políticos y en particular a la derecha.