-por Rolando Cárdenas y A.C. Mercado-Harvey
Esta semana, El Regionalista, a tono con el mes de febrero, les presenta artículos de verano con diferentes panoramas para realizar en familia, tanto dentro de nuestra región como en diferentes puntos de Chile.
El primer destino turístico que le presentamos a nuestr@s lector@s es la Punta Alta de Machalí. Marcelo Albano nos narra en su crónica la aventura de subir este sector de nuestra cordillera, que tiene una rica historia y que es parte de nuestro paisaje machalino.
El segundo panorama veraniego es el Museo de Historia Natural en Santiago. Adriana Bastías nos narra su experiencia en este histórico museo, que es de gran valor patrimonial y que nos pasea por la historia natural de Chile, con esqueletos de dinosaurio hasta nuestro pasado indígena con objetos y una réplica de la momia de El Plomo.
Finalmente, Edison Ortiz, en su crónica, nos narra su experiencia en la comuna de Chonchi, Chiloé, donde uno de sus atractivos principales es el lago Huillinco, un destino que combina flora, fauna local y lo mejor de la cocina chilota.
Les adelantamos que la próxima semana se conmemorará el primer aniversario de la invasión rusa a Ucrania y tendremos análisis sobre esta temática. Además, esta semana hemos conocido la confirmación del secreto a voces sobre el asesinato de Pablo Neruda por parte de la dictadura cívico-militar, en un modus operandi igual al de Eduardo Frei Montalva. Sobre estos y otros temas políticos estamos trabajando para la edición de la última semana de febrero de este 2023.
A continuación, nuestro análisis político nacional.
Los difíciles tiempos de la política
En un mundo cada vez más interconectado se viven fenómenos globales, aunque por nuestro ancestral aislamiento tendemos a creer que los fenómenos que vivimos solo nos suceden a nosotros en este pequeño y alejado país.
La política, al ser vaciada de contenido y al terminar el tiempo de las ideologías, se ha transformado en una lucha por el poder, que se logra solo a partir de la destrucción del contendor, en este caso, quien está en la oposición y desea alcanzar el gobierno construye un discurso que se centra en descalificar cualquier acción de quien gobierna; ni hablar de grandes acuerdos o pensar en el largo plazo. El resultado son seguidillas de gobiernos de signo opuesto, que llegan al poder y pierden rápidamente popularidad al no ser capaces de resolver los problemas de una sociedad compleja, y que requieren tiempos largos y acuerdos amplios.
Dos ejemplos que nos muestran esta realidad: en la emergencia provocada por los incendios forestales, los analistas coinciden en que el gobierno ha respondido adecuadamente y con esta figura de ministros de enlace en cada región, que fácilmente pudieran haber provocado conflictos ante la superposición de responsabilidades de los diferentes niveles nacionales y subnacionales del estado, pero que se ha transformado en un elemento facilitador de la gestión de la emergencia y, como indicábamos la semana pasada, con ministros destacados como Esteban Valenzuela del ministerio de Agricultura.
Sin embargo, Juan Sutil, expresidente de la CPC y hoy flamante candidato a consejero constituyente de RN por nuestra región, responsabiliza al gobierno de que estos incendios se hayan extendido en las diferentes regiones. En realidad, cuando se produjo la emergencia, el presidente había iniciado sus vacaciones, las que postergó de inmediato. Sin embargo, las críticas, insinuando que no estaba presente, generaron en la ciudadanía la sensación de que no se actuó a tiempo, tal como demuestra la última encuesta Cadem. El discurso políticamente correcto es que todos debemos estar unidos para enfrentar esta tragedia; sin embargo, acusaciones como las de Sutil, se multiplican.
Un segundo ejemplo es la actuación de la diputada Jiles que amenaza con solicitar el sexto retiro de las AFP y que, si el gobierno se opone, la cuenta se le pasará en las elecciones de consejeros el 7 de mayo. ¿Qué importa que aumente la inflación y se acreciente la crisis económica que vivimos, si ya la diputada está entre las tres políticas más populares? No hay una estrategia distinta que destruir a quien gobierna para alcanzar el poder. Y debemos ser honestos, indicando que este fenómeno ya lo vivimos hace varios años.
Los difíciles tiempos para la paz
La guerra en Ucrania, que tanto ha afectado al mundo y cuyos efectos sentimos con el incremento de precios en productos alimenticios y dificultades en las cadenas logísticas, pareciera que se transformará en una guerra larga, y en la OTAN se está impulsando a que los países aumenten su gasto bélico en este nuevo escenario.
Se espera que a fines de marzo venga la ofensiva rusa de primavera y la contraofensiva ucraniana. De todas maneras, en Estados Unidos hay sectores de las Fuerzas Armadas que están preocupados por el involucramiento en este conflicto ya que entienden que su verdadero rival es China, lo que ha quedado demostrado esta semana con el derribamiento de globos de espionaje de esa nación en territorio estadounidense. No se ven tiempos muy calmos en el mundo.
Los difíciles tiempos para gobernar
Alvin Toffler, hace más de cuarenta años, indicaba que los cambios provocados por las nuevas tecnologías estaban cambiando al mundo de tal forma que los elementos centrales que sostenían al capitalismo y al comunismo estaban desapareciendo y, por tanto, quienes gobernaran debían ser esencialmente eclécticos y utilizar políticas eficaces independientemente de su origen.
Al mirar los problemas de nuestra sociedad a través de prismas ideológicos del siglo pasado, está claro que no ayuda a enfrentar los desafíos que tenemos como país. El ciclo de bonanza del litio, la crisis de las Isapres, el sistema de AFP, la necesidad de rentas regionales para dotar de mayores recursos a las regiones, el ordenamiento territorial del mundo rural, la crisis hídrica, el crimen organizado y un largo etcétera de problemas que vivimos, deben ser enfrentados con pragmatismo y responsabilidad. Sin duda, son tiempos difíciles.
Al mal tiempo, buena cara. De seguro, la semana que viene estaremos hablando de las festividades que se vienen: nuestra gran fiesta criolla, el Festival Internacional de Viña del Mar, el Carnaval de Río y Mardi Gras en Nueva Orleans. Tiempos complejos o no, el show debe continuar y el pueblo clama por su circo.