Con siete candidaturas en carrera y dos objetadas, la presidencial tiene mucho de feria en la que cada personaje es un perfil con más o menos brillo según las luces que le llegan en sus apariciones en escenario.
Por: A.C. Mercado-Harvey
Advertencia: alto en parodia, bajo en seriedad. Prohibido leer a quien no tenga sentido del humor.
Esta semana se inscribieron nueve candidaturas a La Moneda, aunque al cierre de esta edición, dos habían sido rechazadas por el SERVEL.
Algunos podrán pensar que eso es democracia y es bueno; otros pensarán que la profusión de candidat@s es un exceso y un desperdicio de fondos públicos. Lo cierto es que, desde el estallido social en nuestro país, parece existir un hambre de cambios. Eso se ve reflejado en esta larga lista de candidatos, pero también revela la gran confusión que existe. En medio de esa confusión, las coaliciones se realinean y se cambian de nombre, como es el caso de Chile Vamos que ahora se llama Podemos +, o la ex Concertación o ex Nueva Mayoría que ahora es Unidad Constituyente. Hay caras totalmente nuevas, recicladas y menos nuevas. Tal vez, lo que sí es un cambio importante es la juventud de este grupo, con la excepción de Artés. En este grupo son todos políticos, porque no existe un aspirante a presidente que no lo sea, independiente de su profesión. Como es normal, hay algunos que vienen del Senado, otros directamente de La Moneda, otros del mundo empresarial, otros de lo mediático. Sólo hay dos que pasarán a la segunda vuelta y estarán en la papeleta en diciembre, pero ello no ha detenido a estos aspirantes que, con una enorme falta de realidad, se han aventurado en la carrera presidencial.
Hasta cierto punto, esta elección parece un circo en el que hay de todo: payasos, hombres barbudos, equilibristas, lanzallamas, enanos, etc. Las diferentes funciones circenses sobran en el caso de algunos que tienen más de una.
Hagamos el repaso, incluyendo a los objetados por el SERVEL, los que quizás por lo mismo confirman la mirada de feria de esta columna. Por orden alfabético, nos encontramos con la única cara verdaderamente nueva: Diego Ancalao. Este candidato sería el acróbata de este circo pobre, por su habilidad de saltar de un partido a otro, aunque Sichel le hace fuerte competencia. Ancalao fue demócrata cristiano, izquierda ciudadana y frente regionalista verde. Ahora va por la Lista del Pueblo, coalición que ha demostrado ser una verdadera bolsa de gatos, con gente saliéndose más rápido que pasajeros de un avión en llamas.
Siguiendo el orden alfabético, tenemos al payaso viejo, el candidato Eduardo Artés de Unión Patriótica. Dicho candidato va por segunda vez, ya se postuló en 2017, obteniendo el 0,51% de los votos. Lo más memorable de su participación anterior fue su defensa de Corea del Norte en un debate presidencial. Ese hecho lo califica con creces para el papel de payaso, porque una cosa es ser de izquierda y la otra es defender a una de las peores dictaduras que quedan en el mundo.
La próxima estrella circense es Gabriel Boric del Frente Amplio (FA), que va por la lista de Apruebo Dignidad, que aglutina al PC, al FRVS (Frente Regionalista Verde Social). Boric sería el hombre barbudo del circo, su porte y aspecto justifican el título, además del terror que le provoca a la derecha. Un miedo bastante justificado porque, a diferencia de Daniel Jadue, Boric sí es elegible, asunto que demostró con creces en los debates en los que destruyó a su contendor, con bastante más años de circo. El candidato de Apruebo Dignidad sacó más de un millón de votos en la primaria de julio y se ha perfilado como una real opción para el electorado de izquierda. Si le hace caso a Pepe Mujica, un Señor Corales con mucha experiencia, tiene posibilidades reales.
El siguiente en la lista es Marco Enríquez-Ominami o ME-O, quien parece tener intención de pasar a la historia como el candidato del más al menos, haciendo un viaje inverso al de Salvador Allende. ME-O vendría a ser el trapecista payaso por su habilidad para irse en volada y a la vez hacernos reír con sus aventuras. ME-O se ha convertido en una verdadera caricatura de sí mismo. Si pensamos que sacó poco más del 20% de los votos en 2009, poco más del 10% en 2013 y 5,1% en su tercera carrera presidencial en 2017, esta vez debería tocar fondo con menos del 1%. También podría calificar como el que tira los dardos a ciegas, por su inhabilidad para leer el panorama político. Hay que pensar que sacrificó a su partido, el PRO, por una vanidad personal que raya en lo patológico.
El siguiente es el lanzallamas de este circo: José Antonio Kast. Este candidato no se cansa de tirar molotov verbales, asunto que lo hace salir en televisión, ser entrevistado y llamar la atención, lo cual demuestra algo de habilidad política. El gran problema que tiene Kast es ser parte de la derecha pinochetista. Ese es el factor que ha impedido crecer tanto a su partido, Republicanos, como a su candidatura. Las proyecciones más optimistas de su sector señalan que muchos UDI votarán por él, al no encontrar en Sichel un verdadero candidato de derecha. Sin embargo, la derecha siempre se ha caracterizado por su pragmatismo -Lavín fue víctima de eso en la primaria-, y si sigue ese patrón de conducta, Kast va a sacar pocos votos.
El próximo es Gino Lorenzini, hasta ayer rechazado por el SERVEL y el único independiente que no va por ninguna coalición o partido. A Lorenzini le caben varias de las destrezas circenses, desde lanzallamas hasta payaso, pero la que le cuadra mejor es la de mago. A Lorenzini, uno de los tres candidatos empresarios en esta carrera, le ajusta más el sombrero del populismo puro, aunque Parisi también cae en dicha categoría. El dicho ese de “dime con quién andas y te diré quién eres” habla mucho de Gino Lorenzini: sobrino del diputado Pablo Lorenzini y amigo de Rafael Garay (el fugado por la estafa piramidal). Se nota que este candidato sabe de marketing, hasta ahora se ha destacado por sus llamativos ofertones como el de sortear viajes espaciales. Por eso le queda perfecto el trabajo de mago de circo: si materializa los viajes al espacio, se merece el título.
El siguiente artista es el hombre invisible, Franco Parisi, quien va a su segunda carrera presidencial. Este empresario, con un marcado discurso populista, es nuestro hombre invisible porque es el único candidato que no está en Chile. Veremos si verdaderamente vuelve al país para hacer campaña o se quedará en Estados Unidos, mientras la justicia avanza en el caso en el que está involucrado. Parisi no va como independiente esta vez, sino por un nuevo partido que se llama Partido de la Gente, ¿cuál gente? Si juzgamos por su candidato, gente de clase alta y gente fácilmente persuadida por el populismo.
Como en este circo sigue reinando el patriarcado, solo hay una candidata mujer: Yasna Provoste. Como tal, Yasna cumple todas las funciones femeninas del circo: trapecista, equilibrista, acróbata, etc. Provoste va por el Pacto Unidad Constituyente, Partido Liberal y Nuevo Trato, coalición que parece tener más partidos que votantes, según la primaria que tuvieron. Siempre optimista, la ex Concertación imprimió más de dos millones de votos y usó menos de 150.000. Provoste tuvo un tremendo error de cálculo. En política todo es “timing” (el momento preciso) y ella pasó el suyo que era entrar en el momento en que Jadue y Lavín se veían como los posibles candidatos. Ahora arriesga llegar tercera y quedarse fuera de la segunda vuelta.
Finalmente, llegamos al último de la lista, Sebastián Sichel, nuestro segundo hombre barbudo y adepto al trampolín, por su afición de saltar de un lado político a otro. Sichel va por ser el Sebastián 2.0, ex ministro del actual Sebastián. Por mucho que la derecha intente cambiarse de nombre (Chile Vamos, Podemos +), no cambia ni de imagen ni de ideas, solo renueva rostros, aunque Sichel es relativamente nuevo dentro de la derecha, ya que es un ex demócrata cristiano. Eso, a menos que uno cuente a ese partido como lo es en el resto del mundo, en la centro-derecha. Junto a Boric, es el que tiene mejores posibilidades de pasar a segunda vuelta, a juzgar por la votación que tuvo en las primarias legales y lo que arrojan las encuestas. Eso, si el lanzallamas Kast no le quita votos.
Con tanto candidato hay altas posibilidades de marearse, así que mi recomendación es estar informado, leer el programa de gobierno.
En una democracia informarse lo es todo, es el modo de escoger al mejor. La elección de Brasil que sacó a Bolsonaro o la de USA que eligió a Trump nos muestran claramente que la desinformación es el mejor camino al populismo y al desastre. Seamos un circo pobre, pero digno e inteligente, porque la alternativa es mala.
Con tanto candidato hay altas posibilidades de marearse, así que mi recomendación es estar informado, leer el programa de gobierno, no los eslóganes y fijarse en quién tiene su papel de antecedentes limpio, porque son una pequeña minoría. Los integrantes de este circo en su mayoría tienen o han tenido alguna causa judicial en su contra. ¿No dicen que la información es poder? En una democracia lo es todo, es el modo de escoger al mejor. La elección de Brasil que sacó a Bolsonaro o la de USA que eligió a Trump nos muestran claramente que la desinformación es el mejor camino al populismo y al desastre. Seamos un circo pobre, pero digno e inteligente, porque la alternativa es mala.
2 comentarios en “El circo presidencial”
Exelente articulo,sin lugar a dudas este circo es el peor de todos los tiempos ,todos o casi todos sus personajes causan estupor, indignacion,fustracion de esta clase politica, risa,rabia ,pero lo que si produse un tremendo vacio como sociedad, una tremenda preocupacion ,porque ante tantos payasos no sea cosa que el cuidador del circo le habra las puertas a los leones que ademas estan muy hambrientos y eso seria muy lamentable para esta generacion ya que los viejos sabemos como actuan estos animales salvajes y depradadores .
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