“Ése, el de color burdeos”: tecnólogos médicos, una profesión misteriosa

Por Fabian Muñoz Figueroa Tecnólogo Médico Docente en Universidad Viña del Mar

Soundtrack: https://www.youtube.com/watch?v=248ggPoK158

Capítulo 1: Un poco de historia y un poco de histeria.

Año 1948, estamos a solo tres años del término de la Segunda Guerra Mundial. Es el año en que Mahatma Gandhi muere asesinado. Las Naciones Unidas adoptan la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Ese mismo año, el presidente Gabriel González Videla impone en Chile (con presiones de EE. UU. de por medio) la Ley de Defensa Permanente de la Democracia (o «Ley Maldita»), que establece persecución y una serie de restricciones y vetos al Partido Comunista y a sus militantes. Entre algunas de las consecuencias, Pablo Neruda se ve obligado a abandonar el país. Ese año, Carlos Ibáñez del Campo es detenido por conspirar contra el gobierno. En otras noticias, ese año se logra sintetizar un nuevo antibiótico que cambiará la salud del mundo: la estreptomicina. La tuberculosis tiene los días contados.

Estas noticias leían en los diarios las primeras estudiantes (en su mayoría mujeres) que ingresaban a la carrera de «técnicos laborantes» en Santiago de Chile. Bajo este contexto histórico, realizaron una carrera de dos años, hasta que en 1950 se les otorgó el grado correspondiente con especialización en Laboratorio Clínico, Banco de Sangre, Radiología, Física Médica y Anatomía Radiológica.

Tendrían que pasar otros 10 años (1960) antes de que la carrera se configurara como una carrera universitaria y adoptara su nombre actual, «Tecnología Médica». Desde esos años, la profesión ha estado en constante evolución, ya que es la carrera de la salud más afín al avance de la tecnología.

Capítulo 2: Especialistas en el apoyo clínico.

Los tecnólogos médicos (habitualmente vestidos de color burdeos) son profesionales que se dedican al apoyo diagnóstico a través de cinco especialidades diversas:

• Imagenología y Física Médica: En términos generales, se dedican a la obtención de imágenes médicas (como rayos X, resonancia, ecografía, entre otras) y al tratamiento mediante radiación (radioterapia y medicina nuclear).
• Bioanálisis Clínico, Hematología y Medicina Transfusional: especialización centrada en el análisis de muestras sanguíneas para identificar condiciones y anomalías celulares, así como en el manejo de transfusiones y bancos de sangre.
• Otorrinolaringología: se ocupa del análisis de las capacidades auditivas y nasales, contribuyendo a la detección temprana de problemas como la sordera y el desequilibrio.
• Morfofisiopatología y Citodiagnóstico: se centra en el análisis de muestras de tejidos humanos mediante técnicas microscópicas para diagnosticar y tratar enfermedades presentes en células, biopsias o tejidos.
• Oftalmología: tecnólogos dedicados al estudio y tratamiento de patologías oculares, campañas de prevención, operativos oftalmológicos y también autorizados para recetar lentes.

Capítulo 3: Ese de allá, el que anda de color Burdeos.

En síntesis, estos profesionales universitarios están altamente especializados, por lo que es incorrecto llamarlos «técnicos». Son «tecnólogos», y aunque las palabras se parecen, las diferencias son importantes. Entre ellas destacan la continua especialización, capacitaciones, estudios, conocimiento patológico, la responsabilidad profesional y el invaluable apoyo diagnóstico.

Muchas veces será el tecnólogo médico quien indicará silenciosamente con el dedo una fractura que el médico no ha logrado detectar, o una tecnóloga quien puede salvarle la vida al descubrir un cáncer oculto en una biopsia. A muchos les tocará contener a un paciente que se quiere rendir en un tratamiento de radioterapia, o quizá determinará correctamente el tratamiento correctivo para la visión, evitando que el paciente continúe perdiendo la vista.

Así que, si lo atendió “ese de allá, el que anda de burdeos”, ahora usted sabe que es un tecnólogo médico.

Capítulo 4: Exija la presencia de tecnólogos médicos

A pesar de la considerable calidad que este profesional aporta a las instituciones de salud, siempre hay algún gerente cicatero que se los quiere ahorrar o algún establecimiento que utiliza prácticas poco ortodoxas que desmerecen la profesión. No entraremos en detalles, porque los colegas saben exactamente a qué me refiero (les dejo la caja de comentarios).

En este factor, usted, como paciente y usuario, tiene el poder de cambiar y mejorar la atención a través del libro de reclamos. Exija que sus exámenes y tratamientos sean realizados por tecnólogos médicos de la especialidad. Esto, además de dar trabajo a nuestros profesionales, le garantizará calidad en su atención y una considerable mejora en el sistema de salud.

Epílogo

La tecnología médica es una profesión poco reconocida, pero de gran importancia. Aunque algunos humoristas dicen actualmente que «solo estamos para apretar un botón», la verdad es que los conocimientos y la especialización distan mucho de ese inefable comentario. Es por eso que, en honor a la conmemoración de los 76 años de nuestra profesión, debemos cambiar la percepción simplista que tiene la ciudadanía de esta labor, defenderla y mostrarla al país con la importancia que realmente tiene.

Esta columna la he escrito con mucho cariño para todos los y las estudiantes y colegas que se encuentran trabajando día a día, evidenciando diagnósticos, impartiendo docencia, realizando controles de calidad, apoyando acreditaciones, estudiando, capacitando, perfeccionándose, y, por supuesto, cumpliendo con sus labores para mejorar la calidad de vida de los pacientes o directamente, salvando vidas.¡Feliz Día de la Tecnología Médica!,
La fuerza esté con ustedes.