Febrero sigue intenso

Por Rolando Cárdenas

Urrutia, Peña y un dilema mayor

La resolución del juez Urrutia de autorizar beneficios a reos vinculados a organizaciones criminales provocó unánimes declaraciones de rechazo de todo el espectro político y el gobierno.

El rector de la Universidad Diego Portales, Carlos Peña, colocó la opinión disonante al plantear que el problema está en que las autoridades no son capaces de cumplir con su función y mantener el imperio del derecho, lo que hace que esa incapacidad se disfrace mediante medidas que van coartando los derechos de las personas.

Es así como esa incapacidad del Estado conduce a gobernantes como Bukele, figura admirada por todos de acuerdo a lo que nos entregan las encuestas, y que simplemente enfrenta los problemas de seguridad olvidando completamente los derechos humanos, y no debemos olvidar que las personas ante la disyuntiva de seguridad o libertad prefieren seguridad.

Entonces las democracias y los gobernantes, entiéndase oficialismo u oposición, se enfrentan a un dilema que siempre resuelven de la manera fácil, el problema es que el resultado es minar la democracia, sistema que para el ciudadano representa una forma de gobierno incapaz de resolver los complejos problemas que enfrenta la sociedad.

Un secuestro que complica

El secuestro del exmilitar venezolano Ronald Ojeda Moreno, quien se encontraba con asilo político en Chile, puede terminar transformándose en un problema mayor. Una de las hipótesis que se baraja es la posibilidad que las fuerzas de seguridad bolivarianas hayan secuestrado a este militar, un reconocido opositor a Maduro, y lo hayan sacado del país rumbo a Venezuela.

La forma en que ha reaccionado el gobierno con reuniones del más alto nivel empieza a dar plausibilidad a esta hipótesis y la eventualidad de que así sea solo desnuda las graves falencias que tiene la inteligencia en el país. La porosidad de nuestras fronteras, el papel decorativo de la Agencia Nacional de Inteligencia, ANI, y una ley de seguridad que duerme hace más de una década en el Congreso, son la demostración de nuestras debilidades en un mundo cada vez más interconectado, donde los problemas de la criminalidad trascienden las fronteras y su capacidad de permear y corromper las estructuras sociales requieren de un nivel de inteligencia del que hoy el Estado de Chile carece.

La polarización se impone a Piñera

Ante la trágica muerte del expresidente Piñera la derecha intentó la construcción de un mito que representara valores que hoy se les ven lejanos. Es cierto que Piñera fue un gestor y hábil negociador pero también lo es que carecía de sustrato de ideas que sustentará su acción y por tanto es difícil poder hablar de un legado de su actuar en política. Además, que sus tradicionales rivales en el sector dejaron claro que esas diferencias siguen existiendo: las opiniones de Ossandón, Larraín y Kast dejan claro que no están dispuestos a ceder en las disputas que han tenido con los sectores más ligados a Piñera, lo que demuestra que los partidos siguen en disputa.

Una de las cosas que más se repitió estas semanas es la capacidad de Piñera de buscar acuerdos, pero está claro que la polarización que es parte hoy del actuar de la política sigue campeando por estos pagos.

Y el caso fundaciones sigue dando municiones a la oposición para atacar al oficialismo, así como los juicios por corrupción que afectan a alcaldes de derecha son parte del arsenal que tiene el oficialismo para atacar a la oposición. Aunque el fenómeno de la corrupción en los municipios es algo mucho más extendido y en esta región algo sabemos.

En los próximos días, los incendios que afectaron a la región de Valparaíso y que comprometen a tres alcaldesas y un gobernador del Frente Amplio se tomarán la agenda, tema que se cruzará con las parlamentarias del próximo año, dado que importantes figuras no podrán reelegirse. Ya se han publicado reportajes que cuestionan el actuar de los municipios, Senapred y Conaf, preparando el camino para los cuestionamientos que vendrán.

Todo indica que la polarización y la falta de acuerdos serán la norma del actuar de nuestras elites políticas y eso finalmente, nunca es mucho repetirlo, repercute en las posibilidades de desarrollo de nuestro país, pero eso no parece ser relevante.