¿Hemos aprendido de los megaincendios forestales de 2017?

Lo que tardaba décadas en pérdida de vegetación por incendios forestales, hoy es posible sufrirlo en una temporada, por ejemplo, en 2017 y durante este devastador verano. Un informe de un equipo del CR2 (Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia), que agrupa a investigadores de las principales universidades del país, publicó en 2020 el estudio Incendios en Chile: causas, impacto y resiliencia que analiza a fondo el fenómeno.

Lo que tardaba décadas en pérdida de vegetación por incendios forestales, hoy es posible sufrirlo en una temporada, por ejemplo, en 2017 y durante este devastador verano. Un informe de un equipo del CR2 (Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia), que agrupa a investigadores de las principales universidades del país, publicó en 2020 el estudio Incendios en Chile: causas, impacto y resiliencia que analiza a fondo el fenómeno.

Equipo El Regionalista

Varios son los factores que explican los megaincendios que vivimos desde 2017; entenderlos y actuar sobre ellos es la clave para prevenir sus efectos devastadores, plantean los 33 investigadores y científicos que analizan este fenómeno desde sus causas hasta su impacto.

Para ello, estudiaron información del período 1985 a 2018 según la cual, los megaincendios (que afectan superficies de 200 hectáreas o más) constituyen apenas el 1% del total, pero comprometen casi un 80% de la superficie quemada. Por ejemplo, el área devastada en 2017 y el presente verano supera el millón de hectáreas.

Hay datos que alarman pero, por sobre todo, deben movernos a desarrollar planes, acciones y conductas preventivas permanentes. Uno de esos datos es que desde 2010, la temporada de incendios se ha extendido en dos meses, cubriendo desde noviembre a mayo.

Sabemos también que el 60% de los incendios se produce en lo que se ha llamado la interfaz urbano-rural, es decir, el territorio donde conviven población y ecosistema vegetal. Se trata solo de un 5% de la superficie del país, pero allí se concentra el 80% de la población y en esos territorios los incendios arrasan con viviendas y suelen acumular víctimas fatales. Los incendios de interfaz urbano-rural han afectado con más fuerza a las regiones de Valparaíso y Biobío.

El estudio concluye también que en el período analizado, un 50% de los incendios comprometió plantaciones comerciales (sobre todo pino y eucaliptus) y solo un 20% de bosque nativo.

Hay un par de factores de base que facilitan la ocurrencia del fuego: la megasequía que azota el centro sur del país desde fines de la primera década del siglo y las olas de calor, asociadas a baja humedad, ausencia de nubosidad y viento intenso. Esto último, está claramente relacionado con el cambio climático.

Intervención humana

Pero hay factores que en los más de 30 años estudiados muestran una tendencia preocupante que apunta a causas por intervención humana. Del 89% de los casos en que pudo determinarse la causa, el 56% fueron incendios accidentales y el 32%, intencionales. Araucanía y Biobío son las que presentaron la mayor afectación por incendios intencionales. La discusión política que se da hoy sobre la intencionalidad no puede desatender que se trata de una causa que viene en aumento desde fines de los 80.

Los factores estructurales mencionados antes contribuyen con mayor disponibilidad de combustible, pero hay varios factores que se relacionan con la gestión de los bosques exóticos o comerciales y del suelo, que pueden contribuir a la propagación de incendios.

El estudio recuerda que un 20% del bosque nativo ha sido reemplazado por matorrales, pastizales, zonas agrícolas, plantaciones exóticas o comerciales. Entre ellas, las más inflamables son las plantaciones de eucaliptus y pinos por su densidad, su disposición continua, y brechas en su manejo, y los matorrales. Bosques comerciales y matorrales, también son muy propagadores del fuego, lo que no sucede con igual intensidad con el bosque nativo.

Pero también están entre las principales causas de los incendios las quemas de rastrojos de cosechas.

Pinos y eucaliptus facilitan la propagación

Las especies exóticas pueden modificar el régimen de incendios forestales: aumentan su velocidad de propagación, extensión, intensidad, frecuencia y temporalidad. Ello, porque acumulan más biomasa y combustible fino, tienen bajo contenido de humedad, concentran compuestos volátiles y alto poder calorífico. Adicionalmente, soportan mejor el fuego: por ejemplo, en un escenario de alta temperatura el pino radiata libera sus semillas, mientras que el eucaliptus rebrota abundantemente de sus raíces o base cuando el tronco es afectado por el fuego.

¿Cuál es la vía para disminuir la probabilidad de ocurrencia de incendios? Son varias: desarrollar la restauración del bosque nativo, establecer mosaicos de paisajes heterogéneos, es decir, diversas especies y no exclusivamente monocultivos, gestión y manejo de quemas controladas.

Para la industria forestal, la recomendación es rediseño del modelo para su proyección en el tiempo, porque el estrés hídrico y el aumento de temperaturas, aumentarán el riesgo de incendios en este tipo de plantaciones.

También es posible concluir que la proliferación de conjuntos urbanos donde no existen los servicios mínimos, puede constituir una amenaza de propagación de incendios. Es el caso de agrupaciones de viviendas surgidas en el marco de loteos rurales destinados a parcelaciones.

El riesgo de incendios forestales no desaparecerá, está claro, en particular si se tienen en cuenta los factores de base que facilitan su concurrencia como lo son el cambio climático y eventos meteorológicos extremos. Pero se trata de incrementar las capacidades de manejo para reducir su impacto y controlar al máximo su ocurrencia.

Para ello, la convocatoria debe sumar a la ciudadanía, a las empresas que intervienen en el mundo rural y la naturaleza, particularmente la industria forestal (que posee casi 3 millones de hectáreas de plantaciones y terrenos) y a las autoridades. Mantenerse en conductas pasivas o de compromisos mínimos en este terreno, solo puede preludiar que cada vez con más frecuencia, sufriremos tormentas de fuego como las de 2017 y de este verano de 2023.

Incendios forestales en Chile: causas, impactos y resiliencia en: https://www.cr2.cl/incendios/

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24 comentarios en “¿Hemos aprendido de los megaincendios forestales de 2017?”

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