La cantina constitucional

El contenido de esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja la línea editorial ni postura de El Regionalista. 🠖 Volver a la editorial.

En los próximos días se cumplirá un mes de funcionamiento de la Convención Constitucional. Habiendo transcurrido 1/9 del tiempo que les fue otorgado para redactar el nuevo texto constitucional (ya se han jugado los primeros 10 minutos del partido) no se ha escrito ni una sola coma.

Desde el día de la instalación de la Convención, hemos podido observar una borrachera constituyente. Basta recordar como en dicha ceremonia algunos de los convencionales pifiaron el himno nacional, y otros, como si estuvieran en la feria, exigían a gritos y con palmotazos la suspensión del acto republicano.

Luego, en una cuestión totalmente ajena a sus facultades y al propósito que les fue encomendado, igual que aquel que bebe más de lo debido, comenzaron a emitir declaraciones. Y no cualquiera, sino para exigir determinados modos de proceder al poder legislativo. ¿Se imagina usted al presidente de la República haciendo una “declaración”, indicándole a los jueces cómo deberían fallar? Bueno, así de descabellado fue el actuar de los constituyentes.

Enseguida, y tal como muchas veces sucede con quien se encuentra bajo los efectos del alcohol, surgió la apología a la violencia. Primero, validando las funas a los constituyentes de derecha (Baradit, las calificó como “convenientes”), y luego justificando los actos vandálicos de quema, saqueo y destrucción, llegando al extremo de promover un perdonazo de los delincuentes. En el momento en que se valida la violencia como método legítimo de acción política, se acaba la democracia y comienza la dictadura. Cuando la música la pone el matón del curso y no la que elige la mayoría, la fiesta se termina. Volvemos al Chile de antes de los 90.

Además de lo anterior, la cantina constitucional ha estado empecinada durante estas semanas en que les otorguen un aumento de presupuesto para sus caprichos. Incluso la presidente de la Convención ha señalado que algunos constituyentes habrían bajado de peso por falta de condiciones, pareciendo olvidar que su remuneración es de más de 7 veces un sueldo mínimo. Podríamos bautizarla como “la dieta de los constituyentes”: gane 2 millones y medio, y baje dos kilos. Estoy seguro que muchos chilenos quisieran tener el privilegio de poder hacerla.

Es por todo esto que no resulta extraño la renuncia de constituyentes a la Lista del Pueblo, que a esta altura habría que denominarlos “los listos del pueblo”. Constituyentes que habiendo prometido construir la casa de todos, hasta ahora no han construido nada, y al parecer, quieren hacerlo solo para algunos. Con el poder en sus manos, rápidamente están adquiriendo las prácticas de los mismos de siempre. En estos días, en la cantina aparecieron constituyentes disfrazados de pikachu y dinosaurios, y nos enteramos que el vicepresidente pidió una van particular para sus traslados, un gran privilegiado.

Este es un partido que la izquierda lo juega sola, donde no tendrá como excusa la obstrucción de la derecha, y tiene entre manos un gran desafío que ella misma se lo impuso: escribir una constitución mejor que la de Pinochet. ¿Serán capaces?

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

2 comentarios en “La cantina constitucional”

  1. Pingback: Editorial 6 agosto » El Regionalista

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras Noticias

Un inicio primaveral no tan feliz
28 septiembre 2024
Octubre: sanar Rancagua de sus desastres
28 septiembre 2024
Mujeres del mundo académico se refieren al caso Cubillos
28 septiembre 2024
Espacios culturales abrirán gratuitamente en la Noche de Museos el 11 de octubre
28 septiembre 2024
Mil vecinos de Peralillo denuncian proyecto de embalse San Diego
28 septiembre 2024
Predicciones místicas y políticas: ¿Qué nos espera según los brujos de la montaña?
28 septiembre 2024