Por Equipo El Regionalista
O’Higgins fue la región del país que más creció en parque de vehículos motorizados desde 2019 y la tercera con más crecimiento entre 2021 y 2022.
Los datos los entrega el INE, Instituto Nacional de Estadísticas, a partir del registro de permisos de circulación en todos los municipios de Chile.
Mientras a nivel nacional el parque aumentó un 9,4% desde el año previo a la pandemia, llegando a 6 millones 120 mil vehículos motorizados, en O’Higgins en el mismo período creció casi un 25%, totalizando algo más de 397 mil unidades.
Y si se compara 2022 respecto de 2021, crecimos un 5,8%, solo superados por Los Ríos y Aysén.
Mirando a nivel de las provincias y comunas, el parque de vehículos motorizados también entrega información relevante en O’Higgins.
A nivel provincial, Cardenal Caro es la que más aumentó desde 2019, pasando de algo más de 29 mil unidades a casi 73 mil, un 148%, mientras que en Colchagua solo se incrementó en un 7%. Nuevamente entre 2021 y 2022, Cardenal Caro es la que más incremento tuvo en sus vehículos motorizados, con un 11% y Colchagua la que menos, con un 3,2%.
Cuando la revisión se hace a nivel comunal, hay distorsiones. Porque es sabido que las comunas realizan campañas de captación de permisos de circulación, nuevos o de vehículos de años previos, pero la información de todos modos permite ver el comportamiento del parque al menos respecto de tendencias generales.
Comunas con más variaciones
Las comunas que más crecimiento tuvieron en parque de vehículos motorizados desde 2019 a 2022 fueron Marchigüe (con un crecimiento hiper explosivo de 9.327 a 48.739 unidades), Lolol (de 2.941 a 4.000), Coinco (de 2.845 a 3.807), Quinta de Tilcoco (de 5.624 a 7.338) y Codegua (de 5.806 a 7.530).
Las mayores bajas en su parque registrado de vehículos a motor las tuvieron Palmilla (10.240 a 7.604), Olivar (6.730 a 6.523) y Pumanque (de 2.836 a 2.816)
La posesión de vehículos a motor puede ser síntoma de mayor capacidad de consumo, calidad deficiente de la alternativa, el servicio de transporte público, y aun hoy es posible que sea una seña de estatus, dependiendo de las características socioculturales de la población.
El aumento de los vehículos también es una mala seña respecto de las metas de las autoridades y organizaciones de la sociedad civil que apuntan a descongestionar calles y carreteras y, de paso, promover un ambiente más limpio y un mayor compromiso de las personas con estilos de vida más saludable.
Por ahora, y a juzgar por la congestión que se aprecia en las vías de las comunas de O’Higgins, el crecimiento de vehículos motorizados es más bien una señal de un crecimiento que no le hace bien ni al ordenamiento territorial ni a la calidad de vida de la población.
