La historia del niño que sueña con ser científico

Gabriel de 12 años es vecino del Centro de Investigación Rayentué del INIA en el sector Los Choapinos de Rengo, estuvo dos semanas trabajando codo a codo con las y los profesionales del área de manejo de Suelo, y dio un paso fundamental en el camino a su sueño de ser investigador.

Equipo El Regionalista

Para Gabriel Puelles, quizás fueron las dos semanas más intensas de sus 12 años de vida. En medio mes, estiró el tiempo para compartir con l@s investigador@s del centro Rayentué del INIA, observar, estudiar, leer, participar en el trabajo de laboratorio y hacerles una presentación con todo lo que había aprendido.

Esta historia de una vida que recién despunta comenzó a fines de 2022, cuando INIA Rayentué realizó su tradicional Día de Puertas Abiertas, al que asistieron niños y niñas de escuelas y liceos que pudieron conocer el centro y adentrarse en lo que hace. Entre los menores que llegaron, destacó Gabriel Puelles, alumno de 6° básico de la Escuela Los Choapinos, mismo sector donde se emplaza el centro de investigación.

Gabriel llenó de preguntas, intervenciones y comentarios a l@s investigadores a cargo de los módulos demostrativos que se dispusieron aquel día. Y no solo eso, mostró una capacidad de análisis y aprendizaje que sorprendió a l@s profesionales del centro, lo que llevó a que el Dr. Jorge Carrasco, ingeniero agrónomo y especialista en Manejo de Suelo, decidiera invitarlo a hacer una especie de “pasantía” en sus vacaciones, la que Gabriel y su grupo familiar no dudó en aceptar.

Fueron cerca de dos semanas en las que Gabriel pudo aprender y empaparse de conocimiento respecto a diversas temáticas relacionadas con el laboratorio de Física de Suelos que funciona en INIA Rayentué a cargo del Dr. Carrasco, quien lo acogió y guio durante todo el proceso. “Nos dimos cuenta que era un niño brillante, entonces nos preguntamos por qué no apoyarlo, quizás podíamos prender en él el gusto por la ciencia y la investigación. Además, al vivir y estudiar en el sector, eso nos permitía integrarnos con la comunidad de Los Choapinos y su Escuela Básica. Lo vimos como una posibilidad de apoyar más a Gabriel, porque con su capacidad intelectual sabemos que puede llegar lejos, y en eso nosotros quisimos orientarlo y generar un punto de inflexión en su vida”, señala Carrasco.

En temas tan complejos como parámetros físicos de suelos, límites de plasticidad y textura -elementos fundamentales para saber, por ejemplo, si un suelo sirve o no para construir un tranque- Gabriel comenzó rápidamente a tener manejo, sino que además realizó análisis solo, y llegó a un punto tal que el propio equipo de profesionales recibía comentarios por parte de Gabriel.

“Aprendí e hice muchas cosas, como preparar los cilindros para medir parámetros físicos, conductividad hidráulica, espacio de macroporos y también el peso seco. Todo esto me sirvió también para ayudar en la huerta que tiene mi mamá porque aprendí a conocer el suelo. Me gusta todo lo que tiene que ver con la naturaleza y leo mucho, me dicen que soy ratón de biblioteca, pero eso no quiere decir que no me guste todo lo relacionado con el aire libre, los animales y la vegetación”, señala Gabriel.

Tanto es su gusto por la lectura, que a modo de “tarea”, el Dr. Carrasco le encomendó leer el libro “El Espinal de la Región Mediterránea de Chile”, escrito por varios investigadores de INIA, el cual completó en pocos días y posteriormente realizó una presentación a todo el equipo profesional del área, donde mostró el manejo y el conocimiento adquirido no solo con la lectura del libro, sino también durante su corto pero fructífero paso por la institución.

Para la madre de Gabriel, Tabita Farías, “es muy bueno que INIA le haya dado una oportunidad así a Gabriel, porque dentro de las muchas cosas que él siempre dice que quiere estudiar de grande, este tipo de experiencias, conocer e ir probando, le permiten aprender más, y sobre todo porque INIA le está dando acceso a niños de este mismo sector, porque les ayuda mucho y a mi me llena de orgullo que lo hayan escogido entre tantos niños para esto. Siempre le digo que la plata va y viene, que la mejor ganancia para un niño siempre va a ser el aprendizaje”.

Gabriel seguirá vinculado a la institución, no solo porque vive cerca, sino porque INIA Rayentué se comprometió a invitarlo continuamente, en especial para sus días de Puertas Abiertas, con la esperanza de que en un futuro próximo pueda ser un destacado profesional e investigador del área agropecuaria.

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