Por Rolando Cárdenas
En política, las elecciones no se ganan ni se pierden sólo se explican. Así dice el viejo mantra de los políticos que propone conocer el contexto en que se dan para que mantengamos su validez.
Aquí ensayamos algunas de esas explicaciones:
El fin del binominalismo
La comodidad de este modelo garantizaba que, superada la valla de la nominación partidaria, quien fuera el elegido ya tenia la carrera ganada. Por otra parte, el elector no era dueño de su voto, sino que pertenecía al sector al cual adhería. Hoy, el elector está empoderado y tal como pasó en la elección de gobernadores, si su candidato no sigue en carrera simplemente no va a votar, por tanto, no es descartable una baja de electores en la segunda vuelta presidencial. Esto es parte de lo que provoca el desplome institucional que vivimos.
Termina el ciclo iniciado por la explosión social
El 18-O inició un ciclo de inestabilidad que terminó con la constitución del 80 y dio inicio a la Convención Constitucional, que representa muy bien el sentimiento de ese momento revolucionario. Este ciclo finalizó con las elecciones del 21 de noviembre.
La desconexión con la ciudadanía
La desafección de la política y las instituciones se relaciona con una élite gobernante que ha sido incapaz de empatizar con la gente y sus problemas lo que, sumado a los grandes niveles de desconfianza interpersonal de nuestra sociedad, ha sido una fórmula que ha acrecentado la caída de las instituciones, hecho en el que además han incidido sus innegables fallas.
El nuevo clivaje orden – inseguridad
Hay urgencias que hacen sentido a las personas que sufren problemas de inseguridad cotidianamente y han transformado brutalmente sus vidas. Narcotráfico, violencia cotidiana, delincuencia entre otras, son situaciones que la izquierda ha sido incapaz de asumir y la derecha ha explotado sabiamente, aunque cuando ha estado en la administración, como ahora, sus acciones en este frente no han sido eficientes.
La elección del 21 debemos analizarla además con el agregado que el actual gobierno de derecha es el peor gobierno desde el retorno a la democracia y es probable que Piñera traspase la banda presidencial a un nuevo gobierno de su signo político, algo que no sucedía hace décadas.
Las elecciones del 21 de noviembre
El desquite de las encuestas
Y las encuestas no estaban equivocadas: el triunfo de Kast por estrecho margen frente a Boric, era lo que indicaban los estudios de opinión. Este resultado implica un golpe fuerte para el ánimo de los adherentes de Boric que, a diferencia de Kast, pareciera que todavía no entienden que deben ampliar su base electoral.
Lo relevante, el parlamento
El oficialismo ha logrado algo inédito, logró por primera vez la mitad de la Cámara alta, llegando a 25 Senadores. Y aunque la oposición mantiene la mayoría, en diputados, la llave de las negociaciones la tendrá el Partido de la Gente (de Parisi) con sus ocho diputados. Independientemente de quien sea el nuevo gobierno, todo su accionar será una tortuosa gestión de negociaciones permanentes.
La ingeniería política aun rinde
A nivel de Cores, la derecha logró un mejor desempeño al llevar listas grandes, con un 27% de los votos tiene mayoría de Cores (151).
Qué hacer para la segunda vuelta
Kast: ya definió un camino, está dispuesto a sentarse a negociar y cambiar cualquier cosa de su programa a cambio de adhesión electoral. Seguirá enfatizando el orden y la amenaza comunista que representa Boric, además de insistir en descalificarlo.
Boric: aún no está claro qué camino quiere seguir, si negocia con la ex Concertación e incorpora demandas de este sector a su programa, relegando al PC a un segundo plano, o si se deja llevar por un discurso más principista e intelectual, que no da cuenta plenamente de los problemas cotidianos de las personas.
Es necesario además que los contendientes tengan presente que la adhesión de los votantes de las demás candidaturas no será mecánica, son electores que deben ser convocados. La Convención es otro tema relevante, ¿será una buena maniobra la de Bassa de cuadrarse con Boric de inmediato? Hay que evaluar también si la segunda vuelta se transforma en una suerte de evaluación de la Convención. Si sucede lo que la lógica electoral indica, podemos estar en presencia de un desaguisado mayor.