La virtud de la solidaridad: el duelo de la Sexta Compañía de Bomberos de Rancagua

La vida del fundador de la Sexta Compañía de Bomberos de Rancagua, Luis Muñoz Espinoza, quien falleció a los 95 años en medio de la última gran tormenta, es un ejemplo de ponderación, entrega humilde y servicio a los demás.

Por Marcel Albano

@marcelenredes

Las virtudes del Chile del siglo XX, a veces se guardan en el silencio ajenas a toda vanidad; y es ese silencio el que precisamente deja en la memoria colectiva de sus habitantes, biografías de caminos y senderos que, de la mano de grandes personajes de bajo perfil, marcan el destino de muchas generaciones. Este es el caso del fundador de la Sexta Compañía de Bomberos de Rancagua, Luis Muñoz Espinoza, quien falleció a los 95 años en medio de la última gran tormenta. El gran roble fue despedido en medio de una concurrida jornada de ritos, saludos, guardias y honores tradicionales de las Compañías de Bomberos de Rancagua.

Su estela de buena vibra se siente en la Sexta. Su velatorio fue en el Salón de Honor, que lleva su nombre por decisión de sus propios camaradas desde 2013, y su huella está presente en los espacios simbólicos centrales, lo que documenta el sincero reconocimiento de la comunidad de bomberos. El director de la compañía, cuenta que el “tío Lucho” se molestó al ver su nombre en la placa de honor dada su humildad y la voluntad de servicio de bajo perfil. “Le costó acostumbrarse al halago”.

A su haber, acumuló una vasta cantidad de títulos: tesorero general honorario, director honorario del Cuerpo de Bomberos Rancagua y Bombero Insigne de Chile Sr. con premio por constancia de 50 años al servicio de la comunidad. La institución le reconoció la eficiencia, respeto y dedicación en la enseñanza de valores cívicos como la probidad y transparencia. Sus compañeros hablan de un hombre correcto, hoja de vida intachable, cero anotaciones negativas en toda su trayectoria.

Cuando una biografía se convierte en historia

En 1966, en el campamento minero de Caletones, un grupo de trabajadores de la mina “El Teniente”, en la cordillera de Machalí, que pertenecían a diversos quehaceres industriales vinculados con la mina, organizaron grupos operativos de emergencia en coordinación con la Braden Cooper Company. El propósito era prevenir y enfrentar accidentes, incluido el manejo de incendios industriales.

Posteriormente, en conjunto con los trabajadores de Sewell, la compañía cerraba el ciclo de servicio en la company town e iniciaba la “Operación Valle”, que consistió en trasladar a la población minera hacia el valle de Rancagua.

Su amigo, compañero y miembro fundador de “la Sexta”, don Sergio Oyarce, recuerda que Luis, “ocupó todos los cargos que existen hasta ser el portaestandarte, fue un hombre destacado”.

“Fundamos la compañía el día 6 de marzo de 1971, y recuerdo que, durante el proceso de acreditación, el cuerpo de bomberos de Rancagua valoró que estábamos muy bien organizados. La administración Braden Cooper no descontó un solo día de sueldo a sus trabajadores bomberos”. Un hombre que gustaba hacer todo perfecto o casi todo perfecto, dicen los presentes. “La empresa donó material de los dormitorios de los solteros en Caletones para construir la primera infraestructura de la sexta compañía”.

Así, de manera ininterrumpida, sirvió desde las bases en el sector norte de Rancagua donde presta servicios, hasta el día de hoy, la Sexta Compañía de Bomberos “El Teniente”.

La tradición de la procesión nocturna

Luego de la homilía en la catedral de la plaza de Los Héroes de Rancagua, las compañías de Bomberos de la capital regional, desarrollaron el desfile tradicional nocturno, antorchas en mano, por las calles del centro hasta el Mausoleo de los bomberos en el cementerio N°1 en Alameda.

Esta tradición, de sepultar a los bomberos por la noche, data de 1859. Sucedió durante la presidencia de Manuel Montt, quien decretó toque de queda y control ciudadano ante una inminente revuelta social. Sin embargo, en una actitud desafiante, cuando los bomberos debieron sepultar a uno de sus hermanos caídos en el combate a fuego, hicieron su procesión con antorchas y faroles, instaurando la tradición simbólica que ha marcado su mística hasta nuestros días.

Finalmente, la familia junto con los presentes, homenajearon al “tío Lucho” destacando su sello: amante de la vida, solidario, justo y sabio. Los discursos de las autoridades de la institución reafirmaron el compromiso de la Sexta Compañía de Bomberos de Rancagua para proyectar su espíritu como un amante de la cultura, la eficiencia y el servicio a la comunidad.

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4 comentarios en “La virtud de la solidaridad: el duelo de la Sexta Compañía de Bomberos de Rancagua”

  1. Fuiste un grande papito, gran hombre, esposo, padre, amigo y un servidor desde tu juventud, estoy profundamente agradecida de todo el apoyo a nuestra familia de familiares, amigos, camaradas, por acompañarlo en su partida de este mundo y volar al cielo junto a mamita.
    Hermosas palabras para resumir parte de su vida, mil gracias Marcel.
    Lety.

  2. Estos hombres deben ser valorados y recordados sobre todo como un ejemplo a seguir por la juventud escolar Un Gran Hombre indiscutible ser humano un hombre a carta cabal.QDP.

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