Por equipo de El Regionalista
El verano y el despunte del turismo rural brindan el espacio favorable para aventurar por pueblos de nuestra región desperdigados por los faldeos de Los Andes o de la cordillera de la Costa, por el borde del Pacífico y por el valle. Amplia variedad de paisajes que atraen desde los nombres de cada comuna.
Somos país joven pero ya en los nombres de cada localidad se acumula la historia de tres o cuatro siglos de quienes habitamos esta tierra. Son nombres que hablan de nuestro pasado promaucae-mapuche, aún presente en varias comunas de la región, y que se originan precisamente en los primeros habitantes de puntos de concentración que fundaron los españoles a partir del siglo XVI.
Sucede que los colonizadores sostuvieron la fundación de centros poblados en tierra chilena a partir de dos focos de interés político, social y económico y en torno a una necesidad imprescindible: el abastecimiento de agua que proporcionaban los ríos. Esos dos focos iban de la mano de la producción económica, por un lado, y el adoctrinamiento por el otro. Mientras la producción se articuló en torno a faenas mineras, agricultura o fabricación de productos, los llamados obrajes, el adoctrinamiento corría por cuenta de los misioneros de la Iglesia Católica. La corona entregaba tierras a los colonos (las mercedes) y les encargaba grupos de indígenas, las encomiendas, quienes al tiempo trabajaban para sus señores en minas o cultivos. La concentración de los indígenas para su sometimiento al trabajo o al adoctrinamiento se hacía en “pueblos de indios”.
Quienes investigan la historia colonial, identifican varios pueblos de indios en nuestra región: en el actual San Vicente de Tagua Tagua, Apalta, Malloa, Copequén, Rapel, Colchagua (en Palmilla), Pichidegua, Peumo, Nancagua. En todos ellos había curas doctrineros, la máxima autoridad del poblado, y una muchedumbre de familias indígenas en oportunidades matizadas por personas de origen negro o mestiza.
Todo lo dicho sirve para conjeturar algo que no debe estar muy alejado de lo que sucedió: la gente bautizó sus localidades, usando su lengua originaria, es decir, el mapudungún.
Revisemos, entonces, los nombres de comunas de la región enraizados en la lengua mapuche, con el afán de indagar en otras ediciones en el origen de otros nombres.
Un antecedente previo: una búsqueda simple en Internet permite tener significados con relativa facilidad, descomponiendo nombres compuestos como por ejemplo Pichidegua. O sea, si degú es ratón y pichi, pequeño, entonces Pichidegua significa ratón pequeño. Y probablemente, en muchos casos la traducción acierta, pero el mapudungún ha sido reconocido como un idioma de mayor complejidad, por lo tanto, nada mejor que fiarse de lo que definen lingüistas del mapudungún. Por ello, entre todo el material que aflora en Internet, tomaremos como base el libro Topónimos de origen mapuche de 2020, publicado por la Fundación Aitue, que cuenta con la firma del lingüista Necul Painemal. Y sumaremos interpretaciones o traducciones alternativas de los nombres de nuestras comunas.
Chimbarongo:
Viene de chimpa que significa del otro lado y rongo, niebla: niebla del otro lado o lugar entre nieblas. También es posible encontrar alusiones a que chimpa viene del quechua y otras interpretaciones del significado del nombre: cabeza torcida y también lugar de aves.
Codegua:
De ko, agua y zewu, ratón: ratón de agua. Sin embargo, hay documentos que descomponen el nombre así: co-deuy-hue, es decir, lugar de agua y piedras.
Coinco:
Ko y küyum, esta última es arena: aguas arenosas o agua del arenal.
Coltauco:
Nuevamente está la partícula ko a la que se agrega koltrau, renacuajo: agua de renacuajos
Doñihue:
Hue está presente en muchos nombres de pueblos del país, también en la forma hua, y significa lugar de. Para el resto del vocablo, la fuente que citamos traduce cejas de züñiñ, es decir, lugar de cejas. Pero otra interpretación para doñu le da el significado de arvejilla, o sea, lugar de arvejillas.
Litueche:
En este caso, lo primero que debemos tener en cuenta es que el nombre actual de la comuna tiene menos de medio siglo. Los que tienen 60 o más recordarán que desde el rodoviario de Rancagua salían buses a Rosario Lo Solís, que fue como se llamó esta comuna hasta los 70. Es decir, el nombre actual no viene desde la Colonia.
Hay dos interpretaciones para el nombre, una que lo descompone en llituwe, que quiere decir el inicio y che, persona, esto es, personas originales. Y pese que es una traducción que favorece, hay otra que suena más y que refiere a la producción de caolín en la comuna: lüg, blanco, tue por tierra y che, persona: gente de tierras blancas.
Lolol:
Viene de lolo, hoyo: lugar de hoyos. También se suele leer agregándole cangrejo; tierra de cangrejos y hoyos.
Machalí:
De macha que es molusco y lil, acantilado: acantilado donde hay machas. Pero también se traduce desde el quechua como tierra apelmazada. Y el significado más común es el de tierra de brujos, aunque en la búsqueda no llegamos a la descomposición lingüística de la palabra.
Malloa:
De mallo que es greda o yeso: lugar de greda o de greda blanca.
Marchigüe:
De machi, lugar de machis. Pero, nuevamente, la traducción común es lugar de liebres, aunque también se habla de lugar de vientos o lugar donde se trabaja la greda.
Nancagua:
Nankan en mapudungúnrefiere a animal que está en celo, por lo que significaría lugar donde se aparean los animales. También se traduce como lugar donde se ha perdido algo.
Pichidegua:
Lo ya mencionado: dewü es ratón, es decir, ratón pequeño.
Pichilemu:
Lemu es bosquecillo. Significa entonces pequeño bosque. Wikipedia recoge la traducción lugar de gaviotas.
Pumanque:
Manke es cóndor y pu es un prefijo que sirve para pluralizar. Significado: cóndores, pero también se usa tierra de cóndores.
Quinta de Tilcoco:
Trilil se traduce como sonido y ko, como ya sabemos, es agua: agua que suena. Pero también hay quien traduce til como piedra, es decir, agua entre piedras.
Rancagua:
La palabra rünku se traduce como salto, por lo que significaría lugar de saltos. Pero si lo que señalan otros, según lo cual ranku sería caña, entonces, el nombre se referiría a lugar de cañas.
Rengo:
La traducción que utilizan los organismos oficiales de la comuna apunta al nombre del cacique local de tiempos coloniales, cuyo nombre se traduciría como invencible o bravo entre los bravos. Pero si su existencia no está probada, habría que apegarse a la traducción menos poética de rünku, que como ya decíamos es salto, u optamos por rüngo, harina blanca.
Requinoa:
El sufijo re significa solamente y kinwa, quinoa: solo quinoa. Pero hay otras traducciones: escasez y otra más es künowa, cabellos de ángel, esto es, solo cabellos de ángel.