Los bichos que arruinan el veraneo

Por Fabián Muñoz Figueroa, Tecnólogo Médico
Docente en Universidad Viña del Mar

Soundtrack: Una noche en el monte calvo- Modest Músorgski

En mi infancia teníamos un primo tan pesado que le apodaron “el tábano”. Que lo anterior sirva de antecedente para abrir la presente nota.

El calor del verano nos invita a volver a los ríos y los campos, a retomar ese nexo olvidado con la naturaleza. Cada año miles de campistas deciden cambiar la comodidad de un colchón por unos días durmiendo en carpa, con todo lo que ello implica: lo bueno, lo malo y los bichos.

Hoy pasaremos a proceso judicial a los principales artrópodos que podrían hacerle pasar un mal rato en sus vacaciones Eso sí, arañas, piojos, pulgas, garrapatas y ladillas quedan descartadas para nuestra presente cita, en esta oportunidad solo nos centraremos en el veraneo.

El coliguacho

El primer acusado en pasar al estrado será el “Osca lata”, nombre científico de un enorme mosco negro con abdomen colorado (por estos días es trending topic en redes sociales). A pesar de ser conocido como tábano, es más correcto referirse a este insecto como coliguacho.

El coliguacho habita en sectores húmedos, le atraen el color azul y los movimientos desesperados que hacen los humanos por alejarlos. Se alimenta de néctar de flores, así que ya se puede ir imaginando lo que va a pasar si a usted se le ocurre usar perfumes dulces. La hembra necesita nutrientes para formar sus huevecillos, nutrientes que abundan en la sangre de los mamíferos. Así, con vuelos ruidosos, rodeará a la víctima hasta pararse en la piel de algún descuidado y clavar su probóscide para saciarse de sangre.

Este bicho es acusado de hostigamiento con picaduras a los campistas. El veredicto: culpable.

A continuación pasan al estrado una pareja de dípteros hematófagos, estos son verdaderos tábanos y, a pesar de que son más pequeños que los coliguachos, cuentan con un modus operandi más efectivo: son silenciosos. El tábano amarillo (o de pantano) tiene hermosos ojos tornasolados, y es el más silencioso. El tábano gris es un poco más ruidoso y, de lo que llevamos visto, es el que cuenta con la picadura más dolorosa.

El tábano

Y la experiencia nos permite darles la misma sentencia que al coliguacho. Lo positivo de todo esto es que los insectos vistos hasta ahora “no saben” que pueden usar su aguja para defenderse, en otras palabras usted puede atrapar a estos bichos con la mano y jamás lo van a picar porque se desesperan por escapar. Esto da pie al mito popular que versa: para que los tábanos dejen de molestar, hay que pillar uno y enterrarle un palito en el poto”. Demás está decir que no hay evidencia científica de que ello realmente funcione.

El inofensivo escorpión

Los alacranes chilenos son escorpiones que en general no representan un peligro para el ser humano (a menos que usted sea muy alérgico). Generalmente se les puede encontrar escondidos bajo la hojarasca del bosque y suelen ser de hábitos nocturnos, que es cuando salen a cazar. Para algunos su anatomía es muy repulsiva y causa temor. La verdad es que las picaduras de este animal son muy raras, en defensa propia y ocurren generalmente por descuido humano (como dejar mal cerrada una carpa). Los escorpiones chilenos no tienen veneno letal para el ser humano, pero sus heridas se pueden infectar, así que en caso de picadura, lave con agua y jabón.
Se presenta como evidencia en su contra un caso ocurrido en el sector de “Casa de Piedra” en Machalí. A eso de las 7 de la tarde, la víctima estaba apoyada contra una roca y recibió un aguijonazo en el trasero, pero además del susto no hubo consecuencias. El mismo afectado lo recordó como: “literalmente, hay que tener muy mala c….”

Veredicto: inocente, las presas principales del alacrán no son los mamíferos.

Las chaquetas amarillas

En cuanto a las siguientes procesadas, la evidencia es muy contundente y no hay abogado que las quiera representar. Se trata de la avispa europea (de antenas negras) y la avispa papelera (de antenas naranja) sus cargos reincidentes les dan la fama de uno de los bichos más odiados del verano. Ambas son apodadas como “chaquetas amarillas”, pero la verdad es que se trata de dos insectos diferentes. Mientras que la avispa alemana anida en tierra, la avispa papelera es conocida por sus nidos en forma de cono que cuelgan de los techos. Ambas son especies invasoras, muy dañinas para la fauna endémica porque comen de todo: fruta, carne, insectos, pescado… y su picadura, señores del jurado, nunca se olvida.

Al contrario de los tábanos, no se le ocurra atrapar avispas con la mano, porque estas criaturas  son muy hostiles: pican y muerden con ensañamiento.

ciudadanía aplicarles la pena capital, a través de trampas, si es posible. Para estos hampones no hay redención ni alegato. Lo cierto es que dárselas de Vlad Tepes y empalar a estos insectos no va a solucionar el problema, para ellos “usted es el problema”.

Jerjeles

Los jerjeles son moscas muy pequeñas (1 a 5 mm), pero que su tamaño no los engañe señores, si bien su picadura no es muy dolorosa (comparable a una pulga), se pueden volver una verdadera molestia cuando una horda de jerjeles descubre una fuente de alimento humana. Pertenecen a la familia “simuliidae”. Son más frecuentes de encontrar en la zona norte del país, cerca de los arroyos donde cumplen su primera fase de vida que es acuática. En su fase adulta, estos bribones atacan de día, en enjambres, pinchando una y otra vez, formando “caminitos de picaduras” por donde van pasando. Además, las picaduras pueden generar ronchas e inflamación similar a las que producen las picaduras de zancudo.

Veredicto: este insecto es culpable de la merma productiva en ganadería, agricultura y turismo de algunas zonas del país. Y es que son tan cargantes que nadie los quiere.

Avispa Pepsi

Señores del jurado, la evidencia de esta fotografía es contundente. Se llama avispa pepsi o avispa cazadora de tarántulas, es un insecto bastante grande y llamativo con colores aterciopelados azules y alas rojas. En la fotografía usted puede verla cazando una araña pollito. Y es que estas avispas son capaces de paralizar a las tarántulas con su veneno, luego las entierran y  depositan sus huevos sobre la araña, cuando las larvas nacen devoran lentamente al infortunado arácnido. La picadura de estas avispas es extremadamente dolorosa: la frase “llegué a ver burros verdes” se aplica completamente para este caso; se adjunta prueba de ello: un video del famoso Coyote Peterson, un estadounidense que se dedica a “testear” las picaduras más dolorosas del mundo. Vea usted mismo en el minuto 10:39 lo que le ocurre y saque sus propias conclusiones sobre qué esperar si lo pica la variedad chilena de este insecto.

https://www.youtube.com/watch?v=MnExgQ81fhU (minuto 10:39)

Veredicto: inocente. La probabilidad de que una de estas avispas lo pique es bajísima, ya que suelen alejarse de los humanos y no les son hostiles. Sus hábitos de vida tampoco la llevan a aproximarse a los campistas. Así que admire su belleza, pero de lejitos no más. 

Zancudo común

De este individuo no hay mucho que decir, tampoco tiene muchos méritos a favor. Usted sabe que llegando la noche, los mosquitos se toman el protagonismo, así que use los cuidados típicos: repelente, ropa larga y el mosquitero de la carpa bien cerradito y ojo porque hay sectores donde existen variedades diurnas de mosquito. A pesar de que estos animales comen polen, las hembras buscan picar a los animales de sangre caliente por los mismos motivos que los tábanos, alimentar sus huevecillos. Así que si hay humedad y fuentes de agua cerca ya sabe lo que le espera.

Veredicto: culpable. Cualquier método que permita su exterminación es válido.

Hormigones y hormigas

Los hormigones negros y hormigas rojas (hormigas de fuego) son habitantes frecuentes de los campamentos, y como toda hormiga les atrae lo mismo que a las hormigas domésticas: restos de comida, azúcar, dulces y cualquier migaja por pequeña que sea. Quizá este sea el peor momento para enterarse que las hormigas son en realidad avispas sin alas. Por tanto, tienen aguijón y mandíbulas y las usan sin discriminación si se sienten atacadas. Como curiosidad le puede interesar que todas las hormigas y hormigones son hembras, los machos tienen alas (como las avispas) y solo aparecen cuando las reinas vuelan para fundar nuevas colonias.

Se acusa a estas dos variedades por su dolorosa picadura. Si le caben dudas, lo invitamos (bajo su propio riesgo) a meter el dedo en un hormiguero de “Camponotus morosus” y después dejar su opinión en la caja de comentarios. Con respecto a las hormigas de fuego chilenas, bueno, le aseguramos que el nombre no se lo ganaron por su color rojo.

Veredicto: inocentes. A pesar de su dolorosa picadura, estas criaturas nunca buscan atacar a un mamífero. Si lo hacen es por curiosidad o defensa. Tampoco representan un peligro ya que en términos prácticos usted debería descuidarse mucho como para que estas hormigas se comporten como las de “Cien años de soledad”.

Para finalizar, le recomendamos usar repelente, colores claros, mantener la basura en los lugares que correspondan y sobre todo, si se pilla con los culpables de esta lista, procure llevar uno de los siguientes dispositivos:

Puede sonar inhumano, pero es muy satisfactorio escuchar los chasquidos eléctricos cuando se ajusticia a estos malandrines después de una picadura.