Los imponderables de la vida y la política

Por Rolando Cárdenas

El gran pensador florentino nos enseñó en El príncipe, que la fortuna es responsable de la mitad de nuestras acciones, pudiendo la otra mitad ser gobernada por los hombres. La fortuna domina el destino humano cuando no encuentra virtud que la resista.

Todo indica que las cartas están echadas para el domingo 17 y que el triunfo del en contra es más que probable. Sin embargo, varias cosas han sucedido en estos días en diferentes ámbitos que generan impactos difíciles de enfrentar en tan poco tiempo o si, sabiendo las consecuencias de nuestras acciones, no se tomaron las medidas correctivas a tiempo.

Una noticia que ratifica la liviandad de las élites gobernantes es la decisión de hacer un aumento salarial de 9,3 millones mensuales a 12,8 a los miembros del TC. Una de las explicaciones es que es una manera de evitar que la corrupción alcance a quienes integran estos órganos de decisión legal, pero con un alto desempleo y bajísimos salarios este tipo de decisiones es muy inapropiada. Tal vez unas clases de ética, como las que permitieron reinsertarse en la sociedad a los propietarios del grupo Penta, hubieran sido más efectivas y sobre todo más económicas.

Una segunda noticia es la detención del director de la fundación Democracia Viva y el ex Seremi de Vivienda de Antofagasta, por supuesto con gran despliegue periodístico, y la difusión de la declaración de la exsubsecretaria de Vivienda, quien testificó en el mes de octubre que ella había informado al ministro Montes de lo sucedido con las fundaciones en Antofagasta, algo que se contradice con la declaración del ministro. Montes había dicho que él no tuvo información previa de lo que allí estaba sucediendo, contradicción que vuelve a colocarlo en una situación de extrema complejidad.

Por supuesto, la oposición ha aprovechado sobre todo el caso Fundaciones para golpear al gobierno, solicitando la salida del ministro Montes, so pena de acusación constitucional a presentar el día lunes 18.

Maquiavelo dice que el azar no es controlable, pero ambos hechos iban a provocar una reacción de la oposición para lograr crecer en la votación del a favor. Cuando estalló el escándalo de las fundaciones y se judicializó, lo primero que se comentó fue lo “sabrosa” que podían ser las filtraciones que se produjeran de la investigación de la fiscalía. Las filtraciones son recursos utilizados tanto por la fiscalía como por la defensa de los imputados, por tanto, nadie del mundo político pudiera sorprenderse de lo que sucede, lo lamentable es que pareciera que no había caminos para enfrentar estas situaciones. Además, el que apareciera ayer en el Minvu el oficio de la subsecretaria Rojas, informando al ministro y que se argumente que no contenía alerta de ninguna irregularidad es una explicación bien pueril para el ambiente que se ha provocado.

En esta situación, el gobierno pierde en cualquier decisión que tome, pedir la renuncia a Montes es trasladar el problema al corazón del gobierno y deja de ser un delito de algunos cuadros políticos menores de la periferia del gobierno. Mantener a Montes es seguir con una sangría a cuentagotas que conviene a la oposición mantener en el tiempo. Maquiavelo dice que el gobernante siempre tiene que optar por el mal menor.

Lo que efectivamente no era previsible es la detención del indultado Luis Castillo y que ayer viernes 15 se le haya imputado el delito de secuestro por parte de la fiscalía, lo que vuelve a colocar en la palestra la duda sobre la capacidad del gobierno para enfrentar el principal problema que declara la ciudadanía, la seguridad pública.

La pregunta entonces es cuánto afectará esto en la decisión ciudadana para el plebiscito del domingo 17; todos los estudios dan ganador al en contra por un margen más bien amplio, y no tendremos que esperar mucho para saber si esto movió la aguja.

Ambas campañas fueron muy irrespetuosas con los electores, llenando todos los mensajes de simplificaciones y medias verdades que sólo apelaron al miedo. El resultado es que la ciudadanía mira a la distancia el proceso y siente que esto no le afectará ni para mejor ni para peor.

El domingo en la noche escribiremos sobre los que han ganado o perdido en este plebiscito, pero no debemos olvidar que ya hay grandes derrotados: de partida las élites gobernantes que se farrearon dos oportunidades de generar consensos para enfrentar los desafíos del país y los partidos políticos que siguen dando muestras de una incapacidad para conectar con la ciudadanía. Todo ello, por cierto, repercute en las posibilidades de desarrollo del país y su gente.