Por Equipo de El Regionalista
Los números de todo acto electoral siempre sirven para las interpretaciones, ese ejercicio que según los políticos es el único posible tras cada comicio. Nos subimos por esta “interpretación”, revisando principalmente con los números del plebiscito que resultaron en nuestra región.
Y como nuestra región está en el corazón del agro chileno, hay cifras más globales que mirar. De entrada, debemos considerar que la realidad de nuestras 33 comunas dista mucho de ser mayoritariamente urbana. De hecho, según los criterios OCDE (que clasifican los territorios como rurales no solo respecto de la actividad económica, sino también en relación con la densidad de población, por ejemplo) en nuestras 33 comunas, la casi totalidad es rural o mixta.
Según el Faro UDD, un centro de estudios del área de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del Desarrollo, en las comunas de alta ruralidad del país, triunfó el A favor con un 52%, mientras que en las de media ruralidad (donde caben buena parte de las comunas de nuestra región) ganó el En contra con cerca del 54%.
Según esta fuente, un dato preocupante es que, en las comunas netamente rurales, la participación en el plebiscito fue casi 7 puntos más baja que en el promedio nacional, es decir, 78% vs 85%. Una abstención que, en el mundo rural, llama la atención. A nivel regional, esa tasa es distinta. Mientras la participación a nivel regional superó el 90%, en Colchagua, por ejemplo, la zona rural por excelencia, fue más allá del 91%.
Las comunas que destacaron
En general, como señalábamos, a nivel regional salta a la vista que la casi totalidad de las comunas se inclinaron por el En contra, mientras que en el país el mundo rural favoreció a la opción perdedora el mundo rural favoreció a la opción perdedora.
En las preferencias En contra, se repite una cierta tendencia en las comunas del norte de la región, más asociadas a un voto “progresista”, definición que sabemos no responde necesariamente a las opciones que se expresan hoy en cada elección. Hay factores circunstanciales como la percepción de seguridad o el impacto de la migración, por ejemplo, que, sabemos, inciden más allá de las preferencias políticas tradicionales. De igual forma, el deterioro de la imagen de la clase política, extendido en todos los niveles de la sociedad, supera las opciones partidarias tradicionales.
Sin embargo, sigue llamando la atención que en comunas que podría calificarse como mixtas (urbano-rurales), predominó el voto En contra: en Mostazal y Graneros, esa opción superó el 60%, A nivel regional, el En contra triunfó en 31 de las 33 comunas.
Las restantes en las que el En contra tuvo un desempeño destacado fueron Rancagua, donde superó levemente el 59%, Doñihue con el 58,64% y Navidad con más del 59%. Esta última comuna confirma una tendencia ya conocida, la del voto “progresista”, sustentada según sostienen algunos en familias de tradición de izquierda que llegaron allí hace décadas, desterradas desde las salitreras.
¿Y donde le fue bien al A favor? Solo en dos comunas: Palmilla y Chépica, con 50,44 y 56,65%, respectivamente. En el ranking de las cinco comunas con mejor resultado para la opción derrotada, se cuentan Malloa (49,75%), Lolol (49,7%) y Requínoa.