No es arriesgado pensar que eligió Rancagua porque desde aquí había surgido el anhelo los dirigentes sindicales del cobre de devolver a los chilenos su riqueza cuando, a inicios de la década de 1950, fundaron en Machalí la Confederación de Trabajadores del Cobre.
El libro también rescata la memoria viva de aquellos dirigentes, todos ya desaparecidos, que acompañaron ese proceso, así como de los protagonistas del 11 de julio de 1971 en nuestra plaza.
Por último, los autores hilvanan el fino hilo que une al cobre con los hechos políticos más notables del último medio siglo y Rancagua: el ascenso de la Unidad Popular, su caída con la huelga del 41 % y el inicio de las protestas de 1983 que encabezaron, también dirigentes tenientinos.