Desde 2014, el psiquiatra Milton Flores libra una batalla en tribunales con el fin de que el estado reconozca la libertad personal en la búsqueda de nuevos caminos para expandir la conciencia, por ejemplo, con la marihuana, camino en el cual obtuvo un pronunciamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Por Carolina Miranda y Flor Ilic
Ya en su formación, Milton Flores, médico psiquiatra de la Universidad de Chile, se planteó críticamente en la relación médico paciente y en el tratamiento que se daba a las enfermedades sin considerar la dimensión no material de la persona. En 1979, como médico general de zona en Purranque, asume la dirección del hospital, oportunidad en la que busca una nueva relación con el equipo y con los pacientes. Con los pacientes alcohólicos, por ejemplo, les facilitó terreno del hospital para hacer huertos y gestionó que el municipio diera mejor calificación en la postulación a viviendas a los integrantes de los talleres de rehabilitación.
En su especialización en el Hospital Barros Luco de Santiago, se formó en psiquiatría biológica, en teoría de sistemas y de la comunicación, abriéndose a nuevos tipos de diagnósticos para la esquizofrenia, con una lectura más integrada e inclusiva de la situación de los pacientes.
Posteriormente, en La Reina se hizo e cargo de un centro municipal de prevención del consumo de drogas en adolescentes, experiencia en la que investiga los problemas de salud mental desde una dimensión no material de la realidad, con el objetivo de comprender el sufrimiento psíquico. Fueron años de diseño de una estrategia de prevención del consumo sustentada en nuevos componentes que apuntaron a desalentar los mecanismos evasivos: participación ciudadana y vinculación de las adicciones con la conciencia de las personas sobre su propia existencia. Meditación, baile, carnavales fueron actividades concretas en esta nueva metodología en la que l@s participantes exploraron respuestas alegres y positivas centradas en la autovaloración con un resultado muy alentador.
El resultado de este nuevo enfoque fue la disminución del uso de fármacos en niños y de antidepresivos y licencias médicas en profesores.
Sin embargo, ya constituido el equipo que lideró Milton Flores, se dieron cuenta que al abandonar un territorio para asumir nuevas tareas en otro sitio, el trabajo realizado se perdía totalmente. Sin la estructura legislativa y el marco político, faltaban los espacios para la integración de estos conocimientos. Simultáneamente, hacia 1994, y dado que estas nuevas modalidades generaron fricciones fuertes con los gobiernos locales, el equipo inició una nueva etapa, alejados de las instancias de salud pública, con el fin de profundizar sus conocimientos y práctica, momento en el que incorporaron el uso de la cannabis como medicina enteógena (que genera cambios en la percepción del entorno). En 1998, integran en la práctica médica el uso de ayahuasca como medio para la realización de la búsqueda espiritual. Su propuesta a las comunidades de encuentro con la expansión de la conciencia profunda, es una investigación que está documentada en Triagrama, Instituto para el Desarrollo de la Vida en Comunidad.
El juicio
A comienzos de la década pasada, el psiquiatra Milton Flores se había hecho conocido por defender públicamente el cultivo personal de la marihuana. En julio de 2013, en un segundo juicio oral, fue condenado a 541 días de cárcel acusado de plantación ilegal de esta planta en su domicilio.
Lejos de enfrentarlo como un problema personal con la justicia, el médico asumió el juicio como plataforma para reivindicar ante los tribunales el uso de la marihuana su utilización con fines espirituales y terapéuticos y como herramienta de desarrollo evolutivo. El objetivo era construir un argumento contundente que abriera un espacio de libertad para la sociedad, validando el uso del cannabis y otros enteógenos como la ayahuasca.
“Darle un espacio jurídico a la dimensión espiritual del ser humano es fundamental”, señala Flores, pues “aunque está establecido en la Constitución y tratados internacionales, no está al alcance de los abogados, de los jueces, de los políticos, ni siquiera de los médicos… no se reconoce realmente”.
Para más detalles del juicio que enfrentó el psiquiatra Milton Flores, ver http://triagrama.blogspot.com
El logro
Finalmente, en 2015, a propósito de otro juicio, seguido en contra de otra integrante del equipo Triagrama, el Estado debió ceder. “Con los juicios se logró que se reconociera la dignidad del ser humano a través de la jurisprudencia, pero a pesar del fallo y de la ley, no existen aún las condiciones para que el sistema respete los derechos esenciales de las personas y lo esencial sigue siendo una utopía”.
El logro a nivel de la justicia nacional, se confirmó hace unas semanas cuando la Comisión Interamericana de Derechos Humanos notificó y dio plazo al estado de Chile para pronunciarse respecto a la denuncia presentada en su contra por el doctor Flores en 2014 por el desconocimiento de la condición fundamental de la persona e intromisión que vulnera la soberanía personal, al criminalizar y sancionar arbitrariamente a quien opta por el uso asistido de enteógenos con fines espirituales.
Catalizar el proceso
La cruzada de Milton Flores lo llevó también a la Convención Constitucional porque “hay una ciudadanía que despertó, pero la Dignidad aún está pendiente”.
“Lo primero que tenemos que incorporar para dar respuestas a futuro es reconocer que hay algo trascendente a todos nosotros. Para esto la sociedad se debe instalar desde un lugar adecuado que le permita dar respuestas de otra jerarquía, para no depredar al medio ambiente, para no seguir friccionando con los pueblos originarios que tienen otra dimensión de conciencia, para dejar de aislarse territorialmente como país, lo que implica una dimensión global de los problemas. Por ahora hay buenas intenciones y competencias que se observan en muchos constituyentes pero también hay otros que aún ven el sistema social desde lo material”.
¿Cómo se puede llevar a la realidad toda esta manera de activar las conciencias de las personas en sus comunidades, como debiera funcionar una sociedad consciente y feliz? ¿Cómo se hace carne en la realidad lo que quedará escrito en la nueva constitución?
El despertar de la ciudadanía, como una unidad, como un solo ser, está exigiendo un vínculo al Estado en esa jerarquía, por eso lo importante es promover la expansión de conciencia, si el Estado puede impregnarse de eso, existen mil maneras de poder abordarlo, pero si el Estado, la cultura recrea la noción de sí, también recrea la noción de sus necesidades, porque muchas de las necesidades de las cuales depende la depredación del planeta, no son reales. Hoy en día el alma nuestra habita en la ilusión, en el ego, ignora cómo hacerse cargo de lo que siente y el sistema oficial le da medicamentos para no sentir, como al paciente Chile, que lo tratan de adormecer, así se patologiza la protesta dándole ansiolíticos para no sentir, es por eso que el paciente debe hacer una observación y permitirse sentir, reconocerse, empoderarse y conocerse para salir al encuentro de su experiencia.
El estado debe reconocer las necesidades emocionales y espirituales de una sociedad en crisis. Ni la psiquiatría ni la clase política saben qué hacer con tanta conciencia.
Candidatos presidenciales
Flores piensa que ninguno de los candidatos presidenciales está sintonizado con el modelo al cual se aspira pero ve a Boric como el que tiene el ego más desintegrado y quien puede generar menos dificultades para que el proceso siga desarrollándose. “Ojalá el ego del próximo presidente sea lo menos estructurado para que las transformaciones se puedan realizar a través de él. Kast sería un precipitador aún mayor para la desintegración de la estructura, así como Piñera fue el detonador de este despertar. Sin embargo, la responsabilidad mayor es de la ciudadanía, no podemos esperar que sea la constituyente la que haga todo el trabajo, porque si no será más de lo mismo, por eso la ciudadanía tiene que seguir siendo protagonista”.
COVID
Chile como paciente, confinarnos, ser recluidos bajo el sistema de control, ¿será un trauma difícil de superar?
Mira la otra parte, para muchas personas esta reclusión forzada la obligó a tener que entenderse consigo misma y no arrancarse de uno mismo, porque es habitual esconderse en el otro. Si bien ha habido sufrimiento, también ha pasado que las personas recuperaron un nivel de contacto con los suyos y consigo mismo.
¿Cuál es la relación del consumo del cannabis y su mirada sobre el efecto de las drogas en las personas?
Están las sustancias y las personas relacionándose con esas sustancias, las sustancias son lo que son, y depende de la maestría lo que se puede lograr con esas sustancias. Se pueden distinguir, hay expandidoras de conciencia como la medicina enteógena que son los que se han usado históricamente por distintas culturas, como la cannabis, el ayahuasca, los honguitos, peyote, etc., en todos lados hay experiencias que arroja la arqueología y dejan claro del uso de estas sustancias en todo América Latina como elementos claves para mantener la paz por más de 1500 años desde el Amazonas hasta el río Copiapó; hay antecedentes donde los enteógenos fueron elementos utilizados en la política administrativa de los territorios. Hoy en día estamos entendiendo que las personas que usan drogas prescritas para deprimir el nivel de conciencia, se convierten en adictas a las sustancias antidepresivas, sedantes y antipsicóticos, en complicidad con los profesionales que las prescriben. (En el caso de la marihuana) depende mucho del desarrollo evolutivo de cada individuo, porque permite la activación de la percepción del cuerpo, y según el nivel de profundidad permite la expansión de la conciencia, sin embargo, los volados pueden usar la droga para bañar el ego en psicodelia; aunque no es un nivel evolutivo es catártico, los libera e incluso permite potenciar la creatividad; existe también su uso para mejorar la experiencia en relaciones sexuales y otros usos. La penalización y desarrollo de las farmacéuticas desde un manejo político ha controlado este tipo de experiencias…. Las explicaciones que suceden en el plano material no explican lo que pasa en el ámbito espiritual.
¿Cuál es el momento propicio para abrirse a este tipo de experiencias?
Primero se debe entender que el ser humano es material y espiritual y desmitificar el uso, ya que hoy bajo el efecto del cannabis se vuelven a recrear los vínculos afectivos y espirituales, ante la oferta de actividades que tienden a aislar a los jóvenes y a las personas. Es parte de la recuperación de la libertad emocional, las meditaciones y las plantas permiten promover el desarrollo de esa destreza y comprensión, ponerle rigor a la epistemología, el cómo uno conoce.
En Águila Sur
Desde 2003, en una nueva etapa de su camino de búsqueda de la meta del individuo, Milton Flores, sus familiares y el equipo Triagrama están instalados en el sector de Águila Sur en la comuna de Paine, en las faldas de la cordillera de la Costa en un entorno natural de bosque nativo. Allí, el núcleo “está meditando continuamente, ritualizando el cotidiano, usando cannabis. Ahora empezamos a vincularnos con personas que están cultivando hongos psilocybes y estamos tratando de que ellos prosperen en su relación con las plantas de poder, y nosotros acá sosteniendo una continuidad, principalmente irradiando y conectando, cantando, tratando de profundizar lo más posible el despertar e invitando a participar a personas que vienen a expandirse y no a volarse. Recibir el amanecer con los pájaros abriendo los estados de percepción, vibrando en consecuencia y conscientemente”.