Por Carolina Miranda
Se sabe que el tomate es originario de América del Sur, pero hay certeza que hace 1300 años ya era conocido y utilizado por los pueblos originarios de México. De hecho, su nombre original, tomatl, viene de la lengua azteca y significa “fruta hinchada”.
De acá pasó a Europa, pero estuvo largo tiempo sin el uso que le conocemos hoy, por el temor que producía su contenido de solanina, una neurotoxina.
Para su producción en nuestra región, el clima es muy favorable, incluso para diferentes variedades de tomate. Para saber más de ello, nos contactamos con Francisca Tapia Castro del “Huerto de la Fran”, quien amorosamente nos compartió sobre variedades de tomate que cultiva en su espacio, ubicado en Puente Negro a 20 minutos hacia la cordillera desde San Fernando. Allí trabaja junto a su compañero, su mamá y papá. Ella se declara fan de todos los tomates, por lo que la selección que nos comparte son las variedades que ella ha percibido como favoritas de su clientela y sus comensales, o sea, su familia.
Acá te presentamos diez variedades de tomates, destacando primero dos de ellas que son nativas:
Tomate Tenca, que es muy pequeño, más que una mora, y siendo tan pequeño nos regala mucho sabor, de intenso sabor, para algunos más delicioso que el tomate rosado, y es muy rico y productivo.
Tomate Rosado, cultivado a partir de semillas obtenidas de manos del guardador de semillas del Cachapoal, don Rigoberto Zuñiga. Es un tomate de color claro, de sabor suave, gran calibre, de mata grande, es tardío pero muy productivo.
Después, Fran nos comparte variedades más exóticas, como el tomate Green Zebra o Zebra Verde, estadounidense, color verde mediano, muy productivo y sorprendente, porque pese a su color es de sabor dulce y jugoso; al principio la gente lo rechaza, pero una vez que lo prueban y sienten su sabor tan rico, les gusta mucho.
Tomate Ananas Noire, de origen estadounidense, se aclimató super bien en el ambiente de precordillera, su calibre no es mayor a 200 gramos y es un tomate de colores verde / amarillo, y en el centro de la base es color rojo, por lo tanto, cuando se abre o se come en la ensalada, al ir cortando se descubren otras tonalidades, es muy lindo, además es jugoso, dulce y muy abundante en semillas.
Otras variedades que cultivan son italianos de salsa, con esto desde que tienen el huerto no compran más salsa de tomate porque preparan su propia conserva “tratamos de favorecernos de la abundancia de la huerta durante el verano para poder disfrutar la guarda durante el invierno, cuando queremos saborear esa temporada de verano que tanto nos dio”, nos dice la Fran.
Tomate San Marzano de carne no tan jugosa, más bien carnudo ideal para salsa, quedan muy dulces con un sabor intenso y es muy generoso con las semillas.
Tomate Rosso Siciliano, es como el hijo favorito, que lo tienen desde que comenzó la huerta y está aclimatado, se cultiva toda la temporada. Es de maduración temprana, dando los primeros frutos durante el verano, o sea, da el pie de que ya comenzó la temporada. Es un tomate acostillado rectangular, más alargado, no circular. En extremo sabroso, de tamaño mediano y muy generoso, es abundante, reproduce mucho, jugoso, dulce y de mucha semilla.
Tomate Zutón o Sutton de color blanquesino, no es amarillo, como traslúcido, no es muy considerado por la gente porque, al ver su color se piensa que va a ser muy ácido, pero es un tomate muy dulce y también generoso, se adapta bien al clima y además es muy jugoso, es muy rico y se ve hermoso en las ensaladas.
Tomate Cherry Pink Tiger, estadounidense, pequeño acebrado, se le ven rayas y su racimo de frutos es de forma alargada. Tiene colores muy particulares, es un cherry con gama de colores rosado con tonos metálicos, es bello, es de semilla, jugoso y dulce.
Tomate Gargamel, de colores oscuros, tiene matices negros y anaranjados. Bello, su forma es un poco redonda pero alargada, y también es muy generoso, productivo, muy dulce, jugoso y contiene muchas semillas.
Tomate Zapoteca Brown Flesh tiene tonalidades desde grises hasta terminar en un rosado un poco oscuro u opaco, acostillado con calibre de 200 o 250 gramos cada tomate, es una planta muy productiva y de rico sabor, dulce y jugoso.
Todos los tomates de Francisca son obtenidos de semilleros orgánicos o de amigos, amigas y guardadores y huerteros que han reproducido estas semillas, asegurándose de que tengan un manejo agroecológico u orgánico o libre de químicos, pesticidas y sin variaciones genéticas.
Su huerto tiene cuidado agroecológico, nos dice que trata siempre de regenerar su suelo,y de la importancia de usar materiales que aporten para esto, ya que el suelo de la precordillera es muy arcilloso. Agrega que en la primera temporada les costó mucho notar cambios y ahora, pasados cuatro años, han visto lo favorecido que está el suelo, y el aumento de productividad con más cosecha cada año. “Nosotros siempre hemos dicho que la huerta es una relación casi recíproca, entre uno más le dé a la huerta, más sea generoso con el suelo, ocupemos compost, humus de lombriz, cosas naturales, la huerta nos va a devolver la mano, nos va a reproducir muchos más tomates, muchas más hortalizas de verano, muchas más verduras que nosotros podemos obviamente guardar durante el invierno”.
Más información sobre el trabajo de Francisca Tapia en IG: @elhuertodelafran