Promesas incumplidas, turnos larguísimos, exposición a enfermedades y sobrepoblación carcelaria son algunos de los problemas de la cárcel de nuestra ciudad sobre los que da testimonio a El Regionalista un gendarme que prefiere ocultar su identidad.
Por A.C. Mercado-Harvey
La semana pasada murieron dos presos al interior de la cárcel de nuestra región, uno de más de 700 actos violentos ocurridos en 2021. Este miércoles 29 de septiembre, El Rancagüino publicó un artículo en el que califica a este penal como el más peligroso de Chile. La directora regional de Gendarmería, Helen Leal González, manifestó a ese medio su preocupación por el alza de la criminalidad al interior del penal y descartó la sobrepoblación. El presidente de la Asociación de Gendarmes, Washington Ortiz, declaró que la cárcel de la capital regional de O´Higgins tiene a los presos más peligrosos de Chile, que hay tráfico de drogas y pide capacitaciones para el personal.
Dirigentes y autoridades cuentan una historia, pero ¿qué opina un gendarme que trabaja a diario, arriesgando su vida en el resguardo de criminales de alta peligrosidad? Esto es lo que contestó bajo anonimato un funcionario de la planta de suboficiales de Gendarmería con más de diez años de desempeño.
¿Cuáles son los principales problemas que enfrenta un gendarme en su trabajo día a día? ¿Tiene los elementos que necesita para desempeñarse? ¿Es autoridad real entre los detenidos?
En elementos de seguridad hay pocos, chalecos antipuñal, elementos de seguridad como bastones, es poca la cantidad que hay para los funcionarios que trabajamos en la unidad que me desempeño. El respeto hacia el funcionario o hacia el uniforme ha ido cambiando porque el tema del respeto a los derechos humanos se está metiendo más en el ejercicio de las funciones, cuestionando cada uno de los procedimientos, más que nada. Se amparan mucho en los derechos humanos cuando el funcionario quiere ejercer su autoridad, ellos siempre acusan malos tratos, malos procedimientos y cosas así.
¿Es decir que los presos están más informados de sus derechos?
En el año 2014 o por ahí, hubo un apaleo en Rancagua. Una vez que se probó ese evento y se acusó uso irracional de la fuerza, desmedida, entró un Comité de Derechos Humanos dentro de la cárcel.
Entonces, ¿se probó que hubo fuerza desmedida?
Sí, salió en la prensa, hubo funcionarios suspendidos, hubo causa judicial, marcó el antes y el después en el tema del respeto de los internos hacia los funcionarios. Entró información sobre derechos, que estaban privados de libertad, que los otros derechos los tenían vigentes.
Ustedes tuvieron una huelga hace poco, que terminó hace un par de semanas, ¿cuál fue el motivo? ¿Qué consiguieron, finalmente?
Bueno, el modelo de cárcel concesionada implicaba una mejora tanto en salud mental de los internos como de los funcionarios. Se crearon las cárceles modelo, que fueron 5 concesionadas en el país, en las cuales los funcionarios iban a trabajar turnos de 1 por 1, de 8 de la mañana a 8 de la tarde, día por medio y turnos especiales, de 24 por 48 y una franquía de un cuarto turno, una franquía que se le llama, como lo que hacen los paramédicos, para no hacer trabajar días corridos. Poco a poco se fue tapando todo con la escasez de funcionarios, se fue dando por obligación cambiar todos los turnos. Lo que es centinela y todos los puestos de funcionarios con menor grado, o sea, recién egresados de la escuela, se les mantuvo durante 15, 16 años, el turno 1 por 1, lo que es guardia interna, hasta que se volvió a la normalidad en Rancagua, como cárceles comunes que no son concesionadas. Eso es un sistema de 3, 4, 2 por 1, dependiendo de la pauta, eso quiere decir que ningún día del año para nosotros es feriado, los 365 días para los gendarmes son azules, no nos corre la hora progresiva, ni un feriado te vale el doble, nada.
Entonces, lo que ustedes reclamaban era eso, ¿qué no se les estaba cumpliendo lo que se les había prometido?
Lo que se había prometido como cárcel modelo, con 1 por 1 y todas esas cosas.
¿Y qué consiguieron después de la huelga?
Nada. Lo único que logramos negociar fueron las horas laborales diarias de 12 a 10 y reducir el régimen de los internos a un horario anterior al encierro. Antes terminaban como a las 6, ahora terminan como a las 5, para que el funcionario finalice antes en el proceso del cierre.
¿Y todos participaron en esa huelga o fue parte de los funcionarios?
La mayoría, la planta de suboficiales. A los oficiales no les influía.
En relación a la muerte de dos presos la semana pasada, ¿se ha incrementado el poder de las bandas al interior del penal?
Más que nada, el territorialismo de todas las bandas; se segrega por las zonas geográficas de donde vienen: Santiago, el puerto, la gente del norte, la gente del sur, los locales que son Rancagua, Rengo, etc. Entonces, en cada segregación de módulo existe una casa predominante. Lo que antes llamaban carretas, ahora se llaman casas en esta unidad penal: la casa del norte, la casa del sur, la casa de Rancagua. Prácticamente, cada casa mantiene el orden del interno, quien puede entrar y el que no, más que el poder que pueda tener gendarmería para segregar al interno por su nivel de peligrosidad. Porque incluso si al interno no le agrada los que entran al módulo, lo echan a la fuerza para afuera, ya sea a la buena o pegado, lo que significa golpeado, acuchillado, apaleado. Tiene que irse sí o sí. El oficial a cargo de la segregación de los internos tiene que estar muy atento a eso, porque al cometer él mismo un error puede haber un desenlace fatal.
¿Y eso fue lo que pasó en esta última ocasión?
No, casas pequeñas se quisieron apoderar de la casa más grande del módulo 32, esperaron que el interno líder de la casa más grande del 32 ingresara, después de haber realizado su trabajo de repostero, esperaron que ingresara, se bañara y en la ducha lo mataron con unas lanzas y el estoque.
Ustedes, lógicamente, tienen identificados a esos internos, ¿no?
Claro, ahí la jefatura actuó y sacó a los internos participantes. De la casa de los involucrados salieron todos para afuera, por los mismos internos que pillaron a los difuntos y los 3 responsables que salieron identificados fueron distribuidos por distintas cárceles del país inmediatamente, ya que estas rencillas contribuyen a un ajuste de cuentas posterior. Entonces, para evitar más muertes la jefatura decidió trasladar a los internos a otras unidades del país.
¿Se mantiene el impacto del cambio de infraestructura, de cárcel con «carretas» y vida diaria compartida a una vida en que el preso/a está aislado, sin interacción regular con el resto?
Hay interacción. Como digo, hay 5 o 6 casas por módulo, comen en la misma mesa, cada uno en su mesa, pero interacción hay. Sobretodo, lo que es hacinamiento, que los módulos están sobrepoblados.
Pero, el hacinamiento ahora con esta cárcel nueva es menor que las cárceles antiguas…
No, por lo menos en Rancagua, están sobrepobladas. En un módulo para 50 internos, en celdas individuales hay 100, o sea, promedia dos internos por celda, lo cual no cumple con lo acordado para cárceles concesionadas, totalmente aislados. El hacinamiento se ve más en los módulos de imputados que de condenados; los de condenados y que son de mayor peligrosidad, por lo general, están más relajados pero los de imputados y condenados de baja peligrosidad son los que están más hacinados. Donde yo trabajo, los módulos son para 200 y hay 360 hoy día, casi dobla la capacidad.
Dentro de la cárcel, ¿qué opciones reales tiene un/a preso/a de desarrollar dinámicas positivas que lo preparen para la reinserción?
La empresa tiene a disposición de los internos una escuela reconocida por el Mineduc, en la cual los internos pueden sacar el cuarto medio y pueden rendir hasta la PSU. Aparte, se pueden generar talleres de emprendimiento, o sea, talleres pagados que son de electricidad, mueblería o capacitaciones para el interno para que puedan salir con algún tipo de conocimiento en algún área. Se contratan internos para que trabajen en labores de mantención, cocina interna, aseo, deportes, por la misma empresa para que trabajen dentro del penal.
¿Han tenido alguno que haya quedado en la universidad?
Que yo sepa, no.
¿De los que completan el cuarto medio, qué porcentaje crees a ojo utilizan esa capacitación que da esta escuela?
Es que todos lo hacen más que nada por conducta más que por capacitarse. Porque, ¿cuál es el parámetro a medir? Educación, guardia interna, que es como se comportan en el régimen interno diario, y lo otro es el trabajo. O sea, el interno tiene que estudiar, trabajar y portarse bien. Esos tres conceptos se evalúan bimestralmente, para seguir trabajando en la conducta, para obtener beneficios, ya sea ingresar artefactos electrónicos, mantener su visita, obtener venusterio, que es la visita íntima, una vez al mes con su pareja.
¿Cómo les ha afectado la pandemia y el traslado de presos de Santiago a la cárcel de Rancagua?
Bueno, la pandemia cambió arbitrariamente los turnos, se agregó en 3 grupos al principio, trabajando 7 días por 14, se mantuvo hasta diciembre del año pasado eso. De diciembre se agregaron en 2 grupos, trabajando 7 por 7 días. Y siete internos contagiaron a 17 funcionarios por el traslado de Santiago.
¿Tú estuviste contagiado de Covid con cuántos funcionarios más?
Dieciséis. Por esa interacción de trasladar los internos a la cárcel de Rancagua.
¿Y ha cambiado mucho la dinámica con estos internos que vinieron de Santiago o se ha mantenido más o menos igual?
Ellos se mantuvieron segregados.
¿Tú sabes si esos presos fueron retornados a Santiago?
No tengo idea.
¿Tú estás a cargo de qué tipo de presos?
Todos los imputados de alta peligrosidad, de robo para arriba, traficantes, todos los reincidentes. Los otros por manejo, violencia intrafamiliar, abuso, están para el otro lado.
¿Eso es porque tienes más experiencia?
No, es porque me tocó no más.
¿Hay alguna diferencia en la remuneración dependiendo del tipo de preso?
No, solo el ascenso, el grado, años de servicio para subir de grado.
Según este testimonio, las escenas carcelarias de series como Prófugos (2011, HBO) no están muy lejos de la realidad. Tal como declara este funcionario de Gendarmería, hay promesas incumplidas, horarios larguísimos y exposición a enfermedades, que son algunos de los problemas que deben enfrentar los gendarmes día a día en la cárcel de nuestra ciudad, mientras los presos viven hacinados y deben entrar a sus celdas a las cinco de la tarde. Está claro que la promesa de mejorías con cárceles concesionadas no fue tal y que estamos al debe tanto con los funcionarios que arriesgan sus vidas como con los internos que no tienen las condiciones carcelarias prometidas.
Una realidad que revive un juicio que ronda en muchas cabezas: como siempre en Chile, las cosas se hacen a medias.
1 comentario en “Testimonio de un gendarme: el día a día en la Cárcel de Alta Seguridad de Rancagua”
Una pena que los gendarmes se expongan a tanto peligro… Y sean tan mal asalariados.