Tiempos agitados: Bachelet, DC y la CC
Rolando Cárdenas y A.C. Mercado-Harvey
Esta semana ha sido muy movida, políticamente hablando. La Convención, la expresidenta Bachelet y la Democracia Cristiana han generado bastante ruido, asunto del que nos ocuparemos a continuación. Pero, antes de entrar en la arena política, queremos resaltar los temas que cubrimos en El Regionalista. La semana pasada concluyó la Cumbre de Las Américas y David Harvey nos ofrece un análisis de los desaciertos, chascarros, tanto de Boric como Biden, las críticas internas y la importancia o no de esta cumbre. En nuestro compromiso con los temas que le importan a nuestros conciudadan@os, como la inmigración, les compartimos el comunicado de Somos Encuentro, en el marco de una campaña por la inclusión y el respeto a las personas refugiadas y migrantes en Chile. A.C. Mercado-Harvey nos presenta dos temáticas locales, la más importante y urgente es la desaparición de un joven granerino discapacitado que lleva 14 días desaparecido y que fue brutalmente golpeado en la plaza de Graneros antes de desparecer. También, nos hace reflexionar sobre la mala decisión de tener una calle principal en Machalí con el nombre de un sacerdote con múltiples controversias que han manchado su nombre. Continuando con lo local, Víctor León Donoso, nos trae de vuelta la historia local de San Fernando en los encuentros entre la Escuela Industrial y el Liceo de Hombres, en el marco de los festejos por la Fiesta de la Primavera. Como siempre, también tenemos artículos sobre los temas políticos candentes. En esta edición les compartimos las reflexiones de un trío de estudiantes universitarios sobre la desinformación sobre la labor de la Convención Constitucional, el rol de las redes sociales y las fake news, tan en boga en la actualidad. Finalmente, Edison Ortiz nos recuerda el prontuario de Camilo Escalona, un personaje que creíamos enterrado en la arena política y que ahora vuelve como el flamante nuevo secretario general del PS.
El Fenómeno Bachelet
Michelle Bachelet anunció que no repostulará al cargo que detenta en la ONU y vuelve a Chile. Este aviso, de inmediato, remeció el ambiente político local, denotando la lamentable falta de nuevos liderazgos. Los partidarios de Chile Vamos, intentando desacreditar a la ex presidenta, lo recibieron como un bálsamo que permite reagrupar a las fuerzas en función de la crucial elección del 4 de septiembre.
Bachelet, a diferencia de los expresidentes Lagos y Frei, escapa a la caricatura de haber sido una simple administradora del modelo, y se reconoce en ella su preocupación por lo social, el intento de realizar reformas que quizás hoy se vean pequeñas, pero así todo, la derecha las boicoteó, siendo ese gran error y su principal problema para ser creíble en su declarativo interés de cambiar la Constitución de Pinochet-Guzmán. Además, su carisma y empatía son esenciales en una campaña que, por una parte, será clave para ambas opciones, y donde lo emocional será de gran relevancia.
En este escenario, la figura de Bachelet puede jugar un rol clave y eso es lo que tiene tan intranquila a la derecha, que se grafica en la insólita declaración del presidente de la UDI, Javier Macaya, indicando, por el regreso de la es presidenta que: “Quizás no tuvo la capacidad de entender la importancia que tiene la defensa de la democracia y los DD.HH.”. Esta esuna declaración realmente increíble y antojadiza.
La DC y la centroizquierda
Otro elemento que hay que observar es la crisis que vive la DC, por las posiciones respecto del plebiscito de salida. Por una parte, la directiva y parte de sus principales figuras, Huenchumilla y Provoste, entre otros, jugándose decididamente por el Apruebo; por otra, Rincón y Walker, haciéndole el juego al Rechazo, planteando la hipotética e inexistente tercera vía.
La crisis de la DC debe, a nuestro juicio, tener un mejor tratamiento del socialismo democrático y del propio gobierno, ya que es un actor relevante en el actual escenario. Por una parte, su fuerza parlamentaria es esencial para las leyes que el ejecutivo desee aprobar y, al institucionalizar su decisión de aprobar, deja a la derecha sin la capacidad de demostrar un arco más amplio para la opción Rechazo, siendo un duro golpe para su estrategia.
La Convención en la misma hasta el final
Y la Convención no podía menos que terminar como empezó: el no querer invitar a los expresidentes de la república al simbólico y republicano acto de entrega del texto final de la nueva Constitución, que se plebiscitará el 4 de septiembre es “mostrar la hilacha”. Aunque modificaron su postura inicial por la controversia que generó la negativa, vuelve a mostrar un carácter excluyente y de clara mezquindad, sin entender que su trabajo debe representar a todas y todos los chilenos. Pero, además, desde el punto de vista electoral, es una pésima jugada que cierra posibilidades y da aires de realidad a la derecha, que acusa a esta Constitución de ser partisana y representar a grupos de la sociedad que no son capaces de mirar el todo.