Por Rolando Cárdenas
«Mejorar es cambiar; ser perfecto es cambiar a menudo».
Winston Churchill
La responsabilidad
Las palabras del líder republicano en Europa calificando al presidente Boric de travestismo político, y la respuesta del propio presidente a una artista gráfica que lo caricaturizó en distintas facetas, a lo que él respondió indicando que sus cambios se relacionan con la responsabilidad de gobernar, provocó una serie de análisis respecto de si los giros presidenciales responden a convicciones profundas o solo a la necesidad de adaptarse a una realidad política adversa.
Y la discusión no es menor ya que lo que se planteaba en el programa de gobierno propuesto por Boric, ha devenido en cambios bien sustantivos. Veamos dos de los más obvios: de refundar Carabineros a fortalecer la institución, de una empresa nacional del litio a una alianza estratégica con SQM, de un nuevo modelo de desarrollo a fortalecer los commodities. En el caso de la alianza con SQM, que debe firmarse a fines de este mes, de más está decir lo que representa esta empresa y su principal accionista.
Efectivamente, el choque con una realidad altamente compleja, problemas no considerados como la seguridad y la crisis económica, significó un cambio de prioridades y la necesidad de ajustar la agenda gubernativa.
Las políticas que nos hicieron crecer fuertemente hasta principios de los 2000 perdieron eficiencia. Está claro que hoy no hay recetas mágicas y que el eclecticismo es el valor principal de un gobernante, asumiendo de manera pragmática las mejores políticas públicas, independientemente de si son más o menos “capitalistas” o más o menos “socialistas”.
CAE y las fracturas oficialistas
De manera sorpresiva, el ministro de Hacienda dio a conocer que para el mes de septiembre se presentaría un proyecto para condonar el crédito con aval del Estado, CAE, tal como estaba planteado en el programa de gobierno del presidente Boric. Lo que no se midió fue el impacto que esto provocaría ya no en la oposición, de la que era esperable su rechazo de plano, sino que en el oficialismo, donde volvió a hacerse patente la fractura que sufre.
La principal detractora fue la presidente del PS, que definió esta iniciativa como un ofertón electoral. El gobierno asumió el golpe y ya hoy se habla de solucionar este problema. Sí es necesario tener presente que esta política pública ayudó a masificar la educación superior, pero no podemos desconocer que ha sido un gran negocio para la banca, y su impacto financiero para el Estado hace inviable seguir con este modelo. Desde su creación y hasta el año 2023, el CAE ha costado al Estado US$ 8.800 millones. Los créditos malos la banca los vende al Estado a un valor más alto, como explica Iván Weisman de El Mostrador; a modo de ejemplo, entre 2006 y 2011 los bancos traspasaron cartera “mala” al Estado por un valor de US$ 887 millones y recibe de vuelta US$ 1.182 millones. Es decir, la banca siempre gana y el Estado siempre pierde.
La deuda del CAE está cerca de los US$ 12.000 millones con 60% de morosidad, lo que hace inviable la condonación.
Reflotar este tema planteando la condonación parece haber sido un gran error, aunque es de responsabilidad política modificar este mecanismo de financiamiento para la educación superior.
A propósito de las campañas electorales
SI alguien esperaba racionalidad en el actuar de los actores políticos saldrá decepcionado. La derecha vive una compleja situación con un Kast que ha tomado la bandera de la polarización para recuperar protagonismo y luchar por la hegemonía en la derecha. Republicanos además se resiste a respaldar al delfín de Matthei en Providencia, Jaime Bellolio, y ha remecido el tablero electoral.
No podemos olvidar además las peleas intestinas que ponen en riesgo alcaldías emblemáticas de la derecha, como Puente Alto.
En la vereda del frente, la casa pareciera estar más ordenada lo que puede generar un escenario nuevo para el próximo año.
La novedad electoral de la semana fue la decisión del alcalde Sharp de Valparaíso de no repostular, dado que competirá por una senaduría, lo que abrió el juego en una comuna emblemática.
Un dato para los candidatos: La Cosa Nostra, que con su encuesta ha hecho seguimiento de las prioridades que declaran las personas para la vida en sociedad, nos permitió ver los cambios producidos en tan solo cinco años. Durante el estallido, el principal valor para la sociedad, y que se mantuvo hasta la elección de la primera convención constitucional, era lejos la igualdad, opción que se manifestó en el éxito arrollador de la Lista del Pueblo. Pero ya en la elección de la segunda convención, lo que la sociedad demandaba era seguridad y vimos como republicanos arrasaban en esa elección. Hoy tenemos una sociedad que equilibradamente adscribe a los valores de la igualdad y la seguridad.
Quienes pongan todas sus fichas en la seguridad para su acción política se equivocarán tanto como quienes sólo se centren en la igualdad. Es cierto que la delincuencia copa los matinales y noticieros, pero también el abuso y la desigualdad. Ese adecuado equilibrio y propuestas realistas y coherentes serán tarea para quienes aspiran a triunfar en estas elecciones. Ya hablaremos de las emociones y las subjetividades.
3 comentarios en “Transformismo, Travestismo, Adaptación”
This is a very good note!
Aeriona Rodino
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