Tributo al presidente mártir de Chile Salvador Allende

Pertenezco a una generación para la que el golpe de Estado en Chile es uno de los hechos fundamentales que marcaron nuestras vidas. El análisis de lo ocurrido en Chile no es una cuestión del pasado. Su vigencia sobre el presente es notoria. La comprensión de aquellos sucesos nos ayuda hoy al análisis de la actualidad.

Por José Luis Abalos, diputado del Partido Socialista Obrero de España.

“Defenderé con mi vida la autoridad que el pueblo me entregó”.

Fueron las últimas palabras del presidente Salvador Allende Gossens al pueblo de Chile en su discurso, mientras La Moneda era atacada por los militares fascistas el 11 de septiembre de 1973, hace exactamente 50 años. De su cuerpo solo pudieron arrancar la banda presidencial después de muerto y solo muerto salió de La Moneda. Los golpistas han tratado desde entonces de presentar su muerte como resultado de un suicidio. Jamás reconocieron que, acosado por el fuego de la artillería, los tanques y el bombardeo aéreo, este gran socialista resistió más de seis horas de embestida de los imitadores de Hitler y Mussolini, liderados por el fascista mayor Augusto Pinochet. Quedan muchas cosas por decir y faltan muchas cosas por hacer. Todavía hoy sus enemigos pretenden menguar el heroísmo de Allende y siguen negando el golpe de Estado que puso fin a su gobierno y a su vida. Hace muy poco, su hija, Isabel Allende, ha dejado su testimonio en CNN Chile que encierra un consejo que hoy daría a su padre: “Salvador confió excesivamente en las fuerzas armadas”.

Fotografía de Salvador Allende tomada en Buenos Aires por Horacio Villalobos.

En múltiples ocasiones he estado participando en actividades en Chile, tanto como concejal de Valencia como diputado. Tengo grandes vínculos con amigos y compañeros de allí, en especial aquellos que   se aglutinan en torno al socialismo chileno, como el exembajador en España y presidente del PS, Gonzalo Martner, así como con el actual ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela y el ex concejal de Rancagua, Edison Ortiz. He compartido testera y conversaciones con muchos de sus dirigentes y en especial con la senadora Isabel Allende con quien contribuimos a un libro cuando se cumplieron los 100 años del natalicio de Salvador Allende y Fiadelso colaboró a su edición y publicación.

Conozco al detalle la historia del país que se funde y entronca con el presidente Allende, su figura histórica más significativa que, además, de haber sido un gran chileno y latinoamericano, fue un hombre honrado, íntegro y solidario, de innegable condición humana. De una plena identificación con el pueblo. Un pueblo que estaba con él. Como lo está con su memoria 50 años después. Pertenezco a una generación para la que este es uno de los hechos fundamentales que marcaron nuestras vidas. El análisis de lo ocurrido en Chile no es una cuestión del pasado. Su vigencia sobre el presente es notoria. La comprensión de aquellos sucesos nos ayuda hoy al análisis de la actualidad. El golpe de Pinochet estaba en el aire. Se respiraba y se sentía. Es la historia de la polarización política llevada al máximo, donde no fue algo menor el papel definitivo jugado por Estados Unidos, por la burguesía chilena y la polarización tan excesiva a la que se prestó la Democracia Cristiana. Impresiona que aquella polarización siga vigente 50 años después con términos que se nos hacen actuales. Cuando revisamos aquello, vemos ahora el resurgir del discurso fascista en muchos países y la agresividad tanto de los partidarios del gobierno de Pinochet en Chile como en España de los herederos de Franco: el no reconocimiento de los resultados democráticos, lo de “gobierno ilegítimo”, la descalificación, la deshumanización, la estigmatización de las ideas… “los comunistas”, “los socialistas” … ¡Cuánto nos suena en 2023!

Última fotografía de Salvador Allende, tomada por Horacio Villalobos antes que se iniciara el Golpe.

Desilusiona mucho que esa actitud haya reaparecido, como si los detenidos, los desaparecidos y las torturas no hubieran existido. Hace falta una reflexión profunda sobre el pasado para reconocer y aprender de los errores. Por mucho que el golpe fuera esperado, no lo era la violación tan grande de los derechos humanos. La comprensión de todo aquello nos permite arrojar luz sobre el clima político actual de crispación y polarización que vivimos en nuestros países y cuánto nos jugamos. Porque el golpe de Pinochet fue de unos pocos, pero todos perdieron la democracia. Y a 50 años del Golpe de Estado, los chilenos vuelven sobre la historia mientras muchos y muchas siguen buscando a sus muertos. Nada borrará de la conciencia de los pueblos la imagen de un presidente valiente, combativo y heroico que se inmoló en defensa de los intereses de su pueblo. Y lo mismo que en España, en Argentina, en Brasil… o en Ucrania… exigimos ‘verdad, justicia, memoria y reparación’. Mi siempre solidaridad con el pueblo de Chile y mi homenaje póstumo al doctor Salvador Allende que creyó en la libertad y la justicia. Por el socialismo siempre, por la democracia siempre.

Imagen que está considerada como la última foto de Salvador Allende con vida.YOUTUBE

Honor y gloria al doctor Allende y al pueblo de Chile en los 50 años.  

Link, texto Un siglo con Allende: https://www.socialismo-chileno.org/PS/sag/Biblioteca/un%20siglo%20con%20allende.pdf

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