Un edificio, dos nombres, una entrada

No me quedaré en una ofensa tan burda a la voluntad popular como lo fue relegar al gobernador electo al edificio de atrás. Pongo la mirada en que la nueva autoridad se instale en el histórico edificio construido por Balmaceda.

No es que yo crea que el pueblo me erigió esta estatua…

Ni tampoco que pretenda pasar con ella a la posteridad

porque yo sé que el pueblo la derribará algún día.

                                                         (Ernesto Cardenal)

Por José Acosta

Chile debe ser el único país en el mundo donde un edificio público (en nuestro caso, la ex Intendencia), tiene dos nombres, pero una sola entrada. En efecto, por el frente tiene en letras doradas el nombre de Gobierno Regional, pero por uno de sus costados, el que da a calle Estado, dice en letras plateadas, Delegación Presidencial. Un edificio (feo por lo demás) para dos cargos: gobernador regional y delegado presidencial.

Parecía no sólo obvio, sino que un signo de educación cívica y patriotismo (término que tanto le gusta sacar a relucir a la derecha), que el intendente hubiese entregado el edificio a la nueva autoridad regional, electa por primera vez en la historia, por los habitantes de esta región. Pero claro, esto que en cualquier otro país hubiese resultado natural, normal, aquí en “Chilito” no lo es, como muchas otras cosas que en los países desarrollados miramos como ejemplos, pero que aquí nos cagamos tres veces antes de implementar.

Pero volvamos al pinche edificio que como ya dije, posee una estética horrible, propia de dictaduras; tosco, cuadrado, duro. No pude encontrar la fecha de construcción, pero sí recuerdo que el “triunfo” del plebiscito del 80, que nos encajó constitución hasta hoy, lo festejaron desde ese edifico, por lo que su construcción debe datar de fines de los 70’. Sin embargo, quisiera rescatar que el edifico original de la Intendencia regional era, hasta la construcción de éste de la discordia, el edifico de la ex gobernación de Cachapoal. El hermoso edificio de estilo neoclásico que nace de la esquina de la casa parroquial hasta la calle Germán Riesco. Ese edificio construido bajo el mandato del presidente Balmaceda e inaugurado en 1889, tuvo como objetivo albergar a la primera intendencia y lo hizo por más de 90 años. Luego, ya en democracia, fue declarado Monumento Histórico (decreto 284 de 1994).

Podría solazarme en la picantería que ha significado ofender de manera tan burda la voluntad popular y relegar al gobernador electo al edificio de atrás. O en las letras plateadas de última hora que, como las estatuas de Somoza en el poema de Cardenal, no pasarán de marzo del próximo año. No me quedaré en eso. Quisiera poner el acento en el costado opuesto de nuestra plaza de Los Héroes.

Quiero poner la mirada en un gesto que le debemos a la historia, a Balmaceda quien, por otra parte, siempre quiso entregar más poderes a las regiones: que el gobernador regional se instale en un edificio con historia. En un edificio desde el cual nunca debió salir.

En esta columna, quiero poner la mirada en un gesto que le debemos a la historia, a Balmaceda quien, por otra parte, siempre quiso entregar más poderes a las regiones: que el gobernador regional se instale en un edificio con historia. En un edificio desde el cual nunca debió salir. Un edificio que forma parte del patrimonio histórico y democrático de nuestra región y del país, donde el gobernador regional presente y futuro, sienta orgullo de recibir delegaciones nacionales e internacionales.

Recuperemos nuestra historia, ahora que hemos empezado a construirla.

Dejemos la bajeza donde debe estar y enseñemos a las actuales y nuevas generaciones que nuestra región tiene más historia que enseñar y futuro por construir.

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