Un extraño verano

Por Rolando Cárdenas

Tradicionalmente el tiempo de vacaciones es un tiempo de relajo, el país se detiene la política se repliega para que todos volvamos con nuevos bríos en marzo, sin embargo, este verano se ha transformado en un tiempo que marcará la política por el resto del año.

Se adelantan las elecciones

Se estimaba que a lo menos el primer trimestre del año estaría libre de la conversación electoral que cruzaría todas las decisiones políticas del año, dificultando aún más el poder llegar a los necesarios acuerdos ante los grandes problemas que vive el país. Mayo es el mes en que se inscriben para las primarias los cargos unipersonales de las elecciones de este año (alcaldes y gobernadores) y se suponía que habría acuerdos amplios en el oficialismo y la oposición.

Pero enero nos ha sorprendido con la disputa en dos alcaldías emblemáticas, Santiago y Las Condes, donde ambas alcaldesas están bajo fuego cruzado no sólo de sus opositores sino de sus propias filas. A esto hay que sumar un conjunto de denuncias que se investigan en distintas municipalidades que presionará fuertemente la premisa “el que tiene mantiene”, entre ellas una investigación sobre delitos de corrupción en la municipalidad de Rancagua.

Los conflictos por las alcaldías, la definición de qué tan amplias serán las coaliciones, si Chile Vamos llegará a acuerdos con republicanos, o si se podrán incorporar las pretensiones de Amarillos y Demócratas en sus acuerdos electorales. En el oficialismo, la incorporación de la DC ¿podrá realizarse respetando las 50 alcaldías que este partido tiene hoy o se considerará que es una sobrerrepresentación? A nivel de gobernadores, la DC presiona a Orrego, mirando varias otras regiones que tienen cargos en disputa. Es decir, no está fácil lograr la cuadratura del círculo, sobre todo cuando no hay ninguna capacidad de disciplinar a candidatos que además saben que viste más ser candidato independiente que representando a un determinado partido.

La reforma al sistema de pensiones

La aprobación de la idea de legislar sobre la reforma previsional en la Cámara de Diputados representa un avance significativo para el gobierno de Gabriel Boric, aunque también deja abiertos varios desafíos y conflictos para su próxima discusión en el Senado.

La aprobación general del proyecto en la Cámara fue un logro para el gobierno, pero se enfrentó a la caída de algunos elementos clave, como la distribución del 6% de cotización adicional (dividido entre cuentas individuales y solidaridad), la creación de un Fondo Integrado de Pensiones y un Inversor de Pensiones del Estado. Sin embargo, se aprobó la idea del autopréstamo y el financiamiento de la Pensión Garantizada Universal (PGU).

Ahora, el proyecto se dirige al Senado, donde el gobierno tiene la posibilidad de reintroducir los artículos que fueron rechazados en la Cámara. Los aspectos a discutir incluyen la distribución del 6% de cotización del empleador, la garantía con solidaridad intergeneracional, la cotización voluntaria de trabajadores independientes, y la constitución del Fondo Integrado de Pensiones (FIP), entre otros.

La marea de fondo y lo que está en juego es el mercado de capitales y el sistema financiero que se nutre de los capitales de los afiliados al sistema de AFP y la posibilidad de elegir donde se invierten los fondos, más allá del destino del 6%.

Marzo será el mes en que comience la discusión en el Senado donde se definirán los destinos de esta reforma y la discusión va a partir de cero.

Demócratas bajo fuego cruzado

Uno de los elementos claves para lograr la aprobación de la idea de legislar la reforma de pensiones fue el acuerdo al que llegó el gobierno con los parlamentarios de Demócratas para lograr que estos la aprobaran, lo que les significó presiones tanto de las filas opositoras como del oficialismo. La secretaria general de UDI, María José Hoffmann, los amenazó directamente, indicando que si aprobaban la idea de legislar habría consecuencias electorales, y el que se salió de madre fue el diputado y presidente de Convergencia Social, Diego Ibáñez, que no halló nada mejor que denostar a la presidenta de Demócratas, Ximena Rincón, en plena discusión en sala, lo que provocó que los parlamentarios de ese partido votaran a favor de la idea de legislar, pero congelaran las relaciones con el gobierno.

¿Fue Ibáñez imprudente y desubicado poniendo en riesgo la negociación que llevó adelante el gobierno para obtener un pequeño avance en su intento de lograr una de sus reformas emblemáticas? ¿O, como plantean algunos, esto responde a un diseño que no queda claro cuál puede ser?

Lamentablemente las cosas suelen ser más pedestres de lo que uno supone, y acciones como la de Hoffmann o Ibáñez más bien dan cuenta de la decadencia de nuestras elites políticas.

Pensiones de gracia otro flanco que se abre

Por otro lado, el gobierno de Boric se ha visto afectado por el cuestionamiento de la Contraloría sobre las pensiones de gracia. La Contraloría ha instado al gobierno a revisar y, en algunos casos, a revocar pensiones de gracia otorgadas, lo cual ha generado un debate político y ha puesto presión adicional sobre el gobierno. Este tema ha sido especialmente sensible, ya que implica decisiones que afectan directamente a individuos que han recibido estas pensiones.

En síntesis, la aprobación de la reforma previsional en la Cámara de Diputados es un paso importante para el gobierno de Boric, pero conlleva desafíos significativos en términos de negociación y aprobación final en el Senado. Además, la situación con las pensiones de gracia representa un reto adicional en términos de gobernabilidad y percepción pública de la que el gobierno debe hacerse cargo. Hasta el momento, el subsecretario Monsalve sigue siendo un activo con capacidad para enfrentar este tipo de situaciones.