Un recorrido por el río Maullín en kayak

En sus 85 kilómetros, el río Maullín en la región de Los Lagos vertebra una rica biodiversidad en torno a sus humedales, lo que le concedió el privilegio de estar en la Red Hemisférica de Aves Playeras. En el relato que sigue, recreamos varias horas de navegación en ese paraíso.

Por Edison Ortiz, fotografías de José Cárdenas Vejar

El río Maullín está ubicado en la región de Los Lagos, cuna del poblamiento americano, según lo testifica el hallazgo en uno de sus esteros de los restos fósiles más antiguos del continente, entre 13.000 y 15.000 años.

El Maullín, que en lengua originaria significa “cascada de lluvia” o “salto de agua”  es uno de los ríos más extensos del país que nace en el extremo occidental del lago Llanquihue y que luego de 85 kilómetros de recorrido y de recibir el aporte de varios afluentes desemboca en el Océano Pacífico. En su trayecto se puede disfrutar de hermosos paisajes, flora y fauna que pueblan los humedales más ricos en biodiversidad de la tierra, al punto que por ello ha sido declarado santuario de la naturaleza.

El Maullín lo frecuentamos con mi hijo Agustín desde hace algunos años, lo hemos recorrido casi en su totalidad, allí hemos buceado y pescado truchas, róbalos y roncas.

En el Maullín también se pueden practicar varios deportes y uno de los que atrae más aficionados tanto de Chile como del extranjero es navegarlo por kayak en una experiencia inolvidable.

Nos pusimos de acuerdo con nuestro amigo José Cárdenas, fotógrafo, ambientalista y gran conocedor del río, quien nos guiaría en nuestra aventura.

José nos contactó con don Jorge Yañez, dueño de una agencia de turismo que se dedica a ofrecer servicios de kayak en el sector Puelpún, localidad que cuenta con un lindo camping para descansar, reponer energías y también pasar la noche si el trayecto es extenso.

Desde ahí navegamos río arriba en el sentido contrario a la desembocadura, es decir hacia su lugar de origen en el lago Llanquihue. Era un fin de semana primaveral, aunque el día estaba nublado y a veces con una suave lluvia.

Con Agustín, remábamos y remábamos mientras nuestro querido amigo nos monitoreaba a la distancia. Era una navegación tranquila, sin oleaje y con baja profundidad en las aguas.

En la ruta nos encontramos con un sinfín de aves, cisnes coscorobas, patos colorados, taguas, cormoranes. Las nubes y la tranquilidad que, el río entrega desde ese sector en adelante, hacía que no dejáramos de agradecer ese regalo que recibíamos. Nos internamos en los humedales del sector de Puelpún los que, junto a otros, fueron incorporados a la Red Hemisférica reserva de Aves Playeras y hoy, también, declarado Santuario de la Naturaleza. Es el quinto lugar de Chile en esa Red. Esto demuestra la importancia que Maullín tiene para la conservación de la biodiversidad a nivel Internacional. Muchas garzas grandes y cucas, playeros de Baird y chorlos nos recibieron en el sector del ‘Bosque Sumergido’.

Antes de descansar allí, Agustín había quedado maravillado con el pájaro de siete colores y el huillín –nutria autóctona- que de vez en cuando generaban en los humedales pequeñas y suaves olas. Llegamos al bosque hundido, uno de los pocos humedales endémicos del país (también es llamado pitranto, bosque pantanoso o hualve, aunque este último término mapuche también es usado para referirse de forma genérica a áreas pantanosas, incluyendo vegas cultivadas), que desempeña un rol clave en la limpieza del río consumiendo basura y sedimentos y, por tanto, en el mantenimiento de la biodiversidad allí existente.

Nos detuvimos junto con José en el bosque hundido; sobre su área de flotación genera una capa de sedimentos que actúan como piso donde se puede caminar, sentarse y descansar que fue lo que precisamente hicimos por unos cinco minutos para continuar río arriba.

Salimos de nuevo hasta llegar a un punto donde, salvo el sonido de nuestra respiración y el remache de los remos que golpeaban suavemente el agua, no se escuchaba nada, sólo un silencio absoluto, un río calmo y un paisaje cuyo movimiento parecía haberse suspendido.

Estuvimos allí atónitos, mirando nuestra naturaleza que se ofrecía a nuestros ojos como un paraíso. Agustín percibió que estábamos en comunión con nuestro entorno. Nos miramos y percibimos que es lo más cercano que hemos estado de Dios.

Con una tranquilidad enorme, y con algo de pena por sentir que abandonábamos de alguna manera un pedacito del paraíso, iniciamos nuestro viaje de retorno. Luego de un par de horas de navegación y de mucho esfuerzo y cansancio, agradecí a Agustín que se ofreciera para turnarnos en el remo y así hacer postas para descansar del braceo agotador, mientras José de lejos continuaba tomando fotografías, monitoreando nuestro lento avance. Cuando ya no dábamos más, vimos el letrero “camping” que anunciaba que habíamos vuelto al sitio desde donde habíamos partido nuestra aventura.

Mojados hasta los huesos, y remolcados por un tractor subimos hasta la casa de don Jorge, donde pudimos cambiarnos ropa, calentarnos, disfrutar de una rica tortilla y una mejor cazuela de campo. Retornamos luego a nuestra cabaña en Los Laureles, sitio donde literalmente, dormimos como angelitos para al día siguiente tomar vuelo de retorno y regresar a la realidad de cada uno.

¡Gracias, José, gracias, Maullín, gracias naturaleza por tan inolvidable experiencia!

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21 comentarios en “Un recorrido por el río Maullín en kayak”

  1. Bien Edison, felicitaciones también a tu hijo Agustín, desde pequeño conociendo y recorriendo la flora y fauna de Chile, especialmente en el sur, donde hay especies endémicas, conocidas y estudiadas a nivel mundial…un abrazo y saludos

      1. Felicitaciones s ti, a Agustín y a José por hacernos partícipes de vuestra magnífica experiencia.
        Ojalá tensa ocasión de al menos una vez llegar hasta las orillas del Maullin.
        Un fuerte abrazo

    1. Interesante crónica. Describe bien el espectáculo natural de Chile, entregando antecedentes que revelan la energía vital de esos lugares, en que la belleza y el silencio generan evocaciones místicas. También es importante que Edison, a través de estas experiencias con Agustín, obtiene el doctorado más importante que pueda recibir un hombre % el de padre.

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