Por Rolando Cárdenas
La Corte Suprema y su control de daños
Hasta el momento, una de las esquirlas de mayor impacto salida del teléfono de Luis Hermosilla ha sido la que ha afectado al Poder Judicial, en particular al principal órgano del sistema, la Corte Suprema.
La gravedad dice relación con el impacto que esto tiene en el estado de derecho y en la democracia como sistema, en un escenario donde el nivel de confianza en la justicia es extremadamente bajo.
Lo que esta en cuestión ya no es el lobby de los supremos ante los intervinientes en el proceso de designación de la alta magistratura judicial, sino derechamente indicios de corrupción de parte de la ministra Angela Vivanco.
La trama muñeca bielorrusa, la forma en que se coordina la ministra con Hermosilla, son parte de los elementos que acusan a la ex presidenta de la Unión de Cenro Centro. Nuestros lectores más jóvenes deben desconocer que en la década del 90 el empresario Francisco Javier Errázuriz, Frafra, fundó un partido llamado Unión de Centro Centro, que tuvo un fugaz paso de no muy buen recuerdo en nuestra política y en el año 1995, Angela Vivanco fue su presidenta. Después estuvo ligada a RN y posteriormente estrechó lazos con Piñera.
Así como muchos han tratado de focalizar todo el conflicto que afecta al sistema judicial en el cabildeo que obligatoriamente deben hacer para poder lograr sus nombramientos, el problema es de mucho mayor envergadura y la señal de la Corte Suprema al anunciar un cuaderno de remoción para la ministra Vivanco, da cuenta de este hecho y el intento de la Corte de lograr controlar esta situación para que no termine en intervención de otros poderes del Estado.
Pero las esquirlas también tocaron al presidente de Codelco, Máximo Pacheco, cuyo yerno Sebastián, hijo del exsenador DC Jorge Pizarro, era parte del equipo que asesoraba a la empresa bielorrusa. Sebastián Pizarro además tenía una consultora que era receptora de recursos de SQM para apoyar las campañas del exsenador.
Farándula política, la respuesta de los honorables
Como nuestros y nuestras honorables ven posibilidades de prensa en este tipo de acontecimientos y como lo que importa son los golpes de efecto más que arreglar los problemas, ya hay cuatro acusaciones constitucionales en camino, el oficialismo anuncia acusaciones contra Vivanco y el ministro Matus, también mencionado en los audios de Hermosilla, y la oposición retruca con acusación a Vivanco y el juez Sergio Muñoz, y se plegaría a la de Matus.
Las situaciones de los jueces son muy distintas, pero aparte de prensa lo que importa es el empate para que no se produzcan efectos electorales indeseados.
El ministro de Justicia, Luis Cordero, ha solicitado ponderación en este escenario y dejar que las instituciones lleven adelante sus procesos de investigación y eventual sanción.
El gobierno debiera buscar un gran acuerdo para reformar el sistema de designación del Poder Judicial, sellar de una vez por todas la reforma al sistema de notarios, y evitar mecanismos que conllevan opacidad y cabildeos que pueden terminar en acuerdos espurios que dañen la indispensable independencia de quienes deben aplicar las leyes y dé garantías a cada uno de nosotros que lo que importa es el derecho y no la red de relaciones que se pueda tener.
Efecto Chadwick
Independientemente que se dice que probablemente el teléfono de Hermosilla tiene mensajes con personajes de izquierda o derecha, y que para el observador agudo no debe haber escapado que los barones de la política, nada han dicho del caso Hermosilla (solo han intervenido los jugadores de segunda línea), es indesmentible que la derecha está en un muy mal momento. Y este mal momento se relaciona mucho con el exministro, exparlamentario y hoy presidente de la Junta Directiva de la Universidad San Sebastián, Andrés Chadwick.
Los partidos de Chile Vamos han atado su suerte a la de Chadwick, a diferencia de Matthei que ha reiterado que aquí debe sancionarse todos los delitos, caiga quien caiga, sin embargo, esto no parce ser suficiente para separar aguas y que el caso Hermosilla no termine afectándola fuertemente.
Hasta el momento Chadwick ha emitido un par de declaraciones claramente insuficientes y lo que reclaman los dirigentes de Chile Vamos es que aún no ha cortado radicalmente el nexo con Hermosilla.
El efecto Chadwick puede tener fuerte impacto para la derecha en las campañas que se avecinan, quizás en alcaldes es más discutible dado el tipo de liderazgo que se da en el espacio local, pero en concejales, cores y gobernadores puede tener incidencia, y de no despejarse rápido el tema claramente afectará las parlamentarias y presidenciales.
Otra controversia que se vivió en la semana fue entre radio Biobío y Ciper ya que Biobío informó que no existirían chats entre Hermosilla y Chadwick lo que fue desmentido por Ciper.
Como se ve, el caso Hermosilla está lejos de terminar y seguiremos teniendo filtraciones que afectarán a diversos actores políticos. Si la clase política no enfrenta los espacios de opacidad que existen en nuestra institucionalidad, incubadora de los Hermosillas de este país, este caso será una nueva oportunidad desperdiciada.
4 comentarios en “Una bomba de racimo”
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