Una carrera contra el tiempo

Por Rolando Cárdenas

Ya mucho se ha escrito sobre la característica de 2024 y 2025 como años electorales: este año elecciones municipales y de gobernadores, siendo las primeras siempre una buena aproximación a los resultados de las elecciones parlamentarias y presidenciales.

Aún, cuando tanto en el oficialismo como en la oposición hay acuerdo para tener candidaturas únicas para alcaldes y gobernadores, para concejales y cores los partidos medirán sus fuerzas en listas separadas.

Serán dos años con agendas marcadas por los comicios lo que representa una dificultad principalmente para el gobierno, tiene una pequeñísima ventana de tiempo para intentar generar acuerdos para las reformas de pensiones, salud, seguridad y el llamado pacto fiscal.

En tiempos de una política crispada y con elecciones de por medio, la búsqueda de la diferenciación y la descalificación del otro serán elementos que impedirán avanzar en acuerdos, ya no para realizar reformas estructurales sino modestos y graduales avances en la solución de los problemas más relevantes de las personas.

En términos de los pactos electorales, en la centroizquierda pareciera más probable que se establezca un camino de integración con la DC, reeditando un poco la nueva mayoría, toda vez que quienes aún son militantes de ese partido asumen una identidad más clara de centroizquierda. A esto ayuda que los elementos más conservadores de sus filas, abandonaron la formación, constituyendo los partidos Amarillos y Demócratas, que fueron los grandes perdedores del plebiscito del 17D.

En el caso de la oposición, aun cuando hay sectores que requieren diferenciarse de republicanos y han manifestado su rechazo a llegar acuerdos con esa tienda, debiera primar la racionalidad electoral y a lo menos llegar a pactos por omisión.

Coaliciones en conflicto

Las fuerzas del oficialismo y la oposición viven tiempos turbulentos y eso les hace cometer errores que pueden afectarles en lo único que importa a los partidos, sus resultados electorales.

LA oposición sigue viviendo su proceso de derrota del 17D, culpándose mutuamente del fracaso, con declaraciones públicas de uno y otro bando. Kast fue el más dañado y aparecieron figuras que buscan desplazarlo de la carrera presidencial por su ala derecha.

Evelyn Matthei ha resistido mejor los embates, pero Chile Vamos perdió liderazgo al igual que los partidos que pudieran haberle permitido desplazarse más al centro en la búsqueda de votos.

Un error de proporciones fue persistir en la acusación contra el ministro Montes sin tener los votos, permitiendo que de estar el primero en la lista en un futuro cambio de gabinete pasó a ser el último. Y además, como efecto colateral, el quiebre generacional existente que marco la emergencia del FA empieza a mermar, construyéndose puentes que vinculan a estas generaciones de una manera más constructiva.

Pero no todo es miel sobre hojuelas en este remanso que significó el triunfo del en contra. Varias cosas han pasado que, siendo relevantes de forma separada, tienen un punto común: el desacuerdo que viven las dos almas del gobierno. Vamos al detalle de lo acontecido esta semana.

Formalización del general director de Carabineros. Uno de los buenos amigos de La Moneda y elemento relevante en la lucha contra la delincuencia será formalizado por causas de derechos humanos en el marco del estallido social. Boric ha defendido al general Yáñez, entendiendo que aún se requiere su mando y compromiso con el gobierno. Pero este respaldo no es unánime en las filas del oficialismo.

Libertad condicional de Celestino Córdova. Le fue entregada por el juzgado de garantía de Temuco, además el día en que se cumplía un aniversario más del asesinato del matrimonio Luchsinger Mackay, lo que fue apelado por el gobierno. Nuevamente aquí la bancada de RD presento su queja ante el ministro (s) Monsalve, mostrando una nueva diferencia al interior del oficialismo.

Las cenas de Zalaquett. En su casa y con ministros, en total se sabe de seis que participaron de estos convites a los que asistieron lideres empresariales y que se filtraron en el medio de investigación Ciper Chile. Estando al límite de lo permitido por la ley del lobby, la explicación oficial es que en esas cenas no hubo acuerdos de ningún tipo por lo que no era necesario registrarlas y el presidente aduce que se les critica por no conversar con los empresarios y ahora por conversar. El hecho deja planteada la pregunta de quién filtró estas actividades a la prensa. No tiene sentido que haya sido Zalaquett ya que echa a perder su propio negocio y los empresarios requieren resultados más que publicidad. Esto deja al descubierto una posibilidad nada agradable: cuentas internas que se están cobrando

Como se ve, en tiempos en que lo que se requiere es acuerdos políticos que apunten a resolver los problemas más relevantes de las personas, nuestras élites políticas siguen en su propio mundo como si nada importara fuera de él.

Ya veremos cómo sigue la sociedad con SQM y la arremetida de Dorothy Pérez contra Fiu que, la verdad sea dicha, nada de lo relatado por ella involucra la gestión de Mayne-Nicholls.