Por Héctor Fabián Moya, comentarista deportivo.
Pasó una rueda más de nuestro frágil campeonato nacional de fútbol, fin de semana que trajo buenos goles, un balón de oxígeno para Magallanes y un boleto de ida sin retorno para Pablo de Muner, técnico del cuadro de O’Higgins, quien tras su cuarta derrota consecutiva terminó por colmar la paciencia de la dirigencia celeste.
Mirando la ubicación de los equipos, vemos que se ha estrechado la lucha en los polos de la tabla, lo que sin duda mantiene al hincha con calculadora en mano, viendo expectante el resto de las diez fechas finales del campeonato.
El cuadro de Cobresal se mantiene firme en la zona alta tras empatar con un duro cuadro de Católica que con el estreno de su nuevo técnico, Nicolas Nuñez, salió a buscar el resultado en un recinto que por sus características de altura se hace muy complejo para los cuadros visitantes. El marcador, un 2 – 2, de cierta manera reflejó lo visto en la cancha, aunque ambas escuadras tuvieron ocasiones para ganarlo hasta el pitazo final.
De la mano de Carlos Palacios, Colo Colo y dos tremendos golazos hicieron ilusionarse hasta al más incrédulo hincha albo; por fin pudimos ver un técnico Quinteros que no salió al campo armando ninguna teoría de la conspiración en contra de su club.
Por otro lado, el archi rival Universidad de Chile se sume nuevamente en un mar de dudas al cosechar su tercera derrota al hilo con una actuación que puso a sus hinchas en el comienzo de una nueva semana sin sonrisa alguna. Su DT, Mauricio Pelegrino, declaró que las ocasiones no terminan en gol y que seguirán trabajando fuerte para retomar el rumbo, discurso que tiene a muchos bullangueros esperanzados en sus delanteros para que vuelvan a embocarla y no tener que volver un año más a bailar con el fantasma del descenso.