Unos más iguales que otros

Por Rolando Cárdenas

El viejo dicho en Chile somos todos iguales, pero algunos son más iguales que otros, se nos aparece en toda su dimensión con el caso Hermosilla. Una de las causas del estallido de octubre y los fenómenos que se han repetido en muchos países tiene que ver con la desigualdad y esa frustración que provoca saber que jugaste el juego respetando las reglas, te creíste lo de la meritocracia (la falacia meritocrática como lo indica Sandel), y nada de eso importa porque al final hay un grupo de poderosos que se mueve según sus propias reglas.

El fenómeno tiene importantes ramificaciones en la élite empresarial financiera y también en la elite política, y lo interesante de esta crisis es que todos quieren encapsularla para que sus esquirlas no dañen y probablemente todo se olvide en juicios que se prolongarán en el tiempo. Por supuesto que tendremos personas que verán limitadas sus posibilidades, como Hermosilla y Leonarda a quienes les será difícil ejercer su profesión por mucho tiempo o Sauer que no hará muchos negocios en un futuro próximo. Pero es difícil que crezca más allá: solo por mencionar un aspecto, ante la necesidad de activar la economía, el gobierno no puede tener conflictos con los empresarios. A lo sumo, aparecerán funcionarios públicos corruptos con rostro manchando al ejecutivo, o los empresarios a quienes ya notifico Sauer que al menos el 30% de las facturas de los factoring son truchas. Toda la red de relaciones en el amplio espectro político por parte de los jurisconsultos involucrados, nos llevan a pensar que esto dará para titulares y algunas notas de prensa, pero luego el caso se diluirá en el tiempo.

Que ha causado conmoción y remecido a la opinión pública es indiscutible, pero si moverá la aguja más allá de su metro cuadrado es lo que no pareciera probable.

El otro caso judicial que vale la pena seguir monitoreando es la presentación de Conadecus al Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) que busca reducir la concentración económica, el verdadero corazón del modelo que tenemos. Para validar este aserto, consideremos un dato: las grandes empresas que representan el 0,1% del total de la economía concentran el 70% de las ventas a nivel nacional.

Veremos si los adalides de la libre competencia dicen algo al respecto, hasta el momento sólo se han pronunciado en contra prestigiosos opinólogos de la plaza, que por coincidencia son parte del directorio de estas empresas y representan por cierto un amplio arco político.

¿Tendrá razón Longueira?

Longueira, que más allá de sus extravíos es un político de fuste, en una extensa entrevista dice que en el plebiscito de diciembre la derecha ya ganó, porque o se aprueba la propuesta construida por ellos o se rechaza y en ese caso seguimos con la constitución actual que también responde a los intereses de su sector.

¿Será verdad o solo es un salvavidas que tiene por fin amortiguar la posible derrota del a favor? Si gana el en contra queda en entredicho el liderazgo de Kast y su camino a la presidencia se vuelve algo más pedregoso. Al sumarse a regañadientes al a favor, Matthei pagó de inmediato costos en las encuestas, perdiendo la pole position que llevaba por varias semanas. Por cierto que la derecha tiene hoy la primera opción, pero falta mucho tiempo y en ese caso lo que pase en las elecciones 2024, alcaldes y gobernadores, será un gran predictor, y allí tanto oficialismo como oposición acordaron amplios pactos electorales que seguirán polarizando al país.

Sólo importa el corto plazo

Nuevamente el país se ha visto sacudido por la escalada de violencia con asesinatos, secuestros, enfrentamientos a balazos, una carabinera atacada con una granada en los últimos días. Sin embargo, los actores políticos en lugar de asumir la complejidad del problema e impulsar una política de Estado que enfrente la grave situación que vive el país, buscan sólo el titular del diario o la cuña en televisión con algo que resuene a una población asustada.

Estado de sitio, acusación a Tohá, plazos perentorios para expulsar a los miles de indocumentados que tienen orden de expulsión, son entre otras las respuestas de nuestros representantes. Mientras siguen los barrios tomados por los narcos, seguimos construyendo casas y no ciudades que den oportunidades como indica el arquitecto Alejandro Aravena, y el Estado sigue al debe en la coordinación de esfuerzos para enfrentar este flagelo; debe haber más y mejor policía, pero también más y mejor política social.

Al final siempre se olvida la frase de Einstein, si seguimos haciendo lo mismo obtendremos siempre los mismos resultados, y ya las recetas tanto de la izquierda como la derecha han llegado a su máximo de posibilidades, por tanto, es necesario buscar otros caminos, otras respuestas.

¿Cuánto se ha repetido que el sistema está generando miles de excluidos que no tienen oportunidades ni capacidades para ser parte de la nueva economía que crea la tecnología? El fenómeno está analizado, hay posibles respuestas, pero al final del día nada se concreta y nuestra sociedad sigue dividiéndose entre los que pueden ser parte de este nuevo mundo de posibilidades y quienes están fuera, sin posibilidades. ¿Seremos capaces de llegar a consensos, habrá posibilidades de generar la tregua y el pacto que nos piden Mayol y Lavín? Al menos hay quienes han decidido iniciar conversaciones con sentido, ojalá que demos espacios a conversaciones diferentes, porque es necesario mirar más allá del corto plazo y la próxima elección.