Uruguay, un país con historia y balnearios paradisíacos

Por A.C. Mercado- Harvey

L@s chilen@s tenemos por costumbre veranear en los mismos lugares. Dentro de Chile los destinos más cotizados son Pucón, Viña, La Serena, Puerto Montt, Iquique y Concepción. Hacia el extranjero, Lima, Buenos Aires, São Paulo, Bogotá, Panamá, punto de conexión con el Caribe. En ninguna de las listas figura Montevideo, Punta del Este, Piriápolis o Colonia. Uruguay tiene la rara combinación de tener hermosas playas con ciudades coloniales. Esto también se ve en el vecino Brasil, con la diferencia de que aparte de Paraty, la mayoría están alejados unos de otros. Por ejemplo, Ouro Preto, la ciudad más importante en términos de arquitectura colonial, no está para nada cerca de playa. Río de Janeiro es tal vez la única que combina estos atributos, pero tiene la desventaja de otro idioma y de estar llena de turistas todo el año, además de la delincuencia que es un punto no menor. Por el contrario, Uruguay es un país bastante seguro para el turista. Si bien Montevideo tiene sectores peligrosos y por ser puerto, tiene bastante criminalidad asociada al narcotráfico, en general, es una ciudad bastante segura para hacer turismo.

Mi recomendación es tomarse una semana para ver varias ciudades diferentes. Montevideo por sí sola tiene bastantes atractivos, entre museos, plazas, monumentos, librerías y restaurantes. La avenida 18 de Julio es una de las más transitadas y por donde conviene circular para llegar a la plaza principal para ver la casa de gobierno y el gigantesco monumento a Artigas y sí, así como en Chile tenemos a O´Higgins por todos lados, no hay ciudad sin una plaza con un monumento a Artigas. No es del todo irracional si se piensa que Uruguay es un milagro geopolítico, porque en realidad debió ser parte de Rio Grande do Sul en Brasil o un anexo de Argentina.

José Gervasio Artigas (1764-1850) fue un militar del Río de la Plata, federalista acérrimo y que jugó un papel crucial en la Guerra de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Recibió el nombre de “Jefe de los Orientales”. Uruguay era conocido como la Banda Oriental por su posición geográfica en el Río de la Plata. Artigas se convirtió en el padre de la patria uruguaya por el papel que cumplió en la independencia de España, pero hoy en día también se ha reconocido el papel que tuvo en la Independencia de Argentina. Nuestros héroes patrios no estaban limitados por las fronteras que conocemos hoy. Así es como San Martín no solo liberó a Argentina, sino también a Chile, y Perú, como está marcado en su tumba en la catedral de Buenos Aires.

El centro de Montevideo tiene una belleza interesante, lleno de verde, grandes árboles, fuentes de agua en plazas de obvia arquitectura europea. La ciudad tiene un evidente parecido con Buenos Aires, pero a mí me recordó mucho más a Río de Janeiro. Me parece más una mini Río, con un aire lisboeta, por las subidas y bajadas. Los uruguayos, sin duda, se parecen mucho más a los lisboetas que a sus vecinos argentinos o brasileños. Son bastante más bajo perfil y menos llamativos que sus vecinos. Para much@s, no hay diferencia entre argentinos y uruguayos, cuando la realidad es muy diferente. Si bien el acento es parecido, no es igual. El español uruguayo, por obvias razones geográficas, está lleno de portugués como el constante uso del tá (ok) que es la abreviación en portugués de está bom o bem (ok). Lo mismo ocurre con el uso de la palabra ómnibus, de uso común en Brasil, cuando en el resto de la región le decimos micro o bus. Uruguay de hecho, tiene un dialecto que se llama fronterizo y que no es inusual de escuchar. El fronterizo es un portuñol como el que existe en regiones fronterizas entre España y Portugal.

Mi siguiente recomendación es ir al Parque Rodó, en honor al importante escritor y político de fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX que escribió Ariel (1900), obra cúlmine del modernismo literario latinoamericano. Este parque no solo tiene un hermoso pequeño lago, palmeras, sino el Patio Andaluz con azulejos en el mejor estilo del sur de España. Otro destino recomendable son los museos históricos, que hasta hace poco eran completamente gratuitos. Uno de ellos es El Cabildo de Montevideo, un edificio de 1804, ubicado en la Ciudad Vieja. Hace tiempo que este museo está a la vanguardia en el modo en que tiene dispuesta su colección, que no solo contiene los objetos históricos de la historia de Montevideo, sino que busca nuevas perspectivas en torno a las narrativas históricas. Por ejemplo, en este momento tienen pinturas con realces en que se destaca la presencia de las mujeres en la historia del país. Otro museo que vale la pena visitar en el Museo de Artes Decorativas Palacio Taranco, inaugurado en 1972 y está ubicado en la antigua morada de la familia Ortiz de Taranco, construido a comienzos del siglo XX. El palacio contiene mobiliario y decoración original, una colección de pintura y escultura.

Si Ud. es aficionado a la lectura, no puede perderse las librerías de Montevideo; en particular, las ubicadas en la calle Tristán Narvaja. Si bien los libros son más caros que en Buenos Aires, son un poco más baratos que en Chile y es la oportunidad de leer una literatura que escasamente llega a Chile. La literatura uruguaya es de gran calidad y tiene una importante variedad de voces para un país tan pequeño. Si gusta de la literatura policial, no puede dejar de comprar los libros de Mercedes Rosende y Cecilia Ríos, dos de las mejores exponentes del género negro en la actualidad. De hecho, Rosende estuvo en Chile en 2023 en Puerto Negro en Valparaíso, pese a que es prácticamente desconocida en nuestro país, pero ya ha sido traducida a varios idiomas en Europa y leída alrededor del mundo. Pero no solo hay policial en Uruguay, también tiene importantes representantes en literatura de ciencia ficción, entre otros géneros.

Si es amante del tango, no se puede perder los locales de milongas de Montevideo, el más antigua, que acaba de cumplir 50 años es Joven Tango que tiene milongas prácticamente todos los días y se encuentra en Aquiles Lanza 1235. El nombre es engañoso, ya que la demografía del tango es de 50 para arriba, pero es animada y la gente es muy amable. Una de las cosas lindas del tango es que se puede ir a cualquier milonga en el mundo y se puede disfrutar de la misma música y el mismo baile.

Para quienes gustan de las selfies y fotos con el nombre de la ciudad, Montevideo cuenta con sus letras en una colina que mira al Río de la Plata. La postal vale la pena, además de visitar el Casino de Carrasco, uno de los sectores high de la ciudad, que recuerda un poco a Reñaca, y sectores altos de Concón. No por nada Uruguay recibió el título de la Suiza de América Latina, no son pocas las casas con un claro estilo suizo o alemán. A diferencia de Argentina, Uruguay tiene un patrón de vida más alto (más parecido al de Chile), lo cual también significa que no es barato como el vecino país.

Un imperdible es la parrillada uruguaya. De hecho, los uruguayos son tanto o más fanáticos por el asado como nuestros vecinos argentinos. Un indicador es el nivel de humo que se respira por los asados a leña. Así como un viernes por la noche en nuestro país se huelen los asados en el barrio, en Montevideo se huele todas las noches. Algo que no sale gratis, dado los altos niveles de hipertensión y alto colesterol que tienen sus habitantes.

No todo es Montevideo en Uruguay. Para un país tan pequeño, hay una gran variedad de playas que no tienen nada que envidiarle a Brasil. La más famosa es Punta del Este, que cuenta con un distintivo monumento, la mano, curiosamente construida por un chileno patiperro. Las playas de Punta del Este son hermosas, así como la marina con yates. Las playas no solo son seguras y lindas, pero además son mucho más tranquilas que otros destinos turísticos. La ciudad tiene algo de versión en miniatura de Miami o Viña del Mar por los lujosos rascacielos, el casino Enjoy y las celebridades argentinas que tienen sus lujosas viviendas en Punta del Este. Si bien el famoso balneario es el más conocido a nivel mundial, también hay otras playas hasta más bonitas y menos conocidas, como es el caso de Piriápolis.

Si va a Uruguay, no se puede perder Colonia del Sacramento, una ciudad colonial frente al Río de la Plata. Esta ciudad es la más antigua del país (1680) y fue bastión portugués tiene calles con adoquines y una serie de edificios coloniales portugueses. El barrio histórico es relativamente pequeño (unas 12 hectáreas) y fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1995. Dentro de la ciudad vale la pena ver la Basílica del Santísimo Sacramento, la Calle de los Suspiros (donde hay que besarse como dicta la tradición). También está el faro de 1857, construido por una torre blanca con ruinas de una edificación más antigua en el lugar. A lo largo del camino hay una gran cantidad de tiendas de artesanías y una gran oferta gastronómica gourmet. Colonia además es la vía más rápida para llegar a Buenos Aires, que queda a 50 kilómetros en línea recta de la ciudad fronteriza.

Por último, le recomiendo visitar estos lugares por bus. Uruguay tiene un excelente servicio de ómnibus, como les llaman, y una terminal moderna como es Tres Cruces. Además, tiene un hotel de la cadena nortemericana Days Inn al frente, que no es caro y es cómodo. Esto permite hacer viajes por el día, con una frecuencia de buses muy conveniente. Si quiere unas vacaciones diferentes este año, considere Uruguay, una miniatura de país, llena de historia, preciosas playas, excelentes asados y una variedad de vino única en el mundo, como es el Tanat.