Virginia Pineda, heroína chepicana de la guerra del Pacifico

Inadvertida en el cementerio parroquial de Chépica, la tumba de Virginia Pineda, cantinera, rememora la lucha de decenas de mujeres que se enrolaron y lo dieron todo por Chile en la Guerra del Pacífico. Mukuna, un colectivo de mujeres de esa comuna, busca reivindicarlas para que la historia les brinde el sitio que les corresponde.

Por Adriana Bastías y Edison Ortiz

“Hay que bajarse en Cunaco, parada del ferrocarril a Pichilemu, con gusto y olor a vinos gruesos no alterados y caminar durante dos horas sentado en un carricoche incómodo, tirado por caballos flacos de costillas vistosas y numeradas para llegar a la aldea de las frutillas, de los callejones largos y de las sandias comidas en carretas al son de una tonada chilena”. Así describía Raúl González Labbé su llegada a Chépica “después de hacerle la rueda por un buen rato a un cerro aplanado que siente la presión fría de un estero claro y correntoso que le aprieta la falda. Es el cerro de Lima”. Así era la comuna que vio nacer y morir a la heroína de esta historia.

En tiempos en que, tal como nos lo relata “Un veterano de tres guerras” de Parvex, había levas forzadas para dotarse de contingente para la guerra, los hacendados de Chépica aportaron cerca de 3.000 “voluntarios” –la cifra más alta en relación con su población- con tal de que sus hijos varones libraran del ejército. Los enganches fueron hechos tanto en la villa –creada recién como comuna en 1891, luego de la guerra civil– como en el secano costero. Por eso este relato es la historia reversa de la que suele contarse en los institutos militares. Aquí, los hombres se arrancan de ella, mientras un puñado de valientes mujeres, entre las cuales se cuenta nuestra heroína, se moviliza voluntariamente para acudir al llamado de la patria. Es la visibilización de un patrimonio, hasta ahora intangible.

Las cantineras no podían estar en regimientos

El 27 de noviembre se celebró el día de las cantineras, a propósito de la fecha en la que se conmemora la batalla de Tarapacá (1879) durante la campaña terrestre de la Guerra del Pacífico.

Ese día, El Regionalista acompañó a Fiorina González, gestora cultural e integrante del movimiento de mujeres Mukuna y Elisa Reyes Arriagada, exconcejala de la comuna de Chépica, ambas pertenecientes a la mesa de mujeres rurales de la región de O’Higgins, en su visita a la tumba de Virginia Pineda, cantinera chepicana cuyos restos descansan en el cementerio parroquial de Chépica.

Nuestra primera parada fue en la plaza de Chépica. Allí, en uno de los costados del busto de Arturo Prat, hay una placa con personas de Chépica que participaron en la guerra del Pacífico, entre ellas la única mujer: Virginia Piñeda (Pineda).

Pero ¿quién fue Virginia Pineda? Fue una cantinera que luchó en la guerra del Pacífico, es decir, quien llevaba la cantimplora con agua o agua ardiente y que estaba en el campo de batalla, donde además, señala Fiorina, “echaba las municiones a los fusiles y en más de alguna oportunidad peleaba cuerpo a cuerpo con aquellos que venían a matar a los soldados que estaban cuidando”.

Mukuna ha dedicado un gran esfuerzo a recolectar historias de vida de cantineras, como Candelaria Pérez, una mujer que estuvo en la guerra contra la Confederación Perú Boliviana, quien se enroló a los 29 años. Fue la primera mujer sobre quien el ejército reconoció su participación en la guerra y por eso se le da el grado de sargento. Sin embargo, su grado no le significó demasiado, explica Fiorina, porque “cuando ella vuelve de las dos guerras, como no se permitían soldadas en los regimientos, entonces le dan pensión mísera y muere en condiciones paupérrimas acompañada por cinco personas”.

Sesenta heroínas

Fiorina González: “Una de las historias más motivantes es la de la Filomena Valenzuela, ella fue muy longeva, ella parte acompañando a su esposo y su hijo con 13 -14 años, hizo de tambor mayor para poder llevarlo también. Son historias muy motivadoras, pero también trágicas por cómo mueren las mujeres”.

Este hecho es el que marca a la líder de Mukuna y la compromete en la búsqueda de mujeres que contribuyeron al esfuerzo bélico. “Yo tengo recopilados unos 60 nombres, que ni siquiera tienen apellido, porque no salen o se menciona de quien es esposa, a quien acompañó. Una de las historias más motivantes es la de la Filomena Valenzuela, ella fue muy longeva, ella parte acompañando a su esposo y su hijo con 13 -14 años, hizo de tambor mayor para poder llevarlo también. Son historias muy motivadoras, pero también trágicas por cómo mueren las mujeres”.

Al llegar al cementerio de Chépica nos encontramos con un nicho compartido probablemente con un pariente, que está a ras del suelo que lleva el nombre de Virginia Pineda, con fecha del 22 de agosto de 1919 y en la parte superior, una placa de plástico a manera de homenaje.

Teníamos curiosidad para saber cómo desde Mukuna encuentran a Virginia Pineda. “Después de más de 15 años, en una de las tantas conversaciones que hemos tenido como equipo aparece una gestora cultural y ella encuentra a Virginia en Chépica, eso fue hace 4 años y por fin no estábamos hablando de aquellas cantineras que pelearon, sino estábamos hablando de la cantinera del valle de Colchagua cuyos restos están en la comuna de Chépica.” Este grupo de mujeres han recolectado información en museos, radios locales, y relatos orales que han pasado de generación en generación. Elisa Reyes Arriagada nos manifiesta lo difícil que ha sido que permanezca el nombre de Virginia Pineda en el recuerdo de colectivo de Chépica, situación que espera cambie.

El reconocimiento a la cantinera Pineda partió hace cuatro años, señala Elisa Reyes, “esto nace del movimiento de mujeres Mukuna, de venir a entregarle una flor, un reconocimiento a una mujer que entregó tanto a nuestro país. Yo vengo hace como 3 años, acompañando a Fiorina”.

Existen varios proyectos que a Mukuna les gustaría desarrollar en torno a las cantineras, en especial a aquellas provenientes de la región de O’Higgins, representadas por doña Virginia Pineda. Uno de sus proyectos involucra un mejor sitio donde puedan descansar sus restos. Buscando apoyos, nos cuentan que han conversado con el párroco, administrador del cementerio. Además, esperan impulsar formas de reconocimiento para las cantineras como libros, exposiciones y murales, en los cuales están trabajando.

Hasta ahora, las mujeres de la colectiva Mukuna han recorrido cementerios buscando nombres de cantineras, labor para la que esperan el apoyo de la comunidad, a la que llamaron a aportarles información sobre la existencia de alguna de estas mujeres en la región.

“Ojalá el próximo año tengamos mejores noticias y decir en esto avanzamos”, concluye Fiorina. “Hay hartos pasos avanzados, pero ha costado, y en la puerta del horno se quema el pan”.

Si tiene antecedentes sobre las mujeres cantineras que participaron en la Guerra del Pacífico, escriba a mujeresmukuna@gmail.com

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27 comentarios en “Virginia Pineda, heroína chepicana de la guerra del Pacifico”

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