Por Adriana Bastías
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, se prevé que Chile vuelva a ser escenario de manifestaciones multitudinarias en favor de los derechos de las mujeres y la equidad de género. En un contexto marcado por avances legislativos y desafíos persistentes, la conmemoración de este año trae consigo un mensaje claro: la lucha continúa.
Como es habitual, diversas organizaciones feministas y movimientos sociales han convocado a marchas en todo el país. Bajo consignas como “A la calle contra la ofensiva patriarcal”, “Donde está Julia Chuñil Catricura” y “A la calle contra el legado de impunidad”, las manifestantes exigirán cambios concretos en materia de derechos laborales, justicia en casos de violencia de género y acceso igualitario a oportunidades.
Desigualdad salarial: las mujeres ganan un 23,3% menos que los hombres
Según un informe reciente del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las mujeres en Chile ganan en promedio un 23,3% menos que los hombres. Esta brecha salarial es aún mayor en sectores con alta calificación profesional, lo que evidencia que la discriminación económica persiste incluso en los niveles educativos más altos.
Además, el estudio revela que las mujeres tienen menos acceso a cargos de liderazgo y enfrentan más dificultades para negociar mejores salarios. La maternidad sigue siendo una barrera para muchas trabajadoras, ya que el costo de contratar mujeres en edad fértil desincentiva su reclutamiento en ciertas empresas.
Mujeres y pobreza de tiempo: el costo invisible de la desigualdad
Un reciente estudio de Fundación Sol, titulado «Mujeres y Pobreza de Tiempo en Chile», expone otra dimensión de la desigualdad laboral: la sobrecarga de trabajo, tanto remunerado como no remunerado.
El informe revela que el 30,7% de las mujeres trabajadoras en Chile están en situación de «pobreza de tiempo», es decir, destinan tantas horas al empleo y al trabajo doméstico y de cuidados que no les queda tiempo suficiente para su descanso, o participación social.
Este fenómeno es aún más grave en hogares con menores de edad, donde el 44,6% de las mujeres está en pobreza de tiempo, en contraste con el 23,8% de los hombres en la misma condición.
Además, el informe destaca que el 70% de las mujeres en pobreza de tiempo gana menos de $500.000 líquidos al mes, lo que evidencia una doble precarización: menos ingresos y más carga de trabajo.
Percepciones de las mujeres sobre sus condiciones de vida
La Decimocuarta Encuesta de Corporación Humanas (2024) refuerza esta realidad con datos preocupantes sobre la percepción de las mujeres en Chile:
El 81% cree que en Chile las mujeres ganan menos que los hombres por el mismo trabajo, lo que coincide con los datos oficiales sobre la brecha salarial.
El 86% considera que la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema grave en el país, y un 70% señala que las políticas públicas para combatirla han sido insuficientes.
El 52% de las encuestadas tiene miedo de caminar sola de noche, lo que evidencia la sensación de inseguridad que persiste entre las mujeres chilenas, y que sabemos es un problema que podría ser clave en la campaña presidencial que se avecina.
Estos datos refuerzan la necesidad de avanzar en políticas concretas que aborden tanto la desigualdad económica como la violencia de género.
Mujeres y reforma previsional: un nuevo escenario en Chile
Sabemos que el Congreso Nacional aprobó la reforma de pensiones en Chile, lo que significa que una vez que se implemente (lo que tardará varios años), habrá varios cambios en el sistema que afectarán las pensiones de las y los trabajadores en el país.
Esta reforma es muy relevante para las mujeres, debido a que históricamente han recibido jubilaciones más bajas que se explican por las brechas salariales, lagunas previsionales y la carga del trabajo no remunerado. Esta reforma busca reducir esta desigualdad mediante medidas específicas, como el fortalecimiento del Seguro Social. Además, se fortalecerá la PGU (Pensión Garantizada Universal) y se implementará un nuevo sistema de inversión, reemplazando los multifondos por fondos generacionales para una mayor estabilidad.
Un aspecto clave es que la propuesta busca reducir la brecha de género en las jubilaciones, garantizando un retiro más digno para las mujeres, quienes en promedio viven más años, pero con menores ingresos, lo que ha generado un nivel de pobreza en la vejez que es aún más dramático para las mujeres en Chile.
Julia Chuñil, activista mapuche y defensora de los derechos de las mujeres indígenas, desaparecida
La desaparición de Julia Chuñil ha generado gran preocupación en comunidades y organizaciones de derechos humanos, considerando su labor en la denuncia de la violencia estructural contra las mujeres indígenas, así como su participación en la defensa del territorio. Hasta el momento, las autoridades no han entregado información clara sobre su paradero, lo que ha levantado alertas sobre la posibilidad de persecución o represalias por su activismo. En este 8M, su desaparición se suma a la larga lista de mujeres que han enfrentado violencia y represión, recordando la urgencia de garantizar justicia y seguridad para todas.
La campaña presidencial que se viene
La conmemoración del 8M en Chile ocurre en un contexto político marcado por la inminente carrera presidencial, donde los derechos de las mujeres juegan un rol clave en el debate. Tras la salida de Carolina Tohá del Ministerio del Interior y la confirmación de Michelle Bachelet de que no será candidata, todo apunta a que Tohá podría competir en las primarias oficialistas. Por otro lado, la exalcaldesa de Providencia, Evelyn Matthei, ha presentado su equipo de campaña con un discurso fuertemente crítico hacia el Gobierno. Todo ello apunta a que sí o sí habrá mujeres en la papeleta presidencial.
En este escenario, la posible candidatura de Johannes Kaiser, fundador del Partido Nacional Libertario, ha generado preocupación en el movimiento feminista. Su historial de declaraciones misóginas y su rechazo a los derechos de las mujeres han sido duramente cuestionados por organizaciones como la Coordinadora Feminista 8M, que advierte sobre el riesgo que su eventual candidatura representa para los avances en igualdad de género en Chile.
El cómo la agenda de género permea las campañas presidenciales es algo a lo cual se debe prestar atención.
Paradojas actuales
A pesar de los avances del movimiento feminista en Chile, una reciente encuesta de Black & White, la cual abordó, entre otros temas, la percepción del machismo, el feminismo y la discriminación de género en Chile, reveló una paradoja en la percepción de la sociedad: el 70% de las personas declara no sentirse identificado con el feminismo, pero al mismo tiempo, un 66% reconoce que las mujeres siguen siendo discriminadas.
Estos datos reflejan una desconexión entre la conciencia sobre las desigualdades de género y la adhesión al movimiento que las denuncia. Factores como la desinformación, la influencia de discursos conservadores y la fragmentación del propio feminismo pueden explicar esta brecha. Sin embargo, desde las organizaciones feministas se sostiene que la lucha por los derechos de las mujeres es una causa que beneficia a toda la sociedad y que la resistencia al feminismo muchas veces responde al miedo al cambio y a la pérdida de privilegios.
Un 8M con esperanza y determinación
A pesar de los desafíos y críticas provenientes especialmente del sector más conservador de la sociedad chilena, el movimiento feminista en Chile sigue siendo fuerte. Las manifestaciones de este 8M no solo buscan visibilizar las injusticias que persisten, sino también celebrar los logros alcanzados gracias a la movilización social.
Sin embargo, es necesario avanzar en temas pendientes como el acceso a derechos sexuales y reproductivos, la protección efectiva contra la violencia de género y la reducción de la brecha salarial.
El llamado sigue siendo el mismo: trabajar para tener una sociedad en la cual las mujeres puedan vivir sin miedo, con igualdad de oportunidades y pleno respeto a sus derechos. Porque la historia ha demostrado que solo desde lo colectivo, con lucha y unidad, se logran los cambios necesarios para hacer una sociedad más justa.