Por equipo de El Regionalista
Según la Fundación Ellen MacArthur, citada por el Parlamento Europeo, en 2050 los océanos del planeta podrían tener más plásticos que peces. La afirmación, que parece exagerada, está respaldada por cifras que estremecen: hoy, las aguas oceánicas soportan más de 150 millones de toneladas de plásticos y cada año, reciben entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas.
Tales montañas de plástico tienen efecto inmediato sobre la vida marina por la degradación de su hábitat y la exposición a sustancias químicas asociadas al plástico. Pero es que también los plásticos tirados en el mar, como equipos de pesca, son una trampa para la fauna marina, que se enreda en ellos o los come. Los seres humanos también estamos expuestos: la cadena alimentaria se contamina con el plástico que inunda el mar.
En total, entre los desechos del consumo humano y las artes de pesca abandonadas, el plástico representa en su conjunto cerca del 70% de la basura marina, mientras que el plástico de un solo uso llega al 49%.
¿Cuáles son los 10 tipos principales de plásticos de un solo uso cuya presencia es más frecuente en las playas del planeta?

- Botellas, tapones y tapas.
- Colillas de cigarros.
- Bastoncitos de algodón (cotonetes)
- Envases de papas fritas, golosinas y caramelos.
- Toallitas sanitarias o tampones.
- Bolsas de plástico.
- Cubiertos, pajitas y mezcladores para líquidos.
- Vasos, tazas y tapas.
- Globos y palos para sostenerlos.
- Recipientes para alimentos, incluidos los envases de comida rápida.
¿Por qué vía llega el plástico a la cadena alimentaria humana? A través de los microplásticos, que son piezas de hasta 5 milímetros, categorizadas como primarias y secundarias. El microplástico primario es lanzado directamente al ambiente y procede del lavado de ropa sintética, los neumáticos en su roce con el pavimento, exfoliantes faciales. Los secundarios se producen por la degradación de piezas más grandes como bolsas, botellas, redes de pesca. Estos últimos pueden totalizar hasta 80% de los microplásticos y los primarios hasta el 30%.
Amenaza sobre la ley de plásticos de un solo uso
En Chile, hemos dado pasos importantes para detener la liberación de plástico al ambiente y, como consecuencia, al océano. En 2018, se promulgó la ley 21.100 que prohibió la entrega de bolsas en el comercio y, posteriormente, en 2019, la ley 21.368 cuyo fin es reducir los plásticos de un solo uso hasta en 23 mil toneladas al año en el país, y que fue publicada en 2021. La norma consideró su vigencia solo desde tres años después de su promulgación, es decir, desde agosto de 2024.
Pero, en la víspera de su aplicación, la llamada “bancada del plástico” (Sergio Gahona, José Miguel Durana y Gustavo Sanhueza, todos de la UDI, más Rafael Prohens de RN y Matías Walker de Demócratas) patrocinó una prórroga de la ley hasta febrero de 2026, afirmándose en que el reglamento de la norma no había sido elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente.
La novedad es que ahora, según la organización Océana, los senadores Francisco Chahuán (RN) y José Miguel Insulza (PS), se suman al mencionado Sergio Gahona para, nuevamente, introducirle un cambio a la ley, esta vez dejando la puerta abierta para que en locales de comida rápida y restaurantes puedan usarse envases con materiales que en algún grado puedan reciclarse. Esto, pese a que la ley original prohíbe todo uso de envases o recipientes que no sean plenamente reutilizables.

La Coalición Supera el Plástico, compuesta entre otras por Océana, Fundación Chile Verde y Fundación Basura, entre otras, puso el grito en el cielo y con razón porque la propuesta de modificación diluiría radicalmente el objetivo central de la ley de plásticos de un solo uso. Para la coalición se trata de una clara cesión al lobby de la industria de los restaurantes, la que ya se hizo presente en la prórroga anterior, respecto de la cual se acusó a la ACHIGA, que agrupa a los restaurantes, y a Arcos Dorados, la empresa que gestiona la marca McDonald’s en Latinoamérica. Se sabe, por ejemplo, que para torpedear las normas de protección ambiental, esta última argumentó que los productos reciclables generan mayor huella de carbono que los desechables, afirmación que fue echada por tierra por la comunidad científica.
Cristóbal Correa de Océana planteó a El Mostrador la postura de las organizaciones que alertaron de este nuevo intento de quitarle pólvora a la ley de plásticos de un solo uso. Que en locales de comida rápida se utilicen solo envases reutilizables es clave, puesto que la alternativa de reciclables es muy limitada por su tamaño pequeño y su contaminación con productos orgánicos, lo que hace comparativamente muy costoso su transporte, tratamiento y limpieza.
En las próximas semanas sabremos si, otra vez, el lobby de la industria de los alimentos para delivery y cadenas como McDonald’s logran agregarle una nueva distorsión a la ley de plásticos de un solo uso. Claro que, en este caso, el acomodo sería una deformación que haría inviable su objetivo.
3 comentarios en “En riesgo la ley de plásticos de un solo uso”
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