Dos socialdemócratas recorren Estados Unidos con la promesa de combatir a la oligarquía

La colaboración política entre Sanders y Ocasio-Cortez se consolidó en 2019, cuando ella respaldó formalmente su candidatura presidencial. Desde entonces, este dúo ha logrado conectar con un espectro demográfico extraordinariamente diverso.

Reproducido desde diario-red.com

Bernie Sanders, el senador de Vermont, y Alexandria Ocasio-Cortez, la congresista neoyorquina conocida por las siglas AOC, han iniciado una gira por Estados Unidos que está captando la atención nacional. Estadios, auditorios y universidades se llenan a su paso mientras presentan una visión política que desafía directamente el poder consolidado de los multimillonarios. Esta movilización surge en un contexto particular: con Donald Trump de regreso en la Casa Blanca y Elon Musk ejerciendo una influencia sin precedentes en la política federal, Sanders y AOC han identificado un problema fundamental para su país: la oligarquía. 

En palabras de Sanders: «Cuando el hombre más rico del mundo puede reunirse con el presidente en su primer día en el cargo mientras millones no pueden pagar sus medicamentos, debemos cuestionar a quién sirve realmente nuestro gobierno». Esta declaración captura la esencia de su mensaje principal. 

La gira nacional, denominada «Fighting Oligarchy» (Luchando contra la oligarquía), sigue un patrón consistente en cada ciudad visitada. Miles de personas esperan durante horas para asistir a eventos donde los discursos abordan temas estructurales como la desigualdad económica, la crisis climática y la captura corporativa de las instituciones democráticas. Los oradores señalan directamente a figuras específicas como Elon Musk, Jeff Bezos y Mark Zuckerberg, los hombres más ricos del planeta y aliados del presidente Trump, como los culpables. 

El impacto de la gira ha superado expectativas. En Denver, lograron congregar a más de 30.000 personas, cifra que sobrepasa la asistencia registrada durante las dos campañas presidenciales anteriores de Sanders. Los videos de estas multitudinarias concentraciones se han vuelto virales en internet, evidenciando el amplio apoyo político que han logrado generar. En Las Vegas, Nevada, miles de personas se reunieron al aire libre a pesar de las altas temperaturas, motivados por escuchar los mensajes de ambos líderes. Salvador Solorio, joven concejal del partido Demócrata que estuvo en el evento, lo describe como un acontecimiento sin precedentes. «Asistir despertó emociones e inspiración como ninguna otra experiencia, con una multitud enorme y personas afines de todos los ámbitos de la vida que se unieron para mantenerse firmes contra la administración de Trump. Esto no se trataba de demócratas o republicanos, sino de ser estadounidense. Se trataba de luchar por alguien a quien no conocemos», dijo.  

Este fenómeno político emerge en un momento de profunda desesperanza para muchos estadounidenses que no se sienten representados por la oposición, creando un vacío que resulta urgente llenar. Los demócratas convencionales han mostrado dificultades significativas para responder eficazmente a las políticas implementadas por el presidente Trump y sus aliados multimillonarios. Las encuestas confirman esta crisis de representación: la aprobación del partido Demócrata y sus representantes en el Congreso ha caído a niveles históricamente bajos, no vistos desde 1990.

Jesse Paul / Zuma Press / ContactoPhoto

La decisión estratégica de centrar su mensaje en la oligarquía revela un cálculo político deliberado por parte de Sanders y Ocasio-Cortez, quienes buscan trascender la polarización partidista tradicional.  

La alianza entre Trump y Musk representa para Sanders y AOC la prueba más clara de que el gobierno estadounidense favorece a los multimillonarios por encima de las necesidades ciudadanas. Lo notable es que esta crítica viene de dentro del propio Partido Demócrata, organización que históricamente ha dependido de donantes adinerados y cabilderos corporativos. Esta contradicción interna, imposible de ignorar tras la derrota electoral, plantea una pregunta fundamental: ¿puede un partido financiado por intereses empresariales realmente representar a ciudadanos cada vez más empobrecidos? Como señala AOC, el sistema actual es tan incoherente que ella y Biden pertenecen al mismo partido sin compartir casi ninguna visión política. Con Sanders, sin embargo, ha encontrado una alineación ideológica sustancial. Tanto Bernie como Alexandria destacan no solo por financiar sus campañas principalmente con aportaciones ciudadanas, sino por ser de los escasos representantes políticos que no poseen acciones en la bolsa de valores. 

Esta distinción resulta especialmente relevante en el contexto político estadounidense, donde senadores y congresistas tradicionalmente adquieren acciones. Frecuentemente, estas transacciones se realizan aprovechando información privilegiada, beneficiándose de su acceso a datos sobre políticas económicas. Un caso ilustrativo es el de Nancy Pelosi, histórica líder demócrata, quien generó 5 millones de dólares en 2024 mediante la venta de acciones de Apple.  

“El Partido Demócrata históricamente ha dependido de donantes adinerados y cabilderos corporativos”

La colaboración política entre Sanders y Ocasio-Cortez se consolidó en 2019, cuando ella respaldó formalmente su candidatura presidencial. Desde entonces, este dúo ha logrado conectar con un espectro demográfico extraordinariamente diverso: desde jóvenes que enfrentan deudas estudiantiles abrumadoras hasta jubilados preocupados por potenciales recortes en los programas de seguridad social. 

«Vencer a los multimillonarios requiere un movimiento de masas. Cualquier organización socialista en Estados Unidos debe ser consciente de eso o corre el riesgo de convertirse en una secta marginal. Hasta qué punto el Partido Demócrata puede servir como vehículo para ese movimiento sigue siendo una cuestión abierta», explica Lydia, una activista de 24 años militante de los Demócratas Socialistas.  

A pesar del éxito de esta suerte de tour antioligarquía, resulta ambiguo porque no han abandonado formalmente el partido Demócrata, pero tampoco creen que este pueda lograr los cambios profundos que buscan. Por eso, están creando un movimiento independiente que puede presionar tanto dentro como fuera del sistema político tradicional. Para esto, se apoyan en aliados naturales como sindicatos, activistas sociales y universitarios, que siempre han sido su base de apoyo. 

Esta gira de Sanders y AOC representa mucho más que un simple acto político; es la continuación de un movimiento que Bernie inició en 2016 y que, lejos de debilitarse, cobra nueva fuerza precisamente cuando sus advertencias sobre la democracia estadounidense se están haciendo realidad ante un público cada vez más receptivo. El panorama muestra tendencias opuestas: inclinaciones autoritarias frente a jóvenes decididos a enfrentar el poder corporativo, como prueban los boicots contra empresas pro-Trump que han causado pérdidas importantes, como la caída del 24% en las acciones de Target. Queda claro que la idea de recorrer el país no solo busca ganar elecciones, sino crear una estructura organizativa permanente que perdure más allá de los ciclos electorales, impulsando un cambio profundo en el sistema político estadounidense desde la base. 

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