Por Edison Ortiz
Hasta mediados de esta semana eran 279 las precandidaturas independientes inscritas para la presidencia de la república, hecho inédito en nuestra historia que refleja una explosión sideral con relación a las cerca de 35 candidaturas preinscritas para la anterior elección, la que ya era una cifra bastante alta.
No pasaron ni dos días cuando algunos “expertos” y “cientistas políticos” salieron a darle como bombo en fiesta a los aspirantes y hablaron del “bajo umbral para inscribir precandidaturas, el incentivo financiero, el descrédito de los partidos y de la institución de la democracia” (Marco Moreno). A su vez, el historiador Sergio Grez cuestionó que “la inmensa mayoría de ellos no tiene trayectoria política, sin programa, ni ideas solo por afán de lucro y figuración”.
Ambas visiones, ponen en entredicho el artículo 25 de nuestra actual constitución que señala claramente que “para ser elegido Presidente de la República se requiere tener la nacionalidad chilena de acuerdo a lo dispuesto en los números 1º o 2º del artículo 10; tener cumplidos treinta y cinco años de edad y poseer las demás calidades necesarias para ser ciudadano con derecho a sufragio” y que establece la igualdad ante la ley y el derecho a elegir y ser elegido que consagra el texto constitucional.
En efecto, aún en la constitución del 80, varias veces reformada, se explícita el espíritu democrático relacionado con quienes pueden ser elegibles para el cargo y de la igualdad ante la ley de sus habitantes y ciudadanos.
En tal sentido, los 279 preinscritos hasta este jueves 3 de abril, solo están haciendo ejercicio de un derecho consagrado en la constitución política de Chile y no existe ninguna falta ni anormalidad en aquello. A menos que en el fondo de nuestro raciocinio pensemos que ese es un atributo al cual solo pueden acceder iniciados o nuestras oligarquías dominantes, como sucedió durante todo nuestro siglo XIX, y parte del XX, principio contradicho entre 1970 y 1973, lo que explica que aquellas mismas no trepidaron en dar un violento golpe de estado cuando sus privilegios fueron amenazados.

Fuente: servel.cl
Los casi 280 inscritos en el registro del Servel (https://patrocinantes.servel.cl/user/general/51#) dan cuenta de lo variopinto que es nuestro país. De la cifra total obtenida hasta el cierre de esta edición por El Regionalista 243 son varones y 36 mujeres. Entre ellos hay algunos ya conocidos como Harold Mayne Nicholls; el casi ya eterno Eduardo Artes Brichetti, Karim Bianchi Retamales, actual senador por Magallanes, el historiador Juan Carlos Gómez Leyton, y entre las excentricidades que han alcanzado alguna connotación está el modelo chileno Yoshiaki Hayashi, la vidente Zita Pessagno o el divino maestro Javier Navarro. Hay, además, oficinistas, empleados públicos, comerciantes, dueñas de casa, saltimbanquis, hombres y mujeres que, por las más diversas motivaciones, están ejerciendo un derecho constitucional. No faltarán quienes quieran alcanzar con ello un destello de luz en unas invisibles existencias; ni tampoco los que piensan hacerse la américa pensando en la devolución de mil pesos por cada voto obtenido, como ya se ha hecho costumbre con algunos eternos candidatos/as en elecciones para concejales, alcaldes, cores, gobernadores, parlamentarios y, también, presidenciales. Habrá alguna apuesta de oficina, una decisión tomada al calor de unas tantas copas y que luego, la resaca electoral los devolverá a la realidad. También estarán presentes aquellos que, queriendo dar un patrocinio a alguien, terminaron preinscribiéndose en el sitio del Servel habilitado para ello. En fin, hay precandidaturas que interpretan muy bien ese enorme zoológico humano llamado Chile.

Crédito: youtube.adnradio.
Seguramente una inmensa mayoría no pasará más allá del trámite de la preinscripción que se realiza con clave única y no reunirán el patrocinio equivalente al 0,5 % de los sufragios emitidos en la última elección de diputados que en este caso resultan ser 35.361 auspicios. Una cosa distinta es que obtengan la confianza de los chilenos y chilenas en las urnas. Por eso, la explosión de precandidaturas independientes no debe sorprender ni molestar a nadie.

Crédito: ex-ante.cl
Más de alguna obtendrá el requisito mínimo y ya suena fuerte en redes sociales la del ex presidente de la ANFP. Artes será otro que, seguramente, alcanzará la cifra mínima y más de alguno dará una sorpresa en términos de sufragios obtenidos, aunque tendrán que lidiar y enfrentarse con máquinas bien aceitadas y con mucha infraestructura como son las de las coaliciones tradicionales que van desde la extrema derecha hasta la centroizquierda y que cuentan con el respaldo institucional (y económico).
Casi todos serán golondrinas que no harán verano. Una anécdota más en nuestra frágil y convulsionada experiencia republicana.