Los impactos del nuevo proteccionismo de Estados Unidos

El nuevo proteccionismo de Estados Unidos afectará el volumen de las exportaciones de terceros países, los que verán, a su vez, disminuida su actividad económica y su PIB en efecto dominó. Por ejemplo, si China ve colapsadas sus exportaciones a Estados Unidos, la demanda por cobre chileno incluido en sus bienes tecnológicos (como los automóviles eléctricos) será menor, con una baja en los precios y en los ingresos por exportaciones en Chile.

Por Gonzalo Martner (Substack)

Donald Trump partió su segundo gobierno estableciendo, con idas y venidas, un arancel (impuesto a las importaciones) de 20% a los productos de China, de 20% al del aluminio y del acero y de 25% a los automóviles (que se suma al arancel del 2.5% para automóviles de pasajeros).

El 2 de abril decretó un arancel de 10% a todos los productos de todos los países (incluyendo islas deshabitadas), con la excepción de los que no se elaboran en Estados Unidos o se producen en cantidad insuficiente (como el cobre y maderas chilenas) y de los productos de México y Canadá que cumplen con las reglas de origen establecidas en el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá. Para los automóviles que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC, se aplicará el arancel de 25%, pero se permitirá certificar el contenido estadounidense de estos vehículos, de manera que el arancel del 25% se aplique solo al valor del contenido no estadounidense. Por ejemplo, si un automóvil fabricado en México tiene un 40% de contenido estadounidense, el arancel se aplicaría al 60% restante del valor del vehículo, resultando en un arancel efectivo del 15%. ​En cuanto a las autopartes, aquellas que cumplen con las reglas de origen del T-MEC están temporalmente exentas del arancel del 25% hasta que el Departamento de Comercio de Estados Unidos establezca un proceso para determinar y aplicar aranceles basados en el contenido no estadounidense de dichas partes.

El gobierno de Trump estableció, además, aranceles adicionales según un índice fantasioso de proteccionismo de otros países, que incluye el déficit comercial de bienes, pero no el de servicios, el nivel de aranceles sobre productos de Estados Unidos, manejos del tipo de cambio y factores ignotos y, es presumible, lisa y llanamente arbitrarios. Los aplicables a China alcanzan ahora a 54% (con un 34% adicional al 20% previo), con la posibilidad de que se agregue otro 25% si China (lo que también aplica a otros países) sigue comprando petróleo a Venezuela, lo que podría elevar el arancel total al 79%. El aplicable a la Unión Europea es de 20%.

Al encarecerse los bienes y servicios en la mayor parte del comercio mundial por la suma de las medidas de Trump y las respuestas de los países afectados, se contraerán los intercambios en una magnitud significativa.

El nuevo proteccionismo de Trump. Crédito: theconversation.com

En Estados Unidos, los bienes importados serán más caros, con la consecuencia de disminuir los márgenes de los importadores o bien producir el traspaso de los nuevos precios a los consumidores total o parcialmente. Lo propio ocurrirá, en la proporción respectiva, con los bienes producidos internamente con insumos importados. Los bienes cuyo consumo es más sensible al precio verán su demanda disminuida, con la consecuencia de afectar el volumen de las exportaciones de terceros países, los que verán, a su vez, disminuida su actividad económica. No se podrá producir un desvío de comercio a otras partes en las magnitudes suficientes como para absorber las menores importaciones desde Estados Unidos.

En cada país, el efecto será disminuir su PIB por menores exportaciones a Estados Unidos, en proporciones que dependerán de la magnitud de éstas. En el conjunto del mundo disminuirán las cantidades demandadas. Por ejemplo, si China ve colapsadas sus exportaciones a Estados Unidos, la demanda por cobre chileno incluido en sus bienes tecnológicos (como los automóviles eléctricos) será menor, con una baja en los precios y en los ingresos por exportaciones en Chile. Un posible efecto para algunos países será que los aumentos de aranceles de importaciones desde Estados Unidos de terceros países como represalia, harán relativamente más competitivos algunos productos de exportación de esos países.

En Estados Unidos, el gobierno de Trump supone que los aranceles aumentarán la producción de bienes finales e intermedios en su territorio, pues su producción doméstica dejará de ser sustituida por equivalentes importados más baratos. Dada la complejidad actual de las cadenas globales de producción, esto podría demorar hasta más de una década. En el intertanto, muchos productos serán más caros en Estados Unidos (desde automóviles hasta alimentos), disminuyendo el bienestar agregado de la población.

El efecto esperado de aumentar la recaudación tributaria a través de un mayor pago de aranceles, con el objeto de disminuir los impuestos a las personas de más altos ingresos, implicará reequilibrar la carga tributaria en detrimento de los consumidores, y proporcionalmente más a los de menores ingresos.

Fotografía de portada, Crédito: www.brieffy.com

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