Por Adriana Bastías
Tras casi treinta años de inquebrantable dedicación al servicio público y al desarrollo agrícola en la región de O’Higgins, Pamela García Herrera, ingeniera agrónoma de la Universidad Austral de Chile, se ha retirado como una de las figuras más influyentes de la Secretaría Regional Ministerial (Seremi) de Agricultura en O’Higgins. Su labor durante este tiempo no solo ha transformado la vida de cientos de agricultores/as y habitantes rurales, sino que también ha dejado una huella indeleble en la institucionalidad del Ministerio de Agricultura en la región, contribuyendo al fortalecimiento del sector agrícola en una de las regiones más importantes del sector agrícola de Chile.
En 1995, Pamela, oriunda de Santiago, comenzó su carrera en la Seremi de Agricultura, aportando a un proyecto FNDR, y desde entonces ha desempeñado un rol clave en diversas administraciones y bajo diferentes jefaturas. Fue responsable de las emergencias agrícolas durante varios años, una labor que dejó atrás en la administración actual.
El nombre de Pamela García Herrera está asociado a una infinidad de iniciativas que han transformado la forma en que las y los agricultores de O’Higgins enfrentan los desafíos actuales. Su compromiso con la innovación, la sostenibilidad y la mejora continua de las prácticas agrícolas ha sido fundamental para posicionar a la región como un referente en el desarrollo del sector. Para muchos, es difícil separar su nombre del de Lisette Bosshard, su socia en el trabajo durante tantos años. De personalidades distintas, quienes convivieron con ellas relatan que se complementaban y potenciaban mutuamente a la perfección, generando una dupla de excelencia profesional a disposición del servicio público regional que se evidenció en su ardua labor durante la pandemia. Tras la temprana partida de Lisette, y ahora el retiro de Pamela, llega a su fin esta dupla dorada para el sector silvoagropecuario.

Uno de los logros más destacados de Pamela fue liderar la propuesta para el «Mejoramiento de resiliencia al cambio climático de la pequeña agricultura en la Región de O’Higgins», que logró una inversión cercana a los 10 millones de dólares del Fondo de Adaptación al Cambio Climático (Adaptation Fund). Este proyecto, que tuvo como objetivo principal aumentar la resiliencia de las comunidades agrícolas rurales frente al cambio climático, fue fruto de un trabajo intersectorial en el que Pamela destacó con un rol fundamental. La planificación del proyecto, que comenzó en el segundo semestre de 2015, fue meticulosa y ardua. En su momento, comentó a la prensa regional: “Este es un trabajo en equipo intersectorial, cada pieza ha sido fundamental en la consecución de los logros. El Adaptation Fund otorga montos previos (en este caso los 30 mil dólares) solamente cuando existen certezas respecto a la viabilidad del proyecto. En abril del próximo año entregaremos el documento final y lógicamente que esperamos poder obtener el dinero para trabajar los nodos críticos de nuestra agricultura regional” (1).
Además de este proyecto, Pamela participó activamente en numerosos seminarios y charlas regionales sobre cambio climático organizados por el Ministerio de Medio Ambiente, la Universidad de Chile, liceos técnicos profesionales, Congreso Futuro, Escuela Verde de Verano de la Agrupación Bosques para el Cachapoal, y Fundación Tierra Austral, entre otros.

En sus intervenciones, Pamela ha apuntado a la importancia de los suelos como capturadores de CO2: “la gente no le da el valor al suelo, el suelo es un ecosistema vivo que, dentro de sus roles, además de promover la mineralización, el intercambio gaseoso y de absorber agua, tiene vida, tiene microorganismos que funcionan, así uno de sus roles es que capturan el CO2 y lo atrapan en el suelo. Entonces cada vez que estamos perdiendo un suelo agrícola no solamente estamos perdiendo un pedazo de terreno donde podríamos producir, estamos perdiendo un espacio de mitigación” (3). También subrayó la relación entre la destrucción de ecosistemas naturales y el impacto en la captura de CO2, refiriéndose a cómo la agricultura intensiva puede contribuir a la deforestación y pérdida de estos ecosistemas vitales.
Durante su tiempo en la Seremi, García Herrera destacó por su liderazgo y su profundo conocimiento de la realidad agrícola local. La región de O’Higgins, con su diversidad de cultivos, desde el vino hasta las frutas, exigió a la autoridad agrícola un enfoque integral que no solo promoviera la productividad, sino que también cuidara el medio ambiente y se adaptara a los cambios climáticos. La labor de Pamela fue clave en la implementación de políticas públicas que beneficiaron tanto a pequeños como a grandes productores, mejorando la infraestructura agrícola, fomentando el uso eficiente del agua y promoviendo tecnologías sostenibles.
Pamela era, también, la experta requerida por distintos programas de televisión regional y prensa escrita, cuando se trataba de eventos y emergencias agroclimática; su rostro y opinión certera acompañaron por años los hogares de la región de O’Higgins.

Uno de sus grandes logros fue su contribución al fortalecimiento de la agricultura familiar campesina. En una región donde la agricultura familiar representa una parte significativa del sector productivo, Pamela diseñó e implementó programas de capacitación y asesoramiento técnico que mejoraron la competitividad de los pequeños/as agricultores/as, promoviendo al mismo tiempo la inclusión y el acceso a nuevas tecnologías.
Además de su labor técnica y profesional, Pamela siempre fue una impulsora del trabajo colaborativo. Su capacidad para conectar a diversos actores del sector agrícola —gobierno, instituciones, productores/as y comunidad— fue crucial para crear redes de apoyo que fortalecieron las políticas públicas en la región. Este enfoque colaborativo permitió abordar temas complejos como el cambio climático, la gestión del agua y la diversificación de cultivos, siempre buscando soluciones adaptadas a las necesidades locales.
En lo personal, su sonrisa y mirada positiva, llena de energía y entusiasmo, son capaces de transformar su entorno e iluminar el espacio que la rodea. Con una solidaridad instantánea, siempre estuvo a disposición de sus compañeras/os de trabajo.
Con su retiro, el sector agrícola en O’Higgins pierde a una de sus defensoras más importantes. Sin embargo, el legado de Pamela García Herrera perdurará en los proyectos y políticas que implementó, así como en las generaciones de profesionales y agricultores/as que se beneficiaron de su visión y trabajo. Porque a lo largo de estos 30 años, Pamela construyó una carrera dedicada a un futuro más justo, inclusivo y sostenible para el campo chileno.
Pamela dejó la Seremi sin una despedida formal y sin conocer el resultado de la única denuncia que presentó en casi tres décadas de servicio público, durante julio de este año. Sin embargo, se va con la tranquilidad de haber realizado un trabajo de excelencia, que continuará en la nueva etapa desde el ámbito privado. Porque, sin duda, Pamela García tiene mucho más por aportar. Su legado, como el de aquellas personas que transforman desde las raíces, permanecerá firme en la memoria de todos los que compartieron o se cruzaron con ella en este recorrido.

2 comentarios en “Pamela García Herrera: tres décadas de compromiso con la agricultura”
My brother recommended I may like this web site.
He was totally right. This publish actually made my day. You cann’t imagine simply how much time I had
spent for this information! Thank you!
I am really gllad to gllance aat this website pposts which consists of plesnty of hellpful facts, thanks foor providing
suh information.
Los comentarios están cerrados.