Rancagua:  cómo perder una elección que se tenía ganada

Aunque Valentina Cáceres se erigió como la candidata más legitimada por su triunfo en primarias, no reunió voluntades de los derrotados, perdiendo un electorado de mayor edad, un déficit que tras los primeros análisis puede concluirse que fue clave en su fracaso electoral.

Por Edison Ortiz

Cuentan los cercanos al núcleo de la exaspirante a la alcaldía de Rancagua, Valentina Cáceres, que el lunes luego de la contienda electoral, su círculo íntimo, incluida ella misma, seguían responsabilizando a Nicolás Salgado y Rafael Cornejo de su derrota. Los culpaban de dividir la votación de la centroizquierda, luego de una primaria que convocó a todo el sector.

Valentina Cáceres y Raimundo Agliati, las dos primeras preferencias en alcaldía.

Huelga decir, que en el caso del primero, tanto el excandidato Roberto Villagra como indirectamente yo mismo le sugerimos ir como candidato a concejal dada su juventud y proyección. Pero efectivamente, Salgado tenía en el horizonte el sillón municipal y hubo diversas voces, entre ellos Cristián Cuevas y Hernán Lagos, quienes le reforzaron esa convicción. En el caso de Rafael Cornejo, forma parte de una corriente de opinión, entre cuyos miembros está Ricardo Cerda, que siempre lleva aspirantes a la alcaldía, con la diferencia que en esta oportunidad obtuvo un espectacular rendimiento, bordeando el 8% de los votos válidamente escrutados. El mismo escenario habían venido enfrentando los candidatos de centro izquierda desde el 2004 en adelante, y bajo ese mismo panorama triunfó Carlos Arellano ese año y Juan Godoy en 2021.

Tampoco hubo una candidatura exclusiva ligada a la derecha ya que el partido socialcristiano levantó candidata que se llevó el 7% de los votos. Eso sí, el partido Republicano no llevó candidato y eso hizo que Agliati corriera casi solo en la derecha tradicional.

El candidato vencedor no era un aspirante de fuste y así se lo percibía en las ferias: se le observaba como haciendo un trabajo que le habían asignado más que apropiándose del rol como alcalde.

Manual para perder una elección

En la ciudad hubo 207.743 personas habilitadas para sufragar, de las cuales asistieron 177.030 (el 85% del total); de ellos votaron por alguno de los candidatos, solo 144.166 electores (el 81%, es decir los votos nulos y blancos fueron la tercera mayoría relativa). Si la cifra anterior se compara con el total de habilitados, llegamos a la escalofriante cifra de 63.577 electores (31%) que no votaron por ningún candidato, una cifra que en realidad es la primera mayoría de esta elección. Ese electorado explica mejor la derrota de Cáceres más que los porcentajes de Salgado y Cornejo, y sobre ese votante, nadie influyó.

Valentina Cáceres, se erigió como la candidata más legitimada al participar de un proceso de primarias que convocó escasa participación, pero en la que se impuso con bastante distancia de sus contendores.

Y allí empezaron sus errores: no reunió voluntades de los derrotados, en especial siendo los cuatro varones y todos ellos con un electorado en proceso de envejecimiento y en algunos casos, también, de sectores populares, segmentos que fueron su problema en esta campaña. Así lo evidencian los recintos de votación con electorado más envejecido, donde Agliati construyó la diferencia que marcó la distancia con la aspirante frenteamplista:

Diferencia de votos entre Raimundo Agliati y Valentina Cáceres en recintos más tradicionales 

Fuente: elaboración propia a partir de los datos del Servel.

Solo en esos ocho locales Agliati le sacó 3611 votos de diferencia que la aspirante de Contigo Chile Mejor no pudo compensar con aquellos recintos donde sí se impuso (Vicuña Mackenna, San Sebastián School, El Cobre, etc.). Allí, la distancia fue menor y logró reducirla finalmente solo a 2.520 votos, pero no le alcanzó. “Los viejos vinagres”, como calificó un adherente a su postulación, no le creyeron esta vez a la aspirante de la renovación.

Vinculado a lo anterior estuvo, además, la falta de terreno de la pretendiente y de conexión con el mundo real de las personas de carne y hueso que no se conectan aún, o muy escasamente, con las redes sociales. Ello se evidenció en el encuentro en campaña con dirigentes sociales en un conocido local donde recibió una rechifla general mientras los presentes, en su mayoría, coreaban “Raimundo, Raimundo”. Otros actores del proceso señalan que en ese mismo sentido la aspirante fue sometida, por parte de su núcleo duro, a una verdadera burbuja – “Valentina fue secuestrada”, fue una de las frases que se escuchó- lo que le impidió tomarle mejor el pulso a la calle.

También se observó en su campaña una débil presencia y conexión con la agenda real de Rancagua, como son los problemas de seguridad y delincuencia que campean en la urbe y que sí abordaron con bastante fuerza los aspirantes de Chile Vamos y de la extrema derecha (“A recuperar Rancagua”).

Por último, le sobró una cierta dosis de soberbia que, como lo señaló respecto de esta generación el empresario Carlos Cardoen en Emol: “ignorancia con arrogancia, un cóctel muy malo”, refiriéndose con ello a la nueva pléyade de líderes políticos que muy bien representan algunos liderazgos frenteamplistas.

Todo lo anterior llevó a que una candidatura que, por allá por mediados de mayo cuando se impuso claramente en un escenario de muy baja participación, se creía que ganaría mirando para atrás, se fue complejizando al punto de terminar perdiendo una elección que se creía segura.

Valentina Cáceres tendrá tiempo para hacer su reflexión y obtener sus propias conclusiones y aprendizajes de este traspié doloroso, en un viaje que debiera traerla prontamente de vuelta como aspirante al congreso. Porque obtuvo una votación que, de hacer bien las cosas, la catapultará a la Cámara de Diputados y Diputadas. Tiene una buena parte del camino ya hecho.  

Votaciones en Rancagua durante este fin de semana.

Share on facebook
Share on twitter
Share on whatsapp

2 comentarios en “Rancagua:  cómo perder una elección que se tenía ganada”

  1. Estimados Rancagüinos. como se dice en esta columna, Valentina se vistió de arrogancia. falta de ideas y experiencia, pero sobre todo su mal trato a funcionarios y contendientes.
    Su personalidad y consejos de su grupo la llevaron a perder esta elección.

  2. Por lo que tengo entendido el Sr ortiz y villagra entregaron su apoyo al prifesor Nicolás Salgado.
    si se tiene preocupación por la alcaldía de Rancagua, se debió trabajar con las manos limpias en la actual administración y conquistar el gran porcentaje de personas que anularon su voto.
    Pero obviamente es más fácil adjudicar la responsabilidad a Nicolás y Rafael eso ya es ser muy cara dura.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Otras Noticias

Vivir tiempos interesantes
28 diciembre 2024
Suman y siguen las críticas por la devolución de cobros indebidos de ISAPRES
28 diciembre 2024
Un año más que se va….
28 diciembre 2024
Aristóteles ayer y hoy (VI)
28 diciembre 2024
Calurosas Navidades
21 diciembre 2024
Ahogados en basura (y sin solución a la vista)
21 diciembre 2024