Señor director, un viaje de 20 años por el poder

En el tono directo que lo caracteriza, Mirko Macari recorre el mundo del poder que fue y el que emergió en los últimos años, haciendo foco desde los personajes, anécdotas y lugares protagonizados por los 20 hombres políticos que decidían lo que pasaba en Chile en los 90 hasta el escenario de hoy, licuado y esquivo para las fórmulas del poder de entonces.

Por Edison Ortiz

Mi conclusión, que no tiene más pretensión que ser mi propia explicación de un proceso social y político de cómo ha cambiado el país en las últimas décadas, es que estamos ante un problema estructural que no se modifica al cambiar un presidente del signo político de un gobierno por el de otro. Es más, venimos en un movimiento pendular entre izquierda y derecha desde 2006 en adelante, con el electorado dando bandazos, eligiendo gobiernos con escaso poder. Siempre el siguiente es más débil que el anterior.” (Señor director, págs.,16-17).

Lo habíamos llamado en marzo para invitarlo a un conversatorio en el diario que, indirectamente, también contribuyó a hacer crecer. En aquella oportunidad, nos señaló que no podía pues estaba full dedicado a concluir el libro solicitado por la editorial Planeta y tenía fecha perentoria el 31 de marzo para finalizarlo. La conversación quedó pendiente y la pudimos retomar durante esta semana. El libro se lanzó ayer, viernes 2 de junio, y ya está disponible, tanto en formato digital, como impreso, en varias webs y plataformas.

Tuvimos una charla fluida y amistosa con quien ha sido un referente del periodismo durante las últimas dos décadas. Conversamos sobre el libro y la vida, espacios en los que tiene varias novedades. Este fue el tenor del entretenido diálogo con quien se define como “antiperiodista”.

Alguna vez cuando hablamos durante 2022, me indicaste que te habías convertido en un coterráneo nuestro, que estabas viviendo en Pichilemu, más específicamente en Cahuil, en un bosque. Sobre el cambio, me dijiste “es que está todo muy tóxico”. Literalmente, como Thoreau, se fue a los bosques a chuparle el tuétano a la vida. ¿En qué está Mirko Macari hoy?

-Estoy viviendo en Pichilemu, trabajando en un proyecto que se llama “Somos Naturaleza”, una experiencia alucinante a partir de la tecnología desarrollada por el neurobiólogo italiano Stefano Mancuso, que permite traducir los impulsos eléctricos de las plantas en armónicos musicales. Estamos haciendo talleres con niños. Se trata de algo tan simple como aquel mensaje que nos decía la abuelita “háblele a la planta para que crezca sana”, ese saber popular, ancestral e intuitivo hoy tiene un fundamento científico.  Me certifiqué como coaching en enero y estamos haciendo un podcast que se llama “Salgan de la casa”, donde me entretengo mucho.

-¿Por qué el público debería leer tu libro?

-Yo recomiendo el libro porque este indaga dónde está el poder hoy. Y como tu bien sabes, el poder ya no está en las instituciones, está difusamente diseminado y está también en las personas. Por ejemplo, el Instagram del PS tiene once mil seguidores, sin embargo, Pi Astral (@piastral) tiene 2,5 millones de seguidores. Hoy, un tuitero con un mensaje, puede derribar una política gubernamental.

-Una de las frases más significativas de tu texto es la siguiente: “Los líderes estudiantiles de 2011, por su parte, también estaban en proceso de mutación. Su magia empezaría a apagarse en la medida que entraban al juego institucional. Eligieron el camino de los partidos y el Congreso, pensando que desde dentro podían cambiar y renovar la política. A mi juicio, todos ellos cometieron un craso error: compraron pasajes en el Titanic. Les dieron los últimos boletos y hoy les toca gobernar, quedando a la cabeza de un sistema político que se está hundiendo«. ¿Dónde está hoy el poder?

-Yo soy de los que creen firmemente que el poder hoy no está en las instituciones. Esta en un lugar difuso, que a veces percibimos y que está en proceso de consolidación. Los grandes relatos políticos del siglo XX, de derecha e izquierda, construida a partir de la vertiente “el trabajo”, están por el suelo.  La gente viene diciendo en las elecciones desde hace tiempo que ya no quiere representación, quieren representarse a sí mismas, por eso es tan importante hoy el comunicar, el empleo de las redes. La gente hoy en día vota una cosa, y luego puede votar absolutamente lo contrario. La derecha y la izquierda es imposible que salgan de su relato, todos los grandes relatos del siglo XX están muertos, pasaron a mejor vida.  

-Tu libro parte con un titular muy sugerente y una cita de Sócrates muy provocadora: El desplome de las instituciones y las claves del nuevo ciclo y la cita del filósofo griego “El secreto del cambio no se encuentra en enfocar la energía en combatir lo viejo, sino en construir lo nuevo”. ¿De qué habla “Señor director”?

-El libro parte con una introducción donde se explica cómo era el poder y donde estaba. Recorre luego veinte años en que estuve involucrado en el periodismo en medios como Emol, La Nación y El Mostrador, todo lo que vino luego y que tú conoces tan bien como yo.

En la Semana Política, en los viejos tiempos de El Mostrador.

El poder estaba construido piramidalmente, todo estaba centrado detrás del César, en la institucionalidad, ¿te acuerdas del partido transversal del orden?, en unas pocas personas y ese poder se derrumbó.

En Señor Director, Macari describe cómo se gestionaba el poder en el mundo de los 90’: “Era el Chile de mediados de los noventa. Por entonces, el tono y marco de la conversación pública no tenía nada que ver con el de ahora. Todo era como caminar sobre huevos. La prensa de la transición, salvo excepciones marginales, habitaba en un aire de solemnidad y respeto a los poderes institucionales que me parecía entre rastrero y aburrido (buena parte de esa prensa era, y es aún, partícipe de esas instituciones, por cierto). Era un Chile ordenado, vertical, más bien gris y timorato, como Juan Herrera, el personaje de la serie los 80’”. Un mundo que reflejaba la frase del director de la Secom de Frei, Pablo Halpern, cuando en un almuerzo con periodistas manifestó: “en Chile se juntan veinte prohombres a puertas cerradas a decidir para dónde va el país, y el país va para allá”.
-Ese escenario, como bien lo señalas en esa introducción, a partir del 2011 se empezó a “licuar”. “Ese mapa del poder tambaleaba, pues el terreno se puso cada vez más pantanoso. A partir de ahí, “La máxima que esbozó Eugenio Tironi en El Mercurio a comienzos de los noventa —el poder siempre tiene secretos— no va más”.

-Efectivamente, recuerda tú la designación de Dobra Lusic como nueva integrante de la Corte Suprema en 2019. Fue acordada transversalmente entre las coaliciones políticas, pero luego “la botaron” las redes sociales. Recuerda tú, el lloriqueo de Insulza por ese motivo cuando se quejó latamente en Emol por este nuevo “poder fáctico”: las redes sociales. “El poder fáctico ya no son las veinte personas en una reunión a puertas cerradas sellando el futuro del país, como en 2003. Ahora eran veinte mil o doscientas mil cuentas de Twitter que no se conocen entre sí, pero coinciden con su energía en un punto: algo que les gusta o que rechazan. Y ahí se crea la realidad”.

-Es muy entretenida la portada del libro con un traje y una mirada a lo Marlon Brando, ¿tiene el poder un componente mafioso?

-¡Claro que sí!, el poder siempre tiene un componente mafioso, de allí viene esa analogía con la política, de allí la significancia de esa imagen.

Mira, el texto es muy entretenido y escrito desde la subjetividad. No tiene un propósito academicista ni de instalación de verdades absolutas. Vienen relatos muy amenos de lo que cubrimos los últimos 20 años con personajes de la política, empresariales y de la farándula. Por sus páginas desfilan personalidades como Guido Girardi, Pancho Aleuy, presidentes de Chile, mi amigo Julio César Rodríguez, Álvaro Saieh, entre otros.

-Y viene algo sobre el más capo de todos: Julio Ponce Lerou.

-¡Por supuesto!, vienen entretelones del almuerzo al que fui invitado por él, cuando arreciaba el escándalo de las platas políticas y el país descubría que SQM había financiado transversalmente a la política. Recuerda tú que la empresa incluso apareció como militante del PPD.

Anécdotas y comidillos del poder

En la web de Planeta (www.planetadelibros.cl), editora del texto, viene un sucinto resumen de la obra que convoca a leerla “Profundo y copuchento, polémico, irreverente y sin concesiones a lo políticamente correcto, en este libro Mirko Macari escribe tal como habla. Así nos lleva a un viaje de veinte años, que es además su propio viaje por el oficio de la prensa, en que van apareciendo grandes escenas de la historia del Chile contemporáneo, condimentadas con anécdotas, comidillos y episodios desconocidos u olvidados de políticos, empresarios, militares y rostros de televisión. Todos son un ingrediente perfecto para este tras bambalinas, tan personal como subjetivo”.

En El Regionalista, iremos desmenuzando en cada edición este irreverente texto de alguien que se define como “antiperiodista”.

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35 comentarios en “Señor director, un viaje de 20 años por el poder”

  1. Rolando Heriberto Lobos Gutiérrez

    Por lo leído, se ve interesante. ?Se puede leer por internet?. Para mí el gran problema es la ignorancia cívica de la gente, en todos los niveles sociales, exceptuando a los que manejan el poder. Además de una casta política corrupta con algunas contadisimas excepciones.

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