Ucrania, la propaganda rusa y la autodeterminación de los pueblos

Para algunos pareciera no importar nada que cada Estado-nación pueda decidir su destino y sus alianzas y razonan consagrando esferas de influencia. Es difícil de entender a los que, diciéndose de izquierda, validan esa idea, pues implica, entre otras cosas, que nuestros países latinoamericanos deben permanecer bajo la zona de dominio de Estados Unidos. Cuando empiece el avance sobre Panamá, ¿recién empezaremos a lamentar la ausencia de derecho Internacional?

Por Gonzalo Martner (Substack)

Más allá de la actualidad de los argumentos expuestos en la carta, hay un hecho nuevo. Trump le presta ahora su apoyo a Putin, en una aproximación de lógicas autoritarias e imperiales de quienes se auto arrogan un supuesto derecho del más fuerte a conquistar territorios mediante la violencia y a repartirse el mundo a su voluntad: Ucrania para tí (con excepción del acceso a los minerales y tierras raras) y Groenlandia, Panamá y Canadá para mí. Trump se acomoda con la voluntad de Putin de intentar recuperar, al menos en parte, el dominio de territorios y recursos que alguna vez pertenecieron al imperio zarista y a la URSS, y éste tenderá a aceptar, a cambio, el dominio del hemisferio occidental y otras zonas por Estados Unidos.

Razonan como si hubiera territorios “naturalmente” rusos, ya que ahora no soviéticos, indebidamente “ocupados” por Occidente, que busca extender en ellos su armamento nuclear. No toman nota tampoco que en el caso de Ucrania se formalizó su independencia en un acuerdo en que Rusia recuperó su arsenal nuclear allí situado (un tercio del total) a cambio de esa independencia. Dicho sea de paso, el tema nuclear está basado en la disuasión por mutua destrucción, lo que no ha variado en lo principal desde el fin de la URSS. No está en manos de la OTAN, que no tiene tropas ni armamento propio y se remite a coordinar la información y el despliegue de fuerzas, sino soberanamente de los gobiernos de Estados Unidos y Francia, y en parte de Gran Bretaña.

Natali Sevriukova reacciona ante la destrucción causada en su edifico por un ataque ruso en Kiev. Crédito: apnews.com

La propaganda rusa (en RT y otros medios) se empeña en señalar a los que se oponen a la invasión de Ucrania, en violación flagrante del derecho internacional, como personas supuestamente desinformadas. Entre otros expedientes usan las opiniones del economista Jeffrey Sachs, de Columbia University. Recordemos que este fue asesor de las privatizaciones post soviéticas de los años 1990 y de la formación de la actual oligarquía rusa, que sostiene al régimen autocrático de Putin. El 20 de marzo de 2023, un grupo de 200 académicos le respondió en una carta abierta que mantiene toda su actualidad. Esta no fue publicada por RT ni por ningún medio ruso: el pluralismo y el debate de ideas son consideradas ahí rémoras occidentales que no ayudan a la verdad, o sea la oficial.

Es notorio que se repite una y otra vez por los nostálgicos del poder soviético el argumento de que la expansión de la OTAN hacia el Este después de la disolución de la URSS en 1991 es lo que provocó la invasión a Ucrania. No toman en cuenta que una serie de naciones volvieron a ser independientes y autodeterminadas, y por tanto con capacidad de escoger sus alianzas internacionales. Ya no se trataba de Estados interdictos, lo que incluyó la posibilidad de que sus ciudadanos decidieran aliarse a Europa y ponerse bajo el paraguas protector de Estados Unidos en la OTAN, protección que en adelante deberá ser básicamente europea, ante la conducta de Rusia hacia los países de Europa Central y del Este después de la Segunda Guerra Mundial, que se expresó en las invasiones a Hungría y Checoeslovaquia y el golpe de Estado militar en Polonia.

Ucranianos esperan debajo de un puente destruido mientras tratan de cruzar el río Irpin, en las afueras de Kiev, Ucrania, el 5 de marzo de 2022. Crédito: apnews.com

Los nostálgicos neoestalinistas justifican que Rusia haya invadido Ucrania supuestamente para asegurar que no haya en el futuro nuevas amenazas a su seguridad. Es razonable que el poder ruso de Putin busque minimizar las amenazas militares en sus fronteras, como cualquier nación independiente, y que en este caso busque que Ucrania no ingrese a la OTAN. Esto efectivamente no ha ocurrido, y por tanto no hay una amenaza nuclear contra Rusia desde Ucrania. Y si la hubiera potencialmente, la solución de invadir Ucrania ha supuesto altos costos para Rusia: implicó que Suecia y Finlandia abandonaran su neutralidad y se incorporaran a la OTAN, lo que representa un retroceso estratégico de envergadura. La frontera finlandesa está tanto o más cerca de los centros de poder rusos que la de Ucrania.

Lo que está en juego es sobre todo otra cosa: los ciudadanos de Ucrania decidieron hace más de una década ingresar a la Unión Europea, proceso en curso, a lo que la Rusia de Putin se opone tajantemente, pues representa no tanto una amenaza militar sino una amenaza ideológica y política para la actual autocracia en el poder y su propio juego de poder interno por la influencia democrática que pudiera tener.

Una anciana recibe ayuda para cruzar el río Irpin por un camino improvisado por debajo del puente destruido por el ejército ucraniano para impedir el avance de las tropas rusas. Crédito: apnews.com

Para algunos pareciera no importar nada que cada Estado-nación pueda decidir su destino y sus alianzas. Pensemos lo que implica para muchos lugares del mundo, incluyendo América Latina, razonar de manera centrada en la idea de consagrar esferas de influencia por sobre el multilateralismo y el derecho internacional. Es difícil de entender a los que, diciéndose de izquierda, validan esa idea, pues implica, entre otras cosas, que nuestros países latinoamericanos deben permanecer bajo la zona de dominio de Estados Unidos.

Por eso la defensa de la soberanía de otras naciones y del derecho internacional es también la defensa de nuestra propia soberanía. Cuando empiece el avance sobre Panamá, ¿recién empezaremos a lamentar la ausencia de derecho Internacional que la invasión a Ucrania busca validar, ahora con el apoyo de Trump para sus propios fines? Ya el bloqueo a Cuba por décadas debiera llevar a más prudencia en este apoyo a Putin y a la teoría de las esferas de influencia de los imperios por parte de quienes se dicen partidarios de la autodeterminación de los pueblos en América Latina.

También estamos viendo con horror la misma lógica imperialista respecto a Palestina, con la amenaza del fin de la tregua por parte de Estados Unidos e Israel para seguir la masacre y el intento de desplazamiento forzado de Gaza de dos millones de personas. El delito palestino es también conformar un pueblo que reclama su derecho a existir y a autodeterminarse, más allá de la condenable violencia del fundamentalismo que, a su vez, fomenta la violencia de la extrema derecha israelí.

No hay que equivocarse: la lucha central hoy es contra la extrema derecha en todas partes, lo que implica sostener la idea de la autodeterminación de los pueblos y naciones, de un orden internacional basado en el derecho y, por tanto, de condena de los imperialismos en cualquier parte que expresen su voluntad de dominio.

Tres personas arrojan un cadáver a una fosa común a las afueras de Mariúpol, Ucrania. La población no puede enterrar a sus seres queridos por el intenso bombardeo ruso. Crédito: Apnews.com
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2 comentarios en “Ucrania, la propaganda rusa y la autodeterminación de los pueblos”

  1. Estamos viviendo una época compleja, el golpe de estado de 2014, inició este conflicto y la amenaza sobre Rusia, yo no soy pro Ruso, pero la OTAN ( EEUU) se ha dedicado a desestabilizar gobiernos, los Rusos no olvidan los 25 millones de muertos de la segunda guerra, no van a aceptar una amenaza en sus fronteras, la diferencia con los otros países es que tienen con que oponerse, hay algunos (Francia e Inglaterra) sueñan con domesticar Rusia y repartirse sus riquezas, ese es el tema finalmente e incluso pretender usar armamento nuclear, esto es más serio de lo que se cree, espero haya una tregua y esto termine, Ucrania pasó a ser el peón sacrificado por un títere corrupto como Zelensky, que a desviado los fondos para sostener la guerra en sus inversiones en Europa, a Ucrania se la entregó a los Ingleses en un acuerdo secreto que incluye todas sus riquezas por cien años, mientras masacran a su población que ya no quiere combatir,

    1. Gonzalo González Cabrera

      Me parece muy acertado su comentario, ya que el autor del artículo no lo considera como factor desencadenante de la crisis que afectó a la población rusoparlante del Donbas, que se mantuvo por más de 10 años, no se acordó de los acuerdos de Misk, del Golpe de estado auspiciado por la OTAN, en fin, un buen artículo pero con los sesgos que siempre surgen en los círculos intelectuales de una izquierda que no termina de mirar el mundo con la lógica de la guerra fría. La URSS ya no existe, el
      PC ruso es perseguido, Putin es un Conservador de derecha, no obstante su postura basada en la Subsistencia de la Nación Rusa le ha puesto hoy enfrentado al imperialismo de Estados Unidos en complicidad con la Europa Occidental. Rusia por su parte ha conseguido junto con los países BRICS + “ plantar cara” al
      Dominio Imperial de moda, abriendo una alternativa multipolar que supera las barreras ideológicas de la guerra fría y abre nuevas oportunidades para avanzar al desarrollo de países que logren romper las cadenas que los atan a Estados Unidos y su rapaz Polita exterior.

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