A.C. Mercado-Harvey
Este próximo lunes 29 de abril se conmemora el Día Internacional de la Danza. Para muchos es una conmemoración que pasa desapercibida, pero para otros es un día en el que celebramos mucho más que un pasatiempo, sino que un hito cultural. L@s que no danzan o no tienen interés en esta forma de arte, no se enteran que el baile es cultura. En algunas sociedades esto es más patente y relevante que en otras, pero es un hecho que no es solo un pasatiempo bonito, sino una manifestación cultural. En nuestras sociedades latinoamericanas la danza nos ha acompañado desde miles de años, cuando nuestr@s antepasados indígenas celebraban todo tipo de cosas con danzas de diferente carácter. Si vemos nuestra cultura mapuche, hay una serie de ceremonias que involucran danza. Si miramos culturas ancestrales próximas, como la quechua, aymara, etc. hay tal variedad que tenemos un carnaval en el norte de Chile, donde se despliegan las coloridas danzas andinas todos los años. Es decir, que esos rituales indígenas celebrados por miles de años hoy viven en el sincretismo religioso de la Virgen de la Tirana y muchos otros santos y vírgenes católicas con deidades indígenas y africanas. Conocido es el hecho de que en países con alta concentración de población afrodescendiente sus santos están asociados a diferentes orixás de la cultura del sector africano que hoy es Nigeria. O sea, que otras culturas milenarias provenientes de África también aportaron ritmos y bailes a nuestra cultura latinoamericana.
El Cono Sur de Sudamérica, donde estamos situados, siempre ha tenido el mito de que somos más europeos que otra cosa. Sin embargo, este mito se ha ido cayendo a pedazos hace tiempo. Una de las mayores evidencias del desvanecimiento del mito es una danza muy conocida y popular en el mundo y también en Chile, como es el tango. Nadie puede discutir que es una danza argentina y que es una fusión, pero hasta hace muy poco era común la idea de que el tango era sobre todo de origen europeo. Esta falsedad se cae rápido con el solo nombre del baile: tango. La palabra tango ciertamente no es española ni indígena ni menos europea, aunque en algún momento se arguyó que venía del latín tangere que significa tocar. Esta idea tiene poco sentido porque no hay una palabra en italiano o español que se le parezca. Según estudios de etnomusicología, la palabra tango proviene de una lengua africana, posiblemente del kimbundu (lengua de Angola) o de otra lengua de la familia Bantu y significaría lugar de encuentro o una tribu con ese nombre. También se ha argumentado que los africanos le llamaban tango al tambor que usaban en el candombe y que se asoció con el lugar de encuentro del candombe mismo. El tango no tiene origen en el siglo XIX, sino que viene ya del siglo XVIII y se generó en sectores con población afrodescendiente en Buenos Aires. El baile madre, la milonga, sin duda es de origen africano. Es solo cuestión de escuchar el famoso traspié o contratiempo que es característico de los ritmos africanos. Hay un excelente documental que se llama Tango negro (2013) en el que se documenta la historia de la evolución de la danza nacional de Argentina.
En la Universidad Nacional de La Plata también se condujo una investigación académica dirigida por el antropólogo Norberto Pablo Cirio y se basó en documentos, testimonios de afrodescendientes y se presentó en la exposición Retumba Tango en 2012. Según el Dr. Cirio: “en Argentina nunca se puso demasiado énfasis en identificar los orígenes o la influencia africana del tango; por el contrario, siempre se trató de invisibilizar u ocultar esta realidad. Para nuestro orgullo blanco europeo representa una piedra en el zapato, una mancha congénita que se ha intentado si no eliminarla, por lo menos ocultarla bajo la alfombra. La Argentina no se diferencia de los demás países americanos por no tener población negra, sino por no reconocerla como parte integrante y viva de nuestra configuración sociohistórica e identitaria”. Este es exactamente el quid del asunto, el tango es la demostración más clara que Argentina es igual que el resto de América Latina: indígena, negra y europea. El tango, que ya es un patrimonio cultural de la humanidad, es un valor cultural producto de al menos 2 culturas.
Otro baile que ya era calificado como tango negro y que, de hecho, está relacionado al tango es la kizomba, danza oriunda de Angola, pero que desde fines de los 90 ha sido divulgada por el mundo y hoy es muy popular en Europa. En Chile, donde aún tiene muy pocos seguidores, tuvimos la fortuna de tener dos veces a quien normó este baile y comenzó con su enseñanza en Lisboa: Pedro Tomás Viera Dias, más conocido como Mestre Petchu. Este maestro de danzas tradicionales de Angola marcó un hito hace dos años al hacer un espectáculo en el marco de la Feria de Culturas Migrantes, organizado por nuestra seremi de Culturas, y excolega de este medio, Flor Ilic. Por primera vez en nuestra ciudad de Rancagua tuvimos la experiencia de ver la interpretación de un baile angoleño tradicional como es la kilapanga al ritmo de música Kazukuta. Este gran maestro de danzas angoleñas está pronto a la publicación de un libro en el que explica la estructura de la kizomba y su método de enseñanza, junto con sus orígenes y su historia. Este baile es tan importante en la historia de los últimos 50 años en el país africano que el pasado 18 de abril, ad portas de este Día Internacional de la Danza, el gobierno de Angola declaró a la kizomba Patrimonio Cultural Nacional. El Ministerio de Cultura declaró la necesidad del reconocimiento, como forma de salvaguardar la matriz angoleña de origen y garantizar la transmisión a futuras generaciones.
Por tanto, cuando hablemos del baile en general empecemos a pensarlo como una manifestación cultural, como un patrimonio cultural que va mucho más allá de un pasatiempo banal. Toda danza tiene una historia y es parte de la identidad de un pueblo, Así es que ya sabe, este lunes se celebra el Día Internacional de la Danza, baile alguna cosa para conmemorarlo, ya sea un pie de cueca, una cumbia, una salsa, una bachata, una kizomba o un tango.