La arquitecta experta patrimonial, Beatriz Valenzuela, analiza la proyección del legado patrimonial que “tiene que ser celebrado porque son regalos que recibimos que debemos cuidar, son tesoros que tenemos que dejar intactos, recuperar para las generaciones futuras”.
Por A. C. Mercado-Harvey
Este 28 y 29 de mayo celebramos el Día de los Patrimonios. Para analizar este tema, El Regionalista conversó con Beatriz Valenzuela Van Treek, arquitecta rancagüina, galardonada con el prestigioso premio de Conservación a Monumentos Nacionales, 2018, otorgado por la Unesco y el gobierno de Chile. Beatriz ha hecho una tremenda labor de restauración y recuperación de nuestro patrimonio histórico regional. Su trabajo más prominente, en Rancagua, fue la recuperación y restauración de las fachadas de las casas de adobe de la calle Estado y la Casa de la Cultura. También, se destaca la restauración de las casas coloniales de adobe en el pueblo de Zúñiga.
¿Qué piensas de que se haya cambiado el nombre de patrimonio en singular al plural?

Me parece bien. Lo importante es que estamos hablando del patrimonio o de los patrimonios, porque 10 años atrás no se hablaba nada y hoy día hemos avanzado. Respecto a si es patrimonio o patrimonios, creo que es plural porque tiene que ver con la significación que le dan las personas a ese patrimonio. Además, hay una distinción tanto legal como de las personas, no aún conceptualizada, de distintos tipos de patrimonios: tangibles, intangibles, patrimonios vivos, bienes arqueológicos, bienes culturales, etc. Hay una diversidad muy amplia, el legado que tenemos es muy bonito. Yo no tengo problema en hablar en plural.
¿Qué te parece lo que ha ocurrido con la calle Estado?
Yo no tengo toda la información sobre lo que pasó con la empresa contratista. Lo que sé, por medio de la prensa, es que paralizaron las obras y se fueron. Ahora, lo que importa es que la nueva autoridad lo vuelva a licitar, porque esto ha afectado mucho a los locatarios, que son pymes, que se han visto perjudicadas. Las calles históricas no son nada sin ellos. Entonces, no puede ser que sigan esperando soluciones. La autoridad tiene que abordar esto rápido para que se retome el estado anímico positivo que nosotros construimos cuando arreglamos 50 fachadas. Así tiene que ser, que la ciudad gane y, sobre todo, esas familias que tienen sus negocios, las librerías, todo lo que hay allí, que puedan abrir de nuevo, que les vaya bien y puedan vender sus productos. Estas pymes mantienen la seguridad en el lugar. El comercio abierto genera mucha seguridad en el centro.
Ese es un punto importante con todos los problemas de delincuencia que estamos teniendo…
Claro, la gente circula, vitrinea. Entonces, esos espacios son ocupados por las personas y hoy es una lata ir, porque está como está.
¿Qué piensas de la demolición de la panadería que estaba en O´Carrol con Estado en pleno centro de Rancagua?

Era una panadería que estaba hace mucho tiempo en venta. Esa demolición, lamentablemente, está aprobada, pidieron autorización en la Seremi Vivienda y la Dirección de Obras, porque lo permite la norma. Si bien el municipio ha hecho un esfuerzo y ha declarado toda la zona de Estado como zona histórica, yo tengo una discrepancia con la municipalidad porque creo que no protegieron lo antiguo. Esta era una panadería muy antigua, era de adobe. Hay más de 800 casas así, que están ocultas y que son nuestra historia, y con estas demoliciones se está perdiendo cada vez la oportunidad de poder generar circuitos de valor turístico-patrimonial como los hay en otros países: Antigua en Guatemala, en Brasil, en Ecuador, viven del patrimonio. La verdad es que creo que esa zona de conservación tiene que ser revisada. Esto fue reciente y yo no estoy de acuerdo con que ese tipo de edificación no se haya protegido.
¿Qué te parece el uso que tiene la Casa de la Cultura hoy?
Desde que volvió la democracia se recuperó esa casa, gracias a una gestión de Nicolás Díaz y Esteban Valenzuela, se abrió a la comunidad, con talleres de arte, se creó la orquesta juvenil. Eso ha estado un poco bajo ahora con la pandemia. Esa actividad cultural hay que seguir retomándola, tiene que haber más exposiciones, más difusión. Ocurrió que la estaban ocupando como salas administrativas, pero la verdad esos salones son un espacio para exposiciones. Hay tanto artista y tanto para exponer, y falta mucho que hacer con el arte. Hay tanto que exponer y tan pocas salas para hacerlo, y hay que acoger a los artistas locales rancagüinos. Hace falta más gestión con el arte.
Yo restauré esa casa, recuperamos la nobleza de la casa original y hay un circuito de salones que deben ser utilizados para esculturas y exposiciones; no para labores administrativas. Yo creo que todos los salones deben estar abiertos a la comunidad. Esperemos que con la nueva autoridad se active esto, y se llene de exposiciones y de talleres que ese espacio tan bonito puede acoger.

Festejar las tradiciones
Desde tu experticia, ¿por qué tenemos que darle valor al patrimonio histórico? ¿Por qué es importante que nosotros como sociedad le demos valor a estos días de los patrimonios?
Me estoy acordando, con tu pregunta de una película mexicana que mostraba la significación de los muertos para su cultura, Coco. Te lo quiero decir de modo metafórico: cuando a los seres queridos fallecidos no se les prenden velas, no se les recuerda con alegría, simplemente, van desapareciendo. El patrimonio de los de antes, que nos dejaron, tiene que ser celebrado porque son regalos que recibimos que debemos cuidar, son tesoros que tenemos que dejar intactos, recuperar para las generaciones futuras. Entonces, es muy lindo que la gente se vuelque a mirar esa herencia. Como, por ejemplo, la curiosidad que nos producía estar frente al ropero antiguo de los abuelos, uno siempre abría algo en ese ropero y encontraba fotos antiguas, collares, ropa, sombreros de las abuelas. Yo creo que esa curiosidad, el festejar las tradiciones es algo demasiado lindo que tenemos que recibirlo como el regalo que es.
¿Qué harías si tuvieras en tu poder la toma de decisiones en términos patrimoniales, dónde estaría tu foco? Si te dijeran, tienes carta blanca, presupuesto ilimitado, ¿qué harías en Rancagua?
Yo lo que haría es recuperar. Si me dieran chipe libre, yo recuperaría población Centenario, la calle Gamero, que es preciosa y Lastarria. Se podría construir un recorrido precioso y todavía hay tiempo, pero se nos va pasando, porque vemos que cada vez se ven más destrozos, casas que se van demoliendo. Mira, todos los ejes que pasan por el damero fundacional, por todas las manzanas, yo los recuperaría todos, aunque sea con intervención, una intervención básica. Yo trabajaría con los propietarios y todos los vecinos, pese a que los tapamos con plásticos, con tanta cosa fea, porque estamos expertos en afear la ciudad, en vez de embellecerla, me dedicaría a valorizarlo, como lo hicimos en el tramo de la calle Estado. También, con el pasaje Trénova, haría las mejoras, están los presupuestos hechos y todavía no se hacen los trabajos, un lugar tan histórico, de 1900, de la época industrial con una comunidad organizada que hay ahí. Entonces, hay ganas, pero no recursos o hay una tramitación. Hace 4 años, en el Consejo de Monumentos, se pidió que sea protegido y no demolido, que se considere patrimonial. Para los que no lo saben, el pasaje Trénova está en la continuación de San Martín hacia el sur.

Y otro legado histórico que aún no se construye es la capilla Gaudí. Ahí estamos con esperanzas. Todo está en conversaciones. Yo tengo fe de que esto va a salir, pero las comunidades deben aportar, tal como se hace en la Sagrada Familia, en Barcelona, se paga una entrada. Van a ser 100 años, este año, de la carta del padre Aranda (NdlR: en que solicita a Gaudí un proyecto de capilla para Rancagua). Es el único en el mundo fuera de España. Imagínate el impacto turístico que tendría para la ciudad, es tremendo. Yo tengo fe que esto va a salir, pero creo que las comunidades deben activarse y aportar dinero. Si no ponemos, no somos parte. Hay que comprender que esto se puede y que va a generar orgullo y valor a la ciudad de Rancagua, nos va a poner en un mapa mundial en el que hoy día no estamos.
Hablando de Gaudí, lo que hiciste tú en el paso bajo nivel de Membrillar, ¿tuviste apoyo del municipio?
Sí, siempre. Hicimos una gestión con el Mop para hacer eso en el paso bajo nivel. Hace 4 años, más de 1.400 personas, a través de los talleres de trencadís que yo imparto, hicimos ese mural. A la gente no le preguntamos de dónde venía, sino lo importante, el objetivo era aprender, abrir y conocer todo ese mundo de Gaudí, hacer esos trozos y, de a poco, fueron constituyendo ese gran mural de Gaudí. Eso fue con todo el financiamiento de la municipalidad de Rancagua. Postulamos a los materiales, que son azulejos hechos a mano, horneados a mano, pintados y quebrados, los pintó un artesano. Es una obra de arte ciudadana. Se ve bonita. Era un espacio residual de la ciudad y ahora es un umbral de alegría, eso es lo que nos da Gaudí, mucho gozo. A mí me han llegado audios de gente en el hospital, súper enferma y me dicen pasamos por acá y nos dio una alegría ver todos estos colores y eso pasa en ese lugar. También hicimos otro en la población Dintrans y lo cuidan como un tesoro. Como es participativo con la comunidad, saben que es obra de ellos, lo cuidan. No falta el grafitero que raya la parte gris, pero la municipalidad inmediatamente los borra, los mantiene limpios y eso es una señal positiva.
